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El director del Ballet Nacional del SODRE (BNS), Julio Bocca, en conferencia de prensa.

Foto: EFE, Iván Franco

Estado de gracia

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El Ballet Nacional del SODRE se lanza hacia escenarios internacionales.

“El año pasado recuperamos la gira nacional y este año empezamos a conquistar el mundo”, dijo Julio Bocca a la diaria, orgulloso de que la selección uruguaya de fútbol no sea la única que sale para representar a Uruguay. Que el cuerpo oficial pasa por un buen momento está claro desde hace tiempo. La semana pasada, los propios bailarines organizaron una fiesta en Lindolfo para celebrar el primer año de trabajo junto con su director artístico, Julio Bocca. Este viernes estrenarán (en El Galpón) Gala de ballet II, un programa dedicado a los grandes coreógrafos del siglo XX. Apenas terminada la gala comenzarán una extensa gira nacional y otra más lejana que les permitirá llevar su arte a buena parte de España e Italia.

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Detrás de todos los grandes logros del Ballet Nacional del SODRE (BNS) hay mucho trabajo. En las enormes salas de ensayo del Auditorio Nacional Adela Reta -aún sin terminar- se trabaja y mucho. El miércoles de la semana anterior el maestro y coreógrafo estadounidense Bart Cook se encargaba de reponer Donizetti Variations, obra del coreógrafo George Balanchine, el gran arquitecto del ballet estadounidense, creador de la School of American Ballet y del New York City Ballet, máximo exponente del ballet neoclásico o estilo abstracto, que alejó al ballet de las languideces románticas fusionándolo con conceptos más modernos y despojándolo de su argumento y teatralidad en el entendido de que lo más importante del ballet es el movimiento en sí mismo.

En la sala, una veintena de bailarines espera su turno mientras otro grupo ensaya los pasos, que son todo un desafío, especialmente en lo que refiere al trabajo de puntas y pies, que deben moverse con una precisión y velocidad bastante difícil de lograr incluso para un bailarín profesional. “Ok… that’s bad”, “Ok, let’s do it, pretend that’s right” ("Eso salió mal", "Ok, sigamos, pongamos que estuvo bien"), se escucha pronunciar al maestro mientras los bailarines se esfuerzan por realizar las complejas evoluciones. "What are you saving for?” “¿Qué te estás guardando? Dalo todo”, dice Cook mientras imparte lecciones.

La primera de las difíciles

Entre otras cosas, Bocca está feliz por este trabajo. Es la primera vez que el BNS ensaya una obra de Balanchine, lo cual es todo un privilegio. Montar una de estas piezas no es sencillo, entre otras cosas porque la Fundación (The George Balanchine Foundation) cuida mucho de qué manera se van a reponer sus obras. “Como ya he trabajado con ellos y saben cómo soy de exigente y responsable me quieren ayudar a que Uruguay conozca sus obras”, dijo Bocca a la diaria. Además, Balanchine marca un antes y un después en el proceso de aprendizaje de una compañía. “Es importante que el BNS tenga esta obra en su repertorio porque es el comienzo para poder hacer otras obras emblemáticas y difíciles técnicamente”, agregó.

Donizetti Variations, estrenada en 1960, fue diseñada para una pareja principal junto a seis mujeres y tres varones. Al momento de realizar esta nota los roles principales estaban aún por definirse, pero el femenino se barajaba entre Rosina Gil, Giovanna Martinatto, Vanessa Fleita y/o Gabriela Fletch y el masculino entre Walter Lateulade y Guillermo González.

Si hay algo que caracteriza la obra de Balanchine es su profunda relación entre música y movimiento, al punto que varios estudiosos de su legado consideran que en Balanchine “la danza es música llevada a la vida física”, tal como se lee en una nota escrita por Óscar Flores Martínez en la revista Danza Ballet.

“Juega mucho con el canon y tiene una gran variación de tiempos, requiere una profunda compenetración con la música. Es como si fuéramos un instrumento más en la partitura”, dijo Rosina Gil a la diaria. “Balanchine solía decir que hay que ver la música y oír la coreografía”, agregó la maestra asistente, María Inés Camou.

Cook explica que la obra tiene elementos de humor y el sabor de una comedia italiana. “La música pertenece a la ópera Don Sebastián, secciones separadas que Mr Balanchine puso juntas. Balanchine encontró su idea en la música, pero yo les decía a los bailarines hoy que no siempre tienen una nota. Muchas veces Balanchine pone los acentos en el espacio, en el silencio, y los bailarines no siempre están acostumbrados a eso. Les explico que ellos son una voz adicional en la partitura, tienen que dejar fluir su ritmo interior para presentar visualmente el ritmo y que la música vaya a su alrededor. Yo diría que la obra es pura alegría, no podés mirar esto sin irte con una sonrisa, es imposible no sonreír, es maravilloso. Te hace feliz. Transmite alegría”, dijo Cook.

La primera parte del programa que presentarán del 17 al 28 de junio en El Galpón cierra con Adagietto, del coreógrafo argentino Oscar Araiz, una obra -que ya ha sido presentada en Uruguay por el Ballet Contemporáneo del teatro San Martín- creada hace 40 años pero que, al igual que las piezas de Balanchine, se mantiene vital como si hubiera sido creada ayer. “Es una obra muy poética, muy lírica, con una ligazón del movimiento que es como si estuvieras bailando dentro de una piscina de miel”, explicó Bocca.

Acompañada con la Quinta sinfonía de Mahler, Adaggieto es todo un clásico de la coreografía contemporánea inspirada en los movimientos del tai chi, caracterizados por su lentitud, su circularidad, flexibilidad y suavidad que transmiten un fuerte sentimiento de armonía. “Es un dúo que busca la continuidad en el movimiento. La energía fluye y se complementa y termina fusionándose una en la otra, como formando el símbolo del yin y el yang. Francisco Carámbula y Lara Delfino, Luis Ramos y Jesica Schapira son las dos parejas que están en los primeros repartos”, mencionó Camou.

La gala incluye Percusión para seis hombres (1969), una de las primeras obras del coreógrafo venezolano Vicente Nebrada, uno de los grandes creadores latinoamericanos que supo extraer nuestro sentir e identidad. Todo un reto para el plantel masculino ya que se trata de “una obra técnica de virtuosismo y bravura. La organicidad, el poder combinatorio y la fluidez del movimiento de Vicente son fantásticos”, dijo Camou.

Para el cierre está reservado un estreno mundial, Tango & candombe, de la coreógrafa argentina Ana María Stekelman, que será la pieza emblema del BNS en el exterior ya que fusiona dos ritmos bien uruguayos con técnicas más contemporáneas.

Grand jeté

Para Bocca, “estas funciones son una despedida del ballet hacia un nuevo paso, un nuevo escalón”. “El año pasado recuperamos la gira nacional y este año vamos a conquistar el mundo, nuevos escenarios”, afirmó.

La gira nacional de 24 días empieza el 1º de julio y comprenderá las ciudades de Bella Unión (Artigas), Salto, Young (Río Negro), Trinidad (Florida), Mercedes (Soriano), Carmelo (Colonia), San José, San Carlos (Maldonado), Rocha, Treinta y Tres, Minas (Lavalleja) y Canelones. En definitiva, 17 funciones en 13 departamentos.

La gira internacional que tendrá lugar del 6 de julio al 1º de agosto prevé actuaciones en varias ciudades de España, como Segovia, Madrid, el Festival de Rias Baixas de Pontevedra, La Coruña, Málaga, Vigo, Santiago de Compostela y Niebla (en Huelva). En Italia habrá actuaciones en Verona y Nápoles.

“La compañía sigue trabajando, mejorando y haciendo funciones, que es lo importante para un artista. Estoy muy feliz de que haya podido salir esta gira internacional y de ir a departamentos de Uruguay que no pudimos visitar en las anterior”, dijo Bocca.

La temporada 2011 continuará con Corsario y Cascanueces. Entre lo que vendrá figura una obra con coreografía de Martín Inthamoussú de la que todavía se sabe muy poco, así como Carmina Burana con orquesta y coro.

Al mismo tiempo, Bocca ha conversado con Gustavo Santaolalla para que Bajofondo Tango Club haga la música de una nuevas obra del BNS. Todavía no está concretado. Ésa fue una conversación preliminar que tuvieron no ya en un café, como antes, sino por chat, explica Bocca. Pero, como se sabe, a veces de esos sueños o delirios compartidos, de esas ideas que surgen en forma espontánea, es de donde surgen las mejores cosas.

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