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Federico Lima.

Foto: Fernando Morán

Chau, mochila gris

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Socio presenta su segundo disco, Aurora.

A Fede Lima se lo esperaba desde Loop Lascano, o mejor, desde “Gris”, aquella canción que nunca consiguió edición local más que en un compilado, pero que fuera interpretada y grabada por mucha gente, desde No Te Va Gustar (NTVG) a Ximena Sariñana. Luego de Loop Lascano vino Miss Wichita, un proyecto tan interesante como fugaz, que le cedió lugar a Socio. Formado como un proyecto paralelo en los tiempos muertos de las giras de NTVG, en las que Lima se desempeñaba como técnico de sonido, Socio ya va por su segundo disco -Aurora-, que se presenta oficialmente en La Trastienda el jueves 19 de mayo.

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En la canción “No siento dolor” hablás de “discos sagrados”. ¿Cuáles son los discos sagrados de Aurora?

Son varios discos de los 90… todos los de House of Pain, One Foot in the Grave, de Beck, cualquiera de Stone Temple Pilots y algún otro que ahora no recuerdo. Es que esa canción habla de mis amigos, por ende, son los discos de “esa” barra con la que solíamos recorrer Uruguay. Eran los discos que se escuchaban en esos viajes con la barra del Euskalerria.

Pensé que “los discos sagrados” tenían más que ver con la mezcla que propone Aurora, o sea, que hablabas de discos locales.

Pasa que Aurora para mí es un poco el encuentro con ese momento. El disco está producido por Sebastián Peralta, quien, además, era parte de esa barra de amigos. Y este disco además de lo local tiene también influencias hiphoperas. Yo escucho hip hop porque un día Sebastián me trajo Raising Hell, de Run DMC, y todos terminamos escuchando eso. Son los discos sagrados de la barra, por eso también está Euskalerria en la tapa. El productor es un tipo que hace hip hop básicamente, participó en la composición del disco de Santullo, ahora está produciendo Arrajatablas FC. & Los Warriors y fue tecladista y fundador de Loop Lascano. Por esto hay un cambio del primer al segundo disco y hay un poco más de groove.

Hablás de un hip hop subliminal, no de lo que refiere al rap o a la parte vocal…

Claro, para nosotros internamente es un disco de hip hop. Quisimos usar clichés del hip hop, como tener muchos invitados, es una especie de broma interna.

Al referirte a este disco también hablás de llegar a “un lugar nuevo”, ¿por qué?

Es algo que se profundizó con la invitación de de Jaime Roos para cantar en su show. Ahí hubo un quiebre, en el momento en el que él me invita y antes que nos encontráramos empecé a escuchar toda su obra. Si bien ya había escuchado bastante, ahí volví a hacerlo pero con detenimiento. Desmenucé completamente Fuera de ambiente y fui hacia los primeros discos, en los que encontré un montón de cosas. Ahí fue que se me ocurrió usar determinados elementos uruguayos para ver qué me salía. Ése era el “lugar nuevo”, un lugar incómodo, donde no te movés con soltura y con el que quería experimentar. Yo soy un tipo que vengo de la música pop, que trabajo, además, en discos de otros artistas en el estilo y puedo manejar esas cosas, lo nuevo era un desafío. El momento crucial en el que me di cuenta que tenía que hacer algo fue cuando en el ensayo Jaime me dijo: “Yo me voy a mover en el tiempo mientras cantemos”. La canción iba a coemzar con guitarra y voz, y por la mitad entraba la banda. Ahí me vino terror, porque yo soy de una generación metronómica, estamos acostumbrados al metrónomo y somos más rígidos por la música que hacemos. Aquí la música iba a ser en vivo, más natural y swinguera y me di cuenta de que de viejo iba a tener que aprender a hacer eso. Además me di cuenta de que me estaba perdiendo un montón de cosas. En síntesis, Aurora tiene esas dos cosas: primero, lo de volver en el tiempo, los amigos y los discos sagrados, y, segundo, lo de situarnos en un lugar incómodo, de cosas que no estamos acostumbrados a hacer, como por ejemplo un candombe o meternos con la murga. Lugares sagrados, también. Sabíamos que caminábamos por una línea muy delgada en la que podíamos hacer algo muy bueno o muy feo. Aurora significa un poco de eso también, cuando arranca el día y tenés una incertidumbre de cómo va a transcurrir, pero ya tenés el día arriba.

Ahora quedaste en el ojo de la tormenta y todos están pendientes de lo que estás haciendo.

Aurora trajo eso. De repente, gente que admiro, como Wilson Negreira, me dice: “Yo soy fan tuyo”. O esa, cosa bien uruguaya de que voy en el ómnibus y viene alguien conocido y no te dice nada, pero cuando se va a bajar te dice: “Buenísimo”, y se baja. A mí me encanta eso. También la gente que escucha por primera vez una canción y te la pide de nuevo. Fue algo más inmediato, como que las cosas que hicimos bien en el primer disco se trasladaron a éste, además de que la expectativa y la atención crecieron un poco.

¿Se terminó con el prejuicio del pop? Ha sido un género bastante resistido por los rockeros locales…

El pop es demasiado amplio; me ha pasado que vengan metaleros -tipos que conozco de la escena del metal, que son importantes- y me digan: “El Socio con el metal está todo bien” y ese tipo de respaldo es buenísimo. De repente los tipos le entraron por las letras, porque nosotros a nivel sonoro somos pop pero quizás no andamos cantando chotadas, nos esmeramos un poco. Luego está eso de la amplitud del pop, pera mí es como un chicle que lo podés estirar y llevarlo a los límites del asunto. Ya lo hicieron los Beatles, que tienen sus chotadas y cosas increíbles, o relacionadas a la música electroacústica como “Revolution Nº 9”, del álbum blanco. Los tipos estaban atentos a todo, no era que estuvieran viendo el Hit Parade para ver cómo venía la mano; también estaban viendo lo que hacía John Cale. Ésa es una buena manera de ser pop, y nosotros tratamos de aplicar esa idea. A mí me gustan muchas cosas, estoy atento al folclore, a la música electrónica, a los ruidistas, etcétera. Trato de integrar esas cosas que no son del pop a mi música. El pop se define en un refrán o estribillo, o sea, si tomás una canción cualquiera o un desarrollo musical y ponés tres veces lo mismo, que se repita, la gente canta eso porque es el corazón del mensaje que te están pasando. Así eso se transforma en canción y en pop. Lo que le pasó al pop en Uruguay es que llegó tarde o que a la gente le costó reconocerlo como tal. “Flores en mi tumba”, de Traidores, es una gran canción pop. Creo que el primer pop pos dictadura es Níquel, que le cambió la vida a un montón de gente, incluyéndome.

A propósito, ¿es raro que tu primer casete haya sido Gargoland, de Níquel, y que hoy toques con Fran Nasser, el hijo del líder de aquella banda?

¡Es buenísimo! Es un camino hecho, de esa manera te das cuenta de dónde venís y hasta dónde llegaste. Pura gratificación personal.

Me contabas que a veces extrañás la distorsión. ¿Extrañás a Miss Wichita?

Un poco la extraño, sí. En realidad, podrían pasar dos cosas. Una, que vuelva Miss Wichita a la par de las otras cosas, ya que también somos los mismos músicos; habría que integrar a Fran Nasser, quien es el único que no estaba, y ya formo dos bandas en una. O, si no… Ya estoy pensando en un tercer disco de Socio, pero aún no se qué puede pasar.

Pero ¿por qué no integrar todas las músicas bajo el nombre de Fede Lima? ¿Hay un poco de auto boicot?

Ahora se están integrando, hay canciones de Aurora que podrían haber estado en un disco de Miss Wichita. Por ejemplo, que entre José López en batería a formar parte de Socio, que también era de Miss Wichita y Loop Lascano; es como si me trajera ese sonido nuevamente, y ya no lo siento tan lejano. Antes sí, porque Miss Wichita era una continuación de lo que venía haciendo y Socio fue un quiebre. Inventar una cosa nueva, ahora no tengo que hacer ningún quiebre y puedo traer cosas del pasado. Quizás Socio se está convirtiendo en el lugar para sintetizar todas las personalidades en una sola.

¿Qué ganaste en Socio?

Libertad creativa, y no era que no la tuviera antes.

¿En algún momento te sentiste atado a la canción “Gris”?

Ah, en eso me saqué una mochila gigantesca, ¡logré quitármela! Era insufrible ya, la gente venía a hablarme y era siempre lo mismo y yo ya había sacado Miss Wichita, tenía otro disco y seguía atado al pasado. Con el Socio logré que la gente me pueda respetar y conocer por otras cosas y que “Gris” sea un plus y no una mochila. En Socio logré juntar el pasado con el presente: ahí está la ganancia. Cuando me di cuenta de que estaba reunido con las mismas personas, me aflojé un poco, ya no tenía que hacer todo tan solo, ya hace años que vengo tocando con ellos. Socio ahora es una banda.

El jueves 19 es la presentación oficial de Aurora, ¿podías adelantar algo del show?

Del show te puedo decir que será nuestro primer show largo -es la primera vez que tenemos repertorio para poder tocar- y vamos a tocar casi la totalidad de los dos discos con muchos invitados…

Supongo que el show terminará con “Gris”

No, ¡“Gris”, no!

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