Santo, que disertó en una conferencia organizada por la Asociación de Promotores Privados de la Construcción, comenzó refiriéndose al contexto internacional, el cual, pese a sus incertidumbres, se vislumbra como favorable para el país, al menos durante la mayor parte de 2010. “Lo más probable es que los vientos soplen a favor”, aseguró el experto, y añadió que quizás esta coyuntura cambie sobre finales de año, cuando comiencen a procesarse los retiros de los estímulos económicos por parte de los países desarrollados.
Entre los elementos positivos, mencionó las perspectivas de crecimiento de los países, la baja inflación, que permitirá mantener las tasas de interés internacionales cercanas a 0%, y los precios de las materias primas, que crecerán pero permanecerán por debajo de los niveles históricos alcanzados en 2008. “Están mejorando todos, Estados Unidos, en menor medida Europa y Japón, y están mejorando mucho los mercados emergentes, con China a la cabeza”, explicó.
En cuanto a lo regional, Santo subrayó que Brasil tendrá “un año muy favorable” debido a que “es uno de los grandes beneficiados del cambio en la estructura económica mundial”, con China ocupando un lugar preponderante. En ese sentido, aseguró que Brasil espera crecer 5,5% durante este año, luego de una leve caída de 0,26% en 2009; el tipo de cambio se mantendrá estable en el gigante norteño, lo que generará una “influencia positiva” para nuestro país.
Sin embargo, un signo de interrogación se abre respecto de la situación argentina, no sólo por aspectos económicos, en los que, a su entender, “hace meses que se llegó al límite del modelo económico de los Kirchner”, sino que, además, se agregan los importantes problemas políticos; esto representa “un gran riesgo para Uruguay si termina convirtiéndose en una crisis como las que ya conocemos”. No obstante, advirtió que la situación del vecino del Río de la Plata es diferente a la de crisis anteriores por las diferencias en el marco económico internacional. “El escenario externo es muy favorable, que Argentina no lo aproveche es otra cosa”, reflexionó; en esta coyuntura, Argentina crecerá 3,5% en 2010. En esa línea, apuntó que “no hay más antídoto que tratar de seguir la situación y tratar de anticipar los cambios que se den” en la vecina orilla.
Te desafío
En materia local, el experto señaló que el nuevo gobierno deberá enfrentar tres grandes desafíos: la situación fiscal, la competitividad externa y la política salarial.
Con relación al primer punto, señaló que es necesario “recomponer la situación fiscal” buscando lograr un superávit primario de 3%, para que, luego del pago de los intereses de deuda, le quede al país un superávit global, “aunque sea leve”.
Santo apuntó que la situación de Uruguay no es mala respecto del mundo. Sin embargo, opinó que durante el reciente período de auge económico debió haberse generado ahorro. “Gastamos todo lo que crecimos en lugar de haber ahorrado”, criticó el economista, quien aseguró que se debió seguir el ejemplo de Chile.
Añadió que el mayor problema “no es el nivel de déficit sino que se aumentó el gasto permanentemente sin eficiencia”; en ese sentido, fustigó la incumplida “promesa de cada gobierno en los últimos treinta años” de “realizar una reforma estructural para ser más eficaz y más eficiente” en la administración de los recursos públicos. Advirtió, además, que si la economía no vuelve a crecer entre un 4% y un 5% por año, no se podrá mantener el ritmo de incremento en el gasto que se realizó durante la pasada administración.
También señaló que el nuevo gobierno deberá “reducir la carga impositiva”, creando espacios que permitan recortar las tarifas públicas, reducir el IVA o eventualmente el IRPF. “Hay que aligerar la mochila, que es una gran debilidad” que le hace perder competitividad al país.
Así, Santo ingresó en el segundo desafío, criticando que, salvo con Brasil y en menor medida con Europa, “se ha perdido mucha competitividad respecto a nuestros competidores”.
También comentó las palabras del nuevo ministro de Economía, Fernando Lorenzo, en cuanto a que la solución a este problema se encuentra en el aumento de la productividad; sobre el punto, valoró que “es cierto, pero en el mediano y largo plazo”, porque “son procesos que requieren de inversión y para ello se necesita ser rentables, baratos en dólares”. Lamentó, asimismo, que “ninguno de los ministros de Economía lo aplicó a su área de trabajo, que es el Estado, en los últimos treinta años”.
Vinculado a este último aspecto, Santo se refirió al tercer desafío: la política salarial del nuevo gobierno, que debería centrarse en el concepto de productividad, atando a ella los incrementos de sueldos. Evaluó que la política laboral instrumentada en la pasada administración no fue el factor que produjo el crecimiento del salario real, sino que éste se basó en el crecimiento general de la economía. “¡Minga!, el salario real creció porque creció el PBI”, opinó.
Hacia el futuro, remarcó que la administración de José Mujica deberá “pensar en aumentos atados a un porcentaje de la productividad, que tiene que ser menor al 100% de ésta”, y detalló que, para lograr que su aplicación sea eficiente, se deberían realizar los ajustes por empresas y no por rama de actividad. Esta posibilidad es algo a lo que se opone el PIT-CNT, y, por ello, Santo estima que será un gran problema que tendrá que encarar el nuevo gobierno.
No obstante, tratando de “dejar un mensaje optimista”, concluyó que “hay problemas, pero ninguno de ellos nos va a llevar a una crisis terrible, a menos que cambie el mundo y se deteriore el escenario internacional, algo que por ahora no se prevé”.