Ingresá

Trabajos de siembra de caña de azúcar en el Campo Placeres, en Bella Unión, parte del complejo sucroalcoholero implementado a partir del período de gobierno de Tabaré Vázquez. (archivo, setiembre de 2006)

Foto: Sandro Pereyra

Ceder la derecha

3 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Programa económico de izquierda debería contener rol preponderante del Estado, según Rediu.

Un programa alternativo de la izquierda debería apuntar a los “elementos clásicos”, lo que implica una mayor participación del Estado en cuatro áreas centrales: la tierra, el sector financiero, el comercio exterior y la industria, según dijo a la diaria William Yohai, miembro de la Red de Economistas de Izquierda (Rediu). El experto indicó que se debería realizar una reforma agraria, tener un mayor control sobre el comercio exterior y el flujo de capitales y estatizar el sistema financiero y la industria frigorífica.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El rumbo de la política económica de los gobiernos del Frente Amplio (FA) ha generado las más amplias y diversas reacciones en los últimos seis años, con críticas que llegaron por ambos lados del espectro ideológico: la derecha y la izquierda. Desde este lado se ha acusado al partido que gobierna desde 2005 de optar por un estilo económico continuista al que realizaban los partidos tradicionales. No obstante, las autoridades se defendían argumentando que el cambio de rumbo se pudo corroborar en la estructura del gasto público, que aumentó en su enfoque social.

Si bien durante el gobierno de Tabaré Vázquez las voces críticas eran pocas y llegaban principalmente de sectores de izquierda externos a la coalición, con la llegada a la presidencia de José Mujica las críticas comenzaron a oírse incluso desde dentro del partido, reclamando cambios en la orientación de la economía.

Bandidos rurales

Respecto a la propuesta del presidente José Mujica de gravar a los propietarios de campos con más de 2.000 hectáreas, Yohai evaluó que fue un "planteo que ha ido cambiando mucho". "Lo plantea primero [el director de OPP, Gabriel] Frugoni, que es un hombre de confianza de Mujica, como un impuesto destinado a combatir la concentración de la tierra. Luego Mujica lo plantea de forma muy poco seria -porque los números varían mucho, habló de más de 500 hectáreas, más de 2.000, con esa seriedad no se puede entender-, y después se sigue degradando la propuesta, la agarra [el vicepresidente Danilo] Astori, y va a terminar -si es que se hace algo-, en una tasa para caminería rural".

La Rediu ha sido muy crítica desde el comienzo de la administración frenteamplista y ha reclamado un cambio de rumbo en la conducción económica mediante publicaciones individuales y colectivas, e incluyendo dos libros: El necesario golpe de timón (2008) y La torta y las migajas (2010).

William Yohai, integrante del colectivo, dijo en conversación con la diaria que no estimaba que la llegada de Mujica al sillón presidencial fuera a significar un cambio de escenario en la conducción económica del FA. "Me imaginaba que iba a ser algo similar a lo que se estaba dando", explicó.

Para el economista, un programa alternativo debería apuntar a los "elementos clásicos de la izquierda", que suponen una mayor participación del Estado en cuatro áreas centrales: la tierra, el sector financiero, el comercio exterior y la industria.

A desalambrar

En primer lugar, sostuvo respecto a la tierra que “se precisa una reforma agraria” orientada hacia la “eliminación del latifundio”, que “intensifique la participación [del Instituto] de Colonización”, y también puede requerirse que “incluso el Estado tome alguna gran producción en sus manos”.

Explicó que “una vía” para conseguir realizar una reforma agraria es “volver a establecer el Improme” (Impuesto a la Producción Mínima Exigible), tributo incorporado durante la administración de Jorge Pacheco Areco (1967-1972) que gravaba “en forma progresiva la propiedad de la tierra, utilizando el sistema Coneat” (índice que mide la productividad de la tierra). “Ese impuesto provocó que Colonización comprara durante dos años 250.000 hectáreas de tierra, la mayor cantidad de hectáreas incorporadas a la colonización, ya que muchos de los que tenían grandes extensiones de tierra fueron a venderlas porque no podían pagar el impuesto”, recordó. Advirtió que ese tributo “es una cosa totalmente distinta” a lo que se está proponiendo actualmente desde el gobierno de Mujica (ver recuadro).

En lo que refiere al sistema bancario, para Yohai, un programa de izquierda debería promover la “estatización del sector financiero”, y por varios motivos: en primer lugar, “el ahorro nacional tiene que ser manejado con vistas a una perspectiva de desarrollo”, mientras que en la actualidad “se termina volcando al exterior”. “El 25%-30% de las colocaciones en el sector financiero están colocadas en el exterior”, argumentó.

Otra razón para estatizar la banca “es el riesgo” para la economía en general, dado que “el sector financiero en este país, con sus sucesivas crisis en los 70, los 80, en el 2000, ha sido uno de los causantes esenciales de la deuda pública”. En ese sentido, opinó que “la única forma de eliminar ese riesgo es que el sector financiero esté en manos estatales, porque siempre sostener un banco privado demuestra ser una tarea que está por encima de cualquier gobierno, acá y en el mundo”. Interpretó que la crisis financiera internacional “está demostrando en los hechos” exactamente eso: “El sector financiero termina controlando al gobierno, y no los gobiernos al sector financiero”.

Si bien interpretó que “la estatización no puede ser brusca” debido a “motivos económicos, no políticos”, igualmente debería hacerse “dentro de un plazo breve”.

En materia de comercio exterior también interpretó que “el Estado tiene que asumir un papel determinante”, al igual que en el “control de capitales”. Según Yohai, se debe “evitar la libre movilidad de capitales”, porque “es una de las cosas que genera el vaciamiento de los países y pone a la economía, permanentemente, en estos ciclos de flujo y reflujo que provocan crisis sociales, que son las causas de este desastre social que tenemos”.

Graficó: “A una entrada masiva de capitales le sigue una salida masiva de capital, que rompe toda la economía, rompe el tejido social”. Al mismo tiempo, “cuando entra masivamente el capital, nos genera los problemas que tenemos ahora de atraso cambiario y de desindustrialización” (ver página 13 con el caso de Brasil). “Esos ciclos hay que terminarlos, y la única forma de terminarlos es establecer un mayor control de capitales y de comercio exterior”, estimó.

Por último, en referencia al sector industrial, también evaluó que “debería estar en manos estatales”, principalmente “la gran industria” y “sobre todo la industria frigorífica”.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura