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Planta del ex frigorífico Nacional, al oeste de Montevideo, frente a donde se instalará la planta regasificadora. (archivo, julio de 2012)

Foto: Sandro Pereyra

El futuro llegó regasificado

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Compañías internacionales llevarán adelante la mayor inversión en infraestructura energética de la historia del país.

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Hace algunos días, autoridades del gobierno nacional confirmaron la contratación de la empresa francesa GDF Suez para la construcción y operación de la terminal de regasificación a instalarse mar adentro, al oeste de Montevideo, en la zona de Puntas de Sayago.

En agosto de 2011, UTE y ANCAP crearon la empresa Gas Sayago SA con el fin de llevar adelante el proyecto “Gas Natural Licuado (GNL) del Plata: Terminal de recepción y regasificación”. Desde ese entonces estaba previsto que sería ésta la empresa encargada de contratar al proveedor de servicios que construya, opere y mantenga la terminal y asimismo, preste los servicios de recepción, almacenamiento, entrega y regasificación.

Ayer, en conferencia de prensa, Marta Jara, gerenta general de Gas Sayago, contó que la elección de la empresa francesa surgió a partir de la resolución emitida el viernes por 40 técnicos, entre los que se encontraban autoridades de la Dirección Nacional de Energía (DNE) del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), UTE, ANCAP, la Administración Nacional de Puertos (ANP), Hidrografía, la Universidad de la República, la misma Gas Sayago y expertos internacionales consultados especialmente para la propuesta. En su opinión, el resultado fue “técnicamente aceptable, y económicamente sustentable”.

Para Jara, la introducción de GNL en la matriz energética del país es un proceso “complejo, tanto desde el punto de vista técnico como comercial”, ya que el proyecto debe tener en cuenta todos los aspectos de la cadena: la provisión del GNL, su transporte y la carga a las unidades de regasificación y, finalmente, la venta, distribución y uso del gas. En Uruguay, la introducción de gas natural está pensada principalmente para robustecer la generación de electricidad, pero también en la operación de las unidades térmicas, en situaciones en que no se producen energías renovables por aspectos climáticos y para garantizar el abastecimiento de gas “a mejores tarifas”. Otros usos previstos podrían ser como combustible para el sistema de transporte terrestre y fluvial.

Hoy en día, en el mundo existen 19 países productores de GNL, con 25 plantas en operación y 16 en construcción. Por otro lado, son 23 los países que importan este producto.

En el caso de Uruguay, se optó por una planta off-shore, es decir, dentro del mar, “por ser más beneficiosa que una instalación en tierra”, en cuanto a tiempo de construcción, costos de inversión y seguridad. El proceso de regasificación y de almacenamiento de GNL se realizará en el mar, en una instalación que se ubicará a 2,5 kilómetros de la costa, frente a Puntas de Sayago.

La propuesta presentada por GDF Suez se compromete a producir hasta diez millones de metros cúbicos diarios de gas natural. Además, se construirá una escollera de piedra y hormigón de 1.500 metros de largo, y una unidad de almacenamiento flotante de 263.000 metros cúbicos. Según lo estipulado, la terminal comenzará a operar en marzo de 2015, de manera provisoria mediante una solución “puente”, y la totalidad de las obras se completará en abril de 2016. GDF, adjudicataria del contrato de construcción y operación de la terminal, es una empresa transnacional privada que Jara definió como “líder mundial en producción de energía”.

¿Cuánto es?

Previo a cuantificar los costos de la terminal, Jara aclaró que los números presentados son “de carácter ilustrativo, por tratarse de un cálculo financiero [en valor tiempo] llevado a 2013”. Posteriormente, explicó que el proyecto tiene tres componentes principales: la terminal; el dragado del área de operaciones de la terminal y canal de acceso; y el gasoducto que conectará con las instalaciones del Gasoducto Cruz del Sur, localizadas en la zona de Los Bulevares.

Respecto de la terminal, el canon es de siete millones de dólares mensuales y corresponde a la construcción de la escollera y muelles de atraque de barcos, tanto para almacenamiento como remolcadores, y para servicios diversos.

Jara agregó que estos activos se pagarán en 15 años y serán transferidos al Estado al finalizar el contrato. Por otro lado, el alquiler del buque tanque regasificador, que actuará en Uruguay durante 20 años (hasta el término del contrato), genera un costo mensual de cinco millones de dólares. Asimismo, los servicios de regasificación, operación y mantenimiento de las instalaciones ascienden a dos millones de dólares mensuales, y aclaró que es el único elemento que se ajusta por inflación anualmente. En definitiva, el monto de inversión para el proyecto en cuestión, hasta 2026, se estima en 1.125 millones de dólares.

El dragado del área de operaciones estará a cargo de Gas Sayago, pero fue adjudicado a la empresa china Shanghai Dredging Company, una de las más grandes del mundo en este rubro, y que al momento de la licitación ofreció “precios muy competitivos, sin precedentes en el mercado”. Las obras, que abarcan la apertura del canal de acceso y un círculo de maniobras, se ejecutarán en 20 meses y el monto de las tareas es de 37 millones de dólares.

Por otra parte, el gasoducto tendrá un tramo subacuático de 2,5 kilómetros y otro terrestre, de 12. Según Jara, este subproyecto se ejecutará en 20 meses, pero aún se encuentra en la etapa de “conceptualización”, por lo que no se ha llevado a cabo la licitación, y por ende, tampoco puede precisarse su costo.

El arte de regasificar

Si bien Jara explicó que la composición del GNL “varía según su origen”, mayoritariamente consta de 95% a 97% del gas natural metano en forma líquida. El resto se compone de otros hidrocarburos, como etano y propano. Por otro lado, aseguró que el gas “no es tóxico”, aunque sí inflamable. “Entre los combustibles fósiles, es el que produce menor huella de carbono y el de menor impacto ambiental”, afirmó.

Cuando el gas natural es enfriado a -162 grados Celsius disminuye su volumen, aproximadamente, 600 veces y se vuelve un líquido transparente e inodoro. De esta manera, el GNL se transporta “más fácilmente” en los “barcos metaneros”. Posteriormente, se almacena a presión “ligeramente superior” a la atmosférica, en tanques que, aunque aislados térmicamente, no necesitan refrigeración. “Lo que hace el aislamiento, es reducir la transferencia de calor del ambiente externo al GNL”, explicó.

Una vez que el barco metanero que lo contiene llega a la terminal de regasificación, el GNL es transferido, mediante bombeo, a la unidad flotante de almacenamiento y regasificación.

En la etapa siguiente y cuando así lo demande el mercado, el GNL será llevado nuevamente a su estado gaseoso original por medio de intercambiadores de calor. En el caso uruguayo, la gerenta de Gas Sayago contó que para regasificar el GNL se empleará el agua proveniente del mar. Esto se debe a la “gran diferencia de temperaturas” existentes entre el agua (aun en las condiciones más frías, a 10º) y el gas (a -162º).

Sin embargo, especificó que el proceso de intercambio de calor “nunca pondrá en contacto el gas con el agua de mar”. El agua que, naturalmente, se enfría en el proceso de regasificación será devuelta al río, donde recuperará rápidamente su temperatura “normal”. Mientras el GNL, ya transformado en gas natural, será introducido en el gasoducto a construirse, que se unirá con el gasoducto existente (el de Cruz del Sur), donde será distribuido y empleado de acuerdo a las necesidades del mercado.

Según Jara, las estimaciones, considerando un escenario de alta demanda, son de un arribo mensual del barco metanero, que permanecerá amarrado en el muelle para las actividades de descarga por un lapso de 24 horas.

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