-¿Qué aspectos exigen una mejorar?
-Nosotros tenemos un magisterio con una trayectoria de muchos años y con una evaluación permanente, pero no hemos resuelto a nivel de país el tema de las especializaciones. Si bien en la década del 60 había surgido el Instituto de Magisterio Superior, que preparaba maestros especiales para niños sordos, con problemas motrices o intelectuales, hoy eso no existe como tal; existe un centro de capacitación pero no hay una formación continua a la que los maestros puedan ingresar y formarse en una especialización que supone todo un trabajo de práctica además de la teoría. Esperamos que las autoridades se sensibilicen y resuelvan pronto esta situación.
-También planteó que hay que incentivar la vocación...
-Muchas veces se habla de que la vocación es un problema, yo creo que el problema es el reconocimiento al maestro a nivel nacional, y pasa también a nivel internacional. Vos hoy decís que vas a estudiar magisterio y te dicen: "Pensalo bien porque te van a pagar tan poco, y además vas a tener que ir a esas escuelas de contexto donde hay problemas de conducta y disciplina de violencia doméstica". Claro que existen estas situaciones, entonces tendríamos que generar cambios. No puede ser que un maestro esté trabajando en dos lugares, tiene que trabajar en un solo lugar y ganar un buen salario que le permita vivir. Hay vocacionales, seguramente la mayoría lo sea.
-¿Cómo ha sido la matrícula?
-Este año volvió a aumentar, pero estamos estancados. Estamos entre 400 y 500 ingresos anuales. Pero el problema es que los alumnos egresan pero se dedican a otra cosa. Como afortunadamente hay trabajo en el país, hay muchas ofertas laborales, y el que egresa y siente que no le satisface lo que puede ganar como maestro, sumado al desgaste psicológico que supone la actividad, se dedica a otra cosa. Entonces tenemos que tener la convicción de que hay que apoyar a esta formación docente.