Que los jóvenes son arriesgados y los viejos conservadores es una generalización frecuente, y, a grandes rasgos, una valoración de uso recomendado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aseguró el economista del organismo Pablo Antolín, quien ayer disertó en un seminario sobre fondos múltiples y beneficios previsionales realizado en el Banco Central.
Allí sostuvo que la previsión social de los individuos está asociada a su riqueza financiera actual y a su capital humano, que constituyen el valor de sus ingresos laborales futuros. Así, los jóvenes poseen “poca riqueza financiera” pero “un capital humano que es muy amplio”, mientras que conforme avanza la edad de las personas la relación se invierte. Desde esa perspectiva, el capital humano “funciona como una especie de seguro” para los jóvenes.
El sistema basado en el ciclo de vida requiere ajustar a la baja las inversiones en activos de alto riesgo durante la vida del individuo, de forma que éste culmine su actividad laboral con una baja proporción de activos riesgosos. Recordó que el impacto del riesgo de mercado es “muy amplio” en los fondos comunes, lo que podría mitigarse “introduciendo garantías”, opción “muy costosa y muy difícil de implementar”, o bien mediante el “multifondo”. Este esquema se aplica, por ejemplo, en Chile, donde coexisten cinco fondos distintos que varían en función de su riesgo asociado: desde uno muy conservador -basado principalmente en bonos estatales y rentas fijas- hasta “la otra punta”, donde se invierte en “acciones e inversiones”, variables más arriesgadas.
A lo largo del ciclo de vida se va dejando la exposición a activos más riesgosos y pasando a los más seguros, que si bien no tendrán rendimientos tan elevados como los riesgosos, funcionarán como contención ante shocks negativos cuando los mercados estén en su tasa descendente. “Si ése es el principal objetivo de la política [el sistema] debería aplicarse, porque [los fondos múltiples] proveen de protección a los individuos que están cercanos a la jubilación en casos de crisis”, sostuvo Antolín. Subrayó que los sistemas basados en el ciclo de vida “no son la panacea porque no eliminan la volatilidad, pero pueden atenuarla”.
Cuando al partir
En Uruguay los aportes de los trabajadores a las AFAP convergen en un fondo común de todos los afiliados de cada empresa, que luego es reinvertido por las entidades buscando obtener los mayores réditos. No obstante, Costa informó a la diaria que ya comenzó el análisis de la posibilidad de crear un “bifondo”: uno permanecería como hasta ahora y el nuevo absorbería los fondos de los aportantes más próximos a jubilarse, evitando pérdidas asociadas al riesgo.
El jerarca evaluó que “cuando uno es joven tiene mucho por delante, entonces es más factible colocarlo [su aporte] en un fondo de inversión que sea más arriesgado, porque si pasa cualquier situación negativa, va a tener tiempo para que se recupere su fondo”. Pero esto no sucede con las personas cercanas al retiro.
Costa informó que esa propuesta “se planteó en el momento mismo de la crisis [2008-2009] al entonces ministro de Economía, Álvaro García”, señalándole que “sería interesante armar al menos un bifondo en el que hubiese un fondo muy conservador” al momento del retiro. “Fue muy bien recibido, y ahora se está trabajando y analizando”.
Destacó que “no hay apuro” para aprobar tal régimen, “porque con el nuevo sistema [de ahorro individual] todavía no hay mucha gente que esté en edad de jubilarse”, dado que rige efectivamente desde 1996. “Hay que estudiar muy bien la separación: cómo operaría, cuáles serían los requerimientos”. En esa línea, recordó que cuando la idea le fue presentada a García, éste señaló que “había que dejar en libertad de acción a las personas” en cuanto a integrar o no el fondo conservador.
El presidente de la AFAP estatal indicó que una etapa posterior implicaría extender el esquema y crear más fondos, pero aclaró que “dada la poca inversión en renta variable que hay en Uruguay, sólo será posible hacerlo cuando se permita invertir en el exterior en renta variable y en acciones de otros países”.