Hace tres décadas, un pequeño film de horror de bajísimo presupuesto revolucionó el género, introduciendo un universo propio, una enorme cantidad de recursos visuales novedosos y un extraño sentido del descontrol que hacía que los espectadores se preguntaran si estaban frente a un chiste visual, a una sobrecogedora visión de un espanto sin límites o, simplemente, a una exageración general. En todo caso, pocos de los primeros espectadores de Evil Dead (1981) -llamada Diabólico en Latinoamérica- salieron intactos del cine y aunque la película no tuvo más que un moderado éxito, se convirtió en objeto de culto, propulsando a su inventivo director -Sam Raimi (Un plan simple, El Hombre-Araña) a la cima de Hollywood.
La película tenía el más elemental de los argumentos; un grupo de jóvenes viaja a una apartada cabaña en los bosques, donde encuentran una copia del ficticio y oscuro libro El necromicón (una creación del escritor HP Lovecraft), y unas grabaciones de invocaciones provenientes de éste que, al escucharlas, despiertan a una serie de demonios que van matando y poseyendo a los desgraciados visitantes de la cabaña. La película, a pesar de su económica manufactura y sus actuaciones amateur, se destacaba por la intensidad de su violencia -con explosiones de gore pocas veces vistas-, que, una vez desatada, no conoce pausa hasta el final, así como por algunos recursos de Raimi -como perseguir a los protagonistas con una shaky cam, como si su punto de vista fuera el del demonio- que luego fueron imitados por medio mundo.
El filme tuvo dos secuelas, Evil Dead II (1987) -que era, más que una segunda parte, una remake más profesional y payasesca del primer film- y Army of Darkness (1992), que hacía viajar al protagonista Ash (Bruce Campbell) al pasado, donde vivía aventuras que parecían animadas por Ray Harryhausen. Ambas películas también se volvieron objetos de culto, aunque son films mucho más aventureros, cinéfilos e irónicos que el original.
A pesar de su éxito actual con otras franquicias, Raimi parece extrañar sus creaciones originales, y la revista Dread Central confirmó que se estaba preparando una nueva remake de la historia original, la cual tendría una orientación más bien independiente, muy distinta de las actuales superproducciones de Raimi, quien, a su vez, no dirigiría la película, pero la produciría y participaría del guión.
La sorpresa, para los uruguayos al menos, sería el reclutamiento de Federico Álvarez como director de esta secuela. Álvarez se volvió reconocido internacinonalmente con su corto Panic Attack -aquel donde un ejército de máquinas destruye el patrimonio urbano de la ciudad de Montevideo- y tras el éxito de esa pieza en YouTube, pasó a residir en EEUU, donde hizo contacto con Raimi.
Otro repetido en esta Evil Dead será Bruce Campbell (un actor cuyo rostro parece una caricatura), quien con 30 años más ya no podría asumir el rol del joven, valiente, torpe y algunas veces guarango Ash, pero seguramente tendrá un papel importante en la trama. Para los amantes del horror la noticia es, sin duda, todo un acontecimiento. Para los del cine uruguayo, una posible paradoja.