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Tiempos venideros

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Proyecciones no del todo alentadoras para la sociedad del mañana.

En el marco del foro “Educación 2030, ¿un acuerdo imposible?”, realizado ayer por iniciativa del Centro de Investigación y Promoción Educativa y Social (CIPES), César Aguiar, sociólogo y director de Equipos Consultores, realizó una ponencia proyectando a la sociedad uruguaya en el mediano y corto plazo. Explicó que la educación de nuestro país enfrenta, entre otros, el desafío de agiornarse a las demandas que surgen de una economía en crecimiento, como no sucedía desde hace 30 años.

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Que sea para todos

Además de Aguiar, en la mañana de ayer expusieron en el foro de educación 2030 María Simon, viceministra de Educación y Cultura; Luis Garibaldi, director nacional de Educación del MEC; Jorge Grünberg, rector de la Universidad ORT, y Federico Rodríguez, coordinador del programa “Investigación sobre integración, pobreza y exclusión social” de la Universidad Católica. Todos resaltaron la importancia de universalizar la educación, ya que el principal cuello de botella se registra en la enseñanza media, de la que está excluida la tercera parte de los adolescentes uruguayos. Respecto a ellos, Simon habló de proponerles una “educación atractiva y vinculada a la realidad” y mencionó la necesidad de que el sistema sea transitable, que el estudiante pueda optar por distintos trayectos. Insistió, al igual que Rodríguez, en la necesidad de evaluar mejor el sistema educativo, lo que será implementado por el Instituto de Evaluación Educativa. Se hizo énfasis en la imposibilidad de pensar en un sistema educativo sin considerar a la sociedad en su conjunto. Rodríguez señaló que el sistema no está pudiendo lograr la equidad, y destacó las dificultades en materia de acceso, retención y completud del ciclo educativo. Marcó las fallas en la calidad del aprendizaje dado los bajos valores de las evaluaciones internacionales aplicadas a nivel de educación primaria y secundaria, y que éste también es un problema de equidad. Indicó que es imprescindible planificar y priorizar, y plantearse metas razonables a corto plazo.

El especialista señaló que presentaría las “tendencias de cambio no económicas en el Uruguay actual, que operan ganara quien ganara las elecciones en noviembre de 2009. Los estudios de prospectiva sugieren que en el mundo los grandes cambios son impulsados por las sociedades y no por los estados y que de alguna manera, aun cuando cambien puntualmente los gobiernos, algunas grandes tendencias de cambio siguen adelante”.

En base a mediciones del Instituto Nacional de Estadísticas y de Equipos Consultores, Aguiar hizo una enumeración exhaustiva de las proyecciones para Uruguay, de las que aquí se hace un breve repaso.

Respecto a la población, indicó que probablemente comience a decrecer por el continuo descenso de la fecundidad. Asimismo, detalló que seguirán desarrollándose la urbanización metropolitana, costera y también las del este y norte del país, provocándose un vaciamiento en el centro del territorio. En materia de empleo, señaló que aumentará la tasa de actividad femenina; continuarán creciendo las pequeñas y medianas empresas; se mantendrán niveles atendibles de informalidad; seguirá descendiendo el trabajo manual en la industria y creciendo aceleradamente el empleo en el sector servicios.

Enfatizó que “todos esos factores afectan al sistema educativo y, de alguna forma, tienen que contribuir a definir qué tipo de educación queremos”, y detalló: “Un mercado de empleo extremadamente cambiante como es el que estamos enfrentando hoy es un desafío para el sistema educativo, porque por primera vez el sistema educativo en Uruguay se enfrenta a una economía que crece mucho más rápido que el propio sistema, [se enfrenta] a un cambio tecnológico que va mucho más rápido y, en esa medida, obliga al sistema a tener una actualización y una capacidad de acción que antes no se le requería. En un contexto de una economía estancada como la que vivimos 30 años no se le requería al sistema educativo demasiada velocidad de adaptación, pero en un contexto de una economía cambiante, de una tecnología cambiante y una cultura cambiante, el sistema educativo está sometido a un estrés no envidiable en materia de requerimientos de flexibilidad y adaptación”.

Respecto a la educación específicamente, indicó que en consonancia con la tendencia mundial, continuará aumentando la demanda de educación formal e informal en todas las edades. El sistema de educación terciaria continuará diversificándose y diferenciándose. Señaló que “crecerán en forma progresiva las especializaciones de perfil moderno y tecnológico”.

El sociólogo indicó que tal como sucede en el mundo, habrá “una devaluación progresiva de la educación; será necesario aumentar los años de formación educativa; “la gente necesita mayor educación para poder adquirir la misma canasta de bienes”. Por otra parte, afirmó que “se agravará la mano de obra calificada por efecto de mayor dinamismo de la economía y la tecnología respecto a la oferta educativa”.

Habló sobre un tema que deberá estar en la agenda de los próximos años: “Se mantendrá una elevada segmentación educativa en niveles primarios, secundarios y terciarios. Esta segmentación será la principal fuente de manifestación de la desi-gualdad social. Yo creo que éste es un tema extremadamente relevante, hoy por hoy el mayor desigualizador de la sociedad uruguaya es el sistema educativo público, esto hay que tenerlo claro por más que sea muy duro, es un desigualizador extremo, un consolidador de desigualdades”.

Por otra parte, indicó que “la educación cambiará el público que tiene enfrente porque la familia está sometida a cambios brutales”, básicamente por el aumento de divorcios y de la cantidad de hogares monoparentales. “Por un buen tiempo seguiremos conviviendo con niveles elevados de pobreza, marginalidad e inseguridad urbanas difícilmente tolerables para la sensibilidad uruguaya tradicional”, pronosticó.

“Podemos evitar que eso crezca, es difícil pensar que podamos resolverlo en un plazo de cinco, diez años, porque hoy la pobreza extrema, la marginalidad y la inseguridad se explican por un ciclo complejo que no es sólo un problema de ingresos, no es sólo un problema de necesidades básicas insatisfechas, sino que se han roto los principales mecanismos de integración y socialización tradicionales: desintegración familiar, informalismo del mercado del empleo, problemática en relación con el sistema educativo, con la vivienda y la ciudad, de forma tal que es un ciclo muy complejo, muy difícil de resolver en el corto plazo”.

En cuanto a perspectivas culturales, los estratos altos y medios serán progresivamente bilingües (inglés/español) y dominarán el lenguaje informático. Continuará ampliándose la demanda y la oferta de comunicación; “la domesticación de los medios de comunicación”, con un desplazamiento de los medios tradicionales y una importante incidencia de internet y espacios como los blog.

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