La autora explicó que los remedios caseros existieron siempre y son producto de la prueba y el error, por lo que muchos funcionan y otros muchos son “mitos infundados”. Varias son las supuestas verdades desmitificadas por la autora en su libro: la leche para la acidez, cuando en realidad no hace más que reproducirla; las barritas de azufre para las contracturas musculares, “la barrita siempre se rompe” porque el azufre está ubicado en forma de celdas que adentro tienen aire, éste al calentarse se dilata y rompe las celdas; el consumo de zanahoria para mejorar la vista o el ajo crudo para bajar los niveles del “colesterol malo”, entre otras.
Sobre el mito de que consumir vitamina C sirve para prevenir o tratar los resfríos, la autora aclaró que esta vitamina “no se acumula” y que las personas necesitamos “una cantidad muy chiquita”, de 45 a 60 miligramos, que se obtiene con una dieta balanceada. El exceso de vitamina C es eliminado con la orina, por lo que no tiene sentido aumentar la dosis. El origen de este mito viene de la mano de un Premio Nobel de Química, Linus Pauling, quien dedicó muchos años a la promoción de los beneficios de la vitamina C en el tratamiento de gripes y resfríos. Por otra parte, los laboratorios, y su publicidad, se aprovechan cada invierno de este malentendido.
Entre los remedios caseros que sí funcionan y tienen una base científica, Edelsztein se refirió, entre otros, al clavo de olor para los dolores de muela ya que es un anestésico natural; pasarse un anillo de oro para los orzuelos, aclarando que es el calor el que ayuda y no el anillo ni el oro; el uso de la cebolla como expectorante o los beneficios de “tirar el cuerito”, ya que los pellizcos de la piel en la zona de la espalda estimulan nervios que aceleran el movimiento estomacal.
Cuando se abrieron las preguntas al público, un tema que surgió fue el de los transgénicos y sus posibles efectos negativos en la salud. Sobre este punto, Edelsztein señaló que “todas las semillas que se usan para cultivar están irradiadas y tienen algún nivel de transgenicidad, excepto los alimentos puramente orgánicos, que son muy pocos. Pero no hay ningún estudio que hable de un efecto negativo. Se dice que no conocemos el efecto a largo plazo, pero en realidad los transgénicos se usan hace miles de años con los injertos de las plantas y nunca nadie tuvo problemas”. El problema, según opinó, “es cómo se usan industrialmente para generar monopolios y lucrar con eso”.
Bacterias, virus, fármacos
Aunque el título del libro refiere a los remedios caseros, sus mitos y verdades, el contenido se extiende a otros temas. La autora cuenta de manera resumida el descubrimiento de los microbios y las bacterias, “la teoría germinal de las enfermedades” del químico Louis Pasteur, el descubrimiento de los virus, su composición y forma de multiplicación, así como el surgimiento de las vacunas y su desarrollo.
Sobre los antibióticos, Edelsztein explica sus funciones específicas contra las células bacterianas, de modo que no pueden utilizarse antibióticos contra los virus y tampoco como preventivos de enfermedades; advierte sobre los peligros de la automedicación y del abandono del tratamiento cuando uno ya se siente bien, hechos que ayudan a que el medicamento pierda su efectividad.
Aborda, a su vez, el camino iniciado por Paracelso, médico y alquimista suizo del siglo XVI, que propuso separar de las plantas lo que hoy se llama el principio activo, es decir, aquello que tiene propiedad terapéutica. La autora nos cuenta cómo se llega entonces a la fabricación del principio activo en laboratorio, así como el inicio de la extracción, purificación y síntesis de todo tipo de compuestos naturales (proteínas, grasas, vitaminas, entre otras). Para explicar cómo se dio este proceso, propone el ejemplo de la aspirina y hace un recorrido por su historia y sus posibles usos.
Otros temas tratados son el desarrollo de nuevos fármacos y las distintas fases de investigación; el tratamiento que hacen los medios de comunicación al difundir erróneamente nuevos descubrimientos; la farmacología, ciencia que estudia cómo ingresan los medicamentos a nuestro organismo, sus efectos y eliminación; la farmacogenética, que estudia cómo las características genéticas de una persona determinan el efecto de un fármaco; y los biofármacos (producidos a partir de un organismo vivo). Estos últimos son avances que posibilitarán, según afirma la autora en el libro, el desarrollo de la medicina del futuro.