La distribuidora Océano ha tenido el buen sentido de importar, en sincronía con el estreno de Cloud Atlas, la versión en español de la novela que dio origen a la película titulada El atlas de las nubes: todo está conectado. Esto significa que, por unos cuantos pesos (450), se puede acceder cómodamente a una de las obras más atractivas de la ficción internacional reciente.
Publicada en 2004, esta novela del inglés David Mitchell (Southport, 1969) atrajo y sigue atrayendo, por su riqueza estructural y su complejidad temática, a numerosos públicos; alcanza decir que fue nominada simultáneamente a certámentes de “alta literatura” como el Booker Prize y a premios de ciencia ficción como el Nébula y el Arthur C Clarke. El subtítulo “todo está conectado” tiene, además de resonancias con la escritura paranoide de Thomas Pynchon, vinculaciones con la “teoría del todo”, pero no se trata de fría física o filosofía disparatada sino más bien de afinidades espirituales, intelectuales, entre personajes multifacéticos. Como si fuera poco, la novela es una proeza lingüística: para el capítulo central, ambientado en un futuro remoto, Mitchell crea un intrincado dialecto que debe haber enfebrecido al traductor peninsular.
“Una novela es una sucesión de cuentos; esto puede notarse más o menos y el límite entre los cuentos puede ser más o menos borroso, pero eso es ya una cuestión de estilo”, ha dicho Mitchell sobre su costumbre de incrustar historias dentro de historias, que desplegó tanto en Cloud Atlas como en las novelas que la precedieron, Escritos fantasma (Ghostwritten, de 1999) y number9dream (2001). En cambio, para sus siguientes trabajos, la autobiográfica Black Swan Green (2007) y la novela histórica Mil otoños (The Thousand Autumns of Jacob Zoet), abandonó la narración desde múltiples puntos de vista e incluso, en el último, se animó a salir de la primera persona. En todo caso, Mitchell es un escritor que entusiasma a lectores -parece que Cloud Atlas será más exitosa como libro que como película- y a críticos de diversos palos: en 2009 la universidad escocesa de Saint Andrew le dedicó un coloquio completo a su ficción.