A ponerse
El arquitecto César Rodríguez Musmanno, de 82 años, fue amigo de Amorim. A principios de este año fue designado por la Intendencia de Salto para integrar una Comisión de Homenajes ante el doble aniversario del escritor. El alcance público de la situación de Las Nubes y la reacción del MEC obedecen en buena medida al gran esfuerzo desplegado por él y su esposa, Mirtha Andrasik. Estos logros lo contentan a medias: “Estamos conformando un equipo de trabajo que se encargará de hacer un seguimiento muy cercano de cómo evoluciona el tema”, aseguró El Ojito, como cariñosamente lo llaman en Salto. Este equipo también gestionaría la adquisición del chalet: “Será a través de una colecta, en el país y en el extranjero. La intendencia y el Estado pueden hacer su aporte también”. Ya han tenido una primera señal desde una institución de Barcelona: “Nos estarían confirmando un importante apoyo”, asegura con la confianza de que aunando esfuerzos se puede alcanzar un destino público para el edificio.
A menudo se escucha en Salto que Le Corbusier “dibujó las líneas del chalet en una servilleta en un café de París”. En realidad Las Nubes fue construido entre 1929 y 1932 sobre bocetos del propio Enrique Amorim. Es cierto que en 1928, tras su casamiento con Esther Haedo, emprendió un extenso viaje de luna de miel por Europa, donde entró en contacto con la arquitectura de vanguardia, sobre todo en Suiza y Alemania. Edmundo Rodríguez Prati, apasionado estudioso del edificio, comenta: “En ese viaje Enrique conoció figuras importantes en Europa, como el propio Le Corbusier”.
En la fachada de Las Nubes se identifican dos placas, colocadas por el propio Amorim, una con el nombre del inmueble y lo que sería su isologotipo, y otra donde se registra a los autores de la obra: “Calculista Ing. Antonio Texeira Campos. Constructores José y Santiago Texeira Campos. Sobre ideas de Enrique Amorim”. Para Rodríguez Prati, que la placa exprese “sobre ideas” y no “según diseño”, significa que hubo “una intervención importante de Texeira Campos, no ajena a la influencia de las vanguardias holandesas que la revista Wendingen traía a estos lares del Plata”.
Sin dudas, la construcción se destacaba. A principios de los años 30, Salto era una moderna ciudad que albergaba emblemáticas construcciones de estilo art nouveau y art déco. En ese armónico paisaje urbano, Amorim irrumpe con una casa con ventanas (o vanos) horizontales y una gran estructura elevada asentada sobre pilotes, con el ingreso principal por el “centro” de la casa desde una especie de “patio interior”, por la cual se asciende a través de una escalera “curvada”, entre otros elementos muy característicos y transgresores. Con el tiempo Amorim siguió “jugando” con su creación, ampliando espacios y dotándola de elementos y figuras más propios de embarcaciones náuticas.
A comienzos de 1973, Las Nubes fue declarado Monumento Histórico Nacional, comprendiendo el inmueble y los valiosos elementos de su interior. La preocupación nominal no incluyó medidas básicas, como la confección de un inventario.
Casa y auto
El 26 de octubre, la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación ratificó el carácter de Monumento Histórico Nacional del chalet. Con “ánimo de mantener los valores de indudable interés artístico y cultural”, ratificó que sobre sus propietarios pende “la prohibición de realizar cualquier modificación arquitectónica que altere las líneas, el carácter o la finalidad del edificio” y la “obligación de proveer lo necesario para la conservación del inmueble y de efectuar las reparaciones necesarias”. El mismo día, Ricardo Ehrlich decidió ampliar la declaratoria de Monumento Histórico Nacional al Chrysler Windsor de Amorim, de1954.
Reunión de estrellas
Las Nubes es más que la casa de Enrique Amorim y es mucho más que una construcción cuya arquitectura se adelantó a su tiempo: fue el epicentro, entre las décadas del 30 y del 50, de un importante peregrinar de artistas e intelectuales de distintas partes del mundo y de una infinidad de actividades culturales, de beneficencia social, académicas y políticas, que promovía de forma continua el escritor.
Fue en Las Nubes donde Jorge Luis Borges escribió su celebrado cuento “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”. También Nicolás Guillén y Cándido Portinari disfrutaron del ensoñador jardín de la casa. Allí se acumulaban recuerdos como cartas de puño y letra de Rafael Alberti y Federico García Lorca, una cerámica de Pablo Picasso, álbumes de fotos tomadas por Amorim a Pablo Neruda. En su biblioteca se guardaban colecciones completas de Caras y Caretas (la original), de Sur o primeras ediciones de libros dedicados por sus autores (llámense Borges u Onetti), así como una pinacoteca de un valor atendible. También se conservaba un mobiliario diverso: lámparas con diseños de la Bauhaus y cientos de objetos que Enrique y Esther atesoraban como recuerdo de sus numerosos viajes.
¿Vendida?
Desde hace varios años se habla de la venta del chalet Las Nubes y es fácil encontrar especulaciones de todos los colores. Pero las versiones han cobrado otra intensidad tras el fallecimiento en junio de la heredera del inmueble, Liliana Amorim. La hija del escritor vivía en Buenos Aires con su esposo, Enrique Saporiti, y padecía una enfermedad progresiva.
En setiembre trascendió que la venta se habría concretado a un particular. Consultado, el representante legal de la familia en Salto manifestó que estaba firmado el compromiso de compraventa, ratificando que el comprador era un reconocido artista plástico oriundo de Rocha, Daniel Amaral, quien cuenta con un taller en Salto, donde estuvo radicado cuando se desempeñó como director del Museo de Bellas Artes y Artes Decorativas -hoy Museo Gallino-, entre 1985 y 1988.
Patricia Castañé vivió de niña en Las Nubes (por ser hija de una de las personas que trabajaban en el lugar) y reside nuevamente allí desde hace ocho años, estando al cuidado de la casa. Los propietarios del inmueble le han dicho que la venta se concretaría antes de fin de año. Castañé comentó en referencia al presunto comprador: “nunca lo he visto por acá”.
A principios de octubre Saporiti y su hija Paula estuvieron en Salto durante tres días, oportunidad en la que se reunieron con representantes de la intendencia y dejaron para el final la visita al chalet Las Nubes; el reencuentro les habría resultado muy emotivo.
Quién da más
En 2009 los propietarios del chalet lo ofrecieron en venta a la Intendencia de Salto, que a su vez trasladó la propuesta al Ministerio de Educación y Cultura. La oferta fue estudiada pero superaba las posibilidades a corto plazo de ambos organismos.
Paralelamente, en agosto de ese año llegó, guiada por el artista argentino Miguel Carini, una delegación de la productora Alhambra (de Granada, España) que realizaba un documental sobre la presencia de García Lorca en Uruguay. En su obligado viaje a Salto -donde Amorim erigió el primer monumento en el mundo al poeta granadino-, los españoles se sintieron tan atrapados por la vida y obra del autor salteño, que decidieron rodar un documental sobre él y Las Nubes.
En su pasaje por Buenos Aires, adquirieron los derechos de autor de todas las obras de Enrique Amorim para el grupo editorial Alcalá. Este año en Granada se reeditaron en versiones ilustradas las novelas La carreta y El paisano Aguilar.
En mayo de este año una nueva versión tomó una gran dimensión: Las Nubes habría sido adquirida por un grupo inversor español.
Preocupación oficial
Treinta y siete años después de que fuera declarada Monumento Histórico Nacional, las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura (específicamente de la Comisión Nacional de Patrimonio) “tomaron cartas en el asunto”. En octubre un reducido equipo de técnicos realizó un relevamiento fotográfico del chalet e inventariaron su acervo. “Dejaron para una segunda etapa la biblioteca”, señaló Castañé.
Al parecer, la medida fue adoptada ante el alarmante rumor de que estaban vaciando el interior del inmueble, dada la inminencia de su venta. En esta última visita los familiares “se llevaron fotos y documentos, pero permanece todo lo que estaba”, afirma Castañé. Incluso el auto de Amorim: “Dijeron que no estaba más porque no vinieron a verlo”. No obstante, desde el fallecimiento de Esther en los años 80, varios testigos dan testimonio del faltante de objetos importantes.
El 20 de julio de 2006, cuando la izquierda cumplía su primer año al frente del gobierno municipal, el entonces intendente Ramón Fonticiella firmó un comodato con los propietarios de Las Nubes, para convertirlo en una “casa museo” habilitada a la visita del público y acondicionada para realizar actividades culturales. La Intendencia de Salto se comprometía a cubrir los gastos de luz y agua y a un pequeño aporte económico mensual.
Algunas tareas de acondicionamiento del edificio y un modesto inventario de los objetos en exhibición fueron las primeras acciones para que Las Nubes recibiera a los salteños y turistas, que concurrieron asiduamente durante cuatro años. Esto posibilitó encontrar dos tesoros: el rollo original en 16 mm de la película Galería de escritores y artistas, filmada por Amorim, e innumerables fotografías con valiosos testimonios de época. Este material fue recuperado, digitalizado y presentado en una muestra pública en Montevideo, Salto y Paysandú.
El comodato venció a fines de junio último, dejando a disposición de las nuevas autoridades departamentales el acuerdo con los propietarios y su renovación. Pero transcurridos tres meses, y más allá de la intención manifiesta de hacerlo, no se ha renovado y hoy Las Nubes tiene sus puertas cerradas al público. “Estuve casi tres meses trabajando sin percibir la contraparte de la intendencia. Esperé hasta fines de setiembre y finalmente tuvimos que cerrar Las Nubes”, dice Castañé.
El eco de palabras que Ángel Rama escribió hace medio siglo sigue resonando: indudablemente Uruguay tiene con Amorim “una larga deuda que comenzar a saldar”.