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Juan Pellicer.

Foto: Pablo Nogueira

Baile de más caras

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Vuelve “Historia de la música popular uruguaya” a TevéCIUDAD los miércoles a las 22 horas, con reiteración el domingo en el mismo horario.

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Editar

Desde 2009 -año en que es emitida por primera vez- la serie documental “Historia de la música popular uruguaya” se ha convertido en una referencia ineludible de la música nacional, abarcando una época fundamental para la conformación de una identidad nacional: 1960-1989.

Dirigida por Juan Pellicer, esta serie recorre 400 canciones y 57 entrevistados a lo largo de 15 capítulos, en los que circulan varias caras conocidas, como la de Daniel Viglietti, Jaime Roos, José Carbajal, Eduardo Darnauchans, Eduardo Mateo, el Corto Buscaglia, Leo Maslíah, Ruben Rada, Coriún Aharonián, Rubén Castillo, el Choncho Lazaroff, Gabriel Peluffo y otras figuras relacionadas con el Canto Popular y el pop local, pero también –y es una grata sorpresa- la inclusión de personajes del género tropical, como es el caso de Carlos Goberna, presentados con el mismo grado de rigor investigativo.

Pellicer contó a la diaria que los responsables de “Historia de la música popular uruguaya”, además de ser un equipo egresado de Ciencias de la Comunicación, trabajan como técnicos en canales de televisión, por lo que cuenta tanto con información teórica como técnica. Vinculado o no a esta particularidad, la serie cuenta con un sólido nivel en su investigación y en la dinámica audiovisual, que exhibe una calidad de edición poco frecuente en nuestro medio.

El director confesó que siempre le había llamado la atención por qué existían investigaciones de la historia de la música orientadas más bien hacia otros lados del mundo, y no hacia los lugares propios. Con la inquietud de desarrollar proyectos con una identidad local, junto a la pasión por la música, es que comenzó a investigar sobre el tema, con la premisa de no contar exclusivamente la historia de los artistas que le interesaban en particular.

Es así que, ampliando la mirada también en el contexto sociopolítico que ha atravesado el país, buscaron qué tipo de artistas eran los que se escuchaban, quiénes eran los que movilizaban a la gente y generaban una movida importante de público, aunque sin dejar afuera a los renovadores y generadores de cambios (como es el caso de Mateo y Lazaroff). Pellicer cita el ejemplo de Rada, alguien que integró ambos mundos: mientras que en los años 60 contribuyó a adaptar el lenguaje candombero al formato canción, participando en la experiencia relativamente minoritaria del primer candombebeat, luego se transformó en un artista realmente popular.

En la descripción del proceso, Pellicer dice que se fueron “identificando los mojones, entrevistando a periodistas, musicólogos y músicos”, integrando en principio a todos los géneros, casi sin excepciones. Incluso se cuestionaron el caso del tango, ya que básicamente se reproducen los éxitos de la vecina orilla, aunque fueran compuestos por uruguayos.

Otra de las particularidades a las que se refirió fue cómo los músicos más conocidos de la música popular que pertenecen a la década del 60, y vinculados con la izquierda, eran escuchados por sectores de la derecha, incluidos los militares que los vetaban.

Por otra parte, Pellicer confesó que el género tropical era el que más curiosidad le generaba. “Viví la sensación de discriminación que ellos me transmitían. La gente que hace música tropical vive de eso, repite un esquema que le funciona; al igual que aquellos que tocan punk rock o candombe sin un trasfondo detrás”, afirmó. En el capítulo dedicado a este movimiento, el espectador puede acceder a datos desconocidos por la mayoría, como las primeras actuaciones del género en el teatro Solís por el sello Macondo.

Hace un buen tiempo, Juan Pellicer y su productora Cecilia Easton tienen como proyecto pendiente la publicación de la serie en formato DVD. Al preguntarle si avanzaron en algo, el director confesó que está estancado y se ha cansado del proceso lento. Dijo que no es un problema con los músicos ni con AGADU, sino con las negociaciones particulares con los poseedores de los derechos. Si bien prefirió no dar nombres, transfiere la responsabilidad a personas que no entienden el trabajo que se realizó y piden mucho dinero a cambio.

En la actualidad, Pellicer tiene planes para continuar la serie, en este caso para abarcar la década del 90 y del 2000, luego de haber ganado el llamado de la IM en el Fondo de Inicio de Rodaje, este mismo año. Además, tiene ganas de contar con un sitio web en el que se pueda acceder a los artículos de prensa del 50 y 60, y que centralice la cuantiosa información obtenida.

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