Ayer en las instalaciones de la empresa automotriz Nordex, en Colón, se percibía un ambiente de fiesta. El motivo era la inauguración de la planta de armado de vehículos. El acto ameritó una carpa aparte donde no faltó la comida, ni televisores que mostraban cómo iba a ser el proceso productivo, además de la presencia del presidente de la República, José Mujica, y del titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman.
Uno de los coordinadores de la planta contó a la diaria que la construcción comenzó hace un año, aunque las negociaciones con los empresarios chinos se remontan a “unos años más atrás”. En la recorrida por la planta explicó los procesos por los que pasan las carcazas de los autos (lo primero que llega a la planta) hasta llegar al producto final: soldadura, cataforesis (un proceso “automático” en el que se sumerge el vehículo para un “baño electroestático de pintura”), pintura y montaje final. Nordex se fundó en 1962 y originalmente se dedicaba a ensamblar automóviles, pero desde hace años había comenzado a armar vehículos de transporte utilitario. La planta producirá 20 unidades por día de vehículos Geely, sin dejar de lado sus otras líneas de producción, lo que eleva la cifra a un total de 50 vehículos por día. Esto a partir de autopartes básicas chinas junto a cubiertas y baterías de proveedores de la región. Hoy, en plena etapa de ingreso, ya hay 350 personas trabajando en la planta, y estima que el proyecto tiene el potencial de elevar la cifra hasta 700 puestos de trabajo directos.
Dueños de nuestro futuro
En la conferencia de prensa, Kreimerman destacó el “crecimiento de las relaciones entre China y Uruguay”. Resaltó la importancia de que “las inversiones contemplen los distintos intereses de la región”.
Kreimerman destacó la necesidad de avanzar en las inversiones mutuas que apunten a productos más industrializados. “En apenas cuatro años, esta industria, que da mucho trabajo, valor agregado y mano de obra calificada, ha duplicado sus exportaciones, superando los 500 millones de dólares”, afirmó. “Gobernar consiste en hacer crecer competitivamente estos complejos [industriales] ya existentes y agregarles tecnología”, sintetizó.
Mujica dijo en referencia al desarrollo económico que “nadie nos [lo] va a regalar, sino que será hijo de nuestro esfuerzo”. “Estamos a mitad de camino”, señaló, “pagando las consecuencias de crecer al 1% promedio durante 50 años”. “Nos ha costado mucho como país en una política global hacer que venga gente con capital y conocimiento a invertir en nuestro país”, recordó. “No es casual que andemos en una tasa de inversión de 22% del PIB [Producto Interno Bruto], esto significa un margen mínimo de acuerdo nacional, lo cual no quiere decir andar ‘besito con besito’; cada cual con su manera de pensar”, afirmó. “Pero necesitamos que esto que estamos logrando se mantenga y se multiplique, sobre todo juntar fuerzas para ser desarrollados y crear en Uruguay una realidad irreversible”. “[Tenemos que ser] sabios al recoger el beneficio y acumularlo en inversiones para que seamos dueños de nuestro futuro”. “Mantengamos el fuego prendido de la esperanza en nosotros mismos”, culminó.