“No pienses, porque te equivocás. No me vistas, porque no soy maniquí. No me vendas, porque no tenés con qué comprarme.” Estas palabras de Tanguito, dedicadas a los directores de una discográfica, son las más recordadas de la película Tango feroz, que se estrenó en Argentina en junio de 1993 y se convirtió en un gran éxito de taquilla. Basada en la vida del cantante y compositor José Alberto Iglesias (1945-1972), alias Tanguito, Tango feroz retrató los comienzos de la historia del rock argentino y la rebeldía de los jóvenes frente al sistema. La historia es simple: Tanguito, un músico marginal convencido de sus ideales, que se enfrenta diariamente a la represión y los abusos de poder, se enamora de Mariana, una militante universitaria de clase media.
Esta película de Marcelo Piñeyro, protagonizada por Fernán Mirás, Cecilia Dopazo y Leonardo Sbaraglia, podrá verse de nuevo en los cines del Río de la Plata, esta vez en una versión remasterizada en HD. Con las interpretaciones de otros actores consagrados, como Héctor Alterio e Imanol Arias, revolucionó de cierto modo el cine argentino (en un año se vendieron 19.438.636 entradas), aunque su vigencia pueda resultar cuestionable, sobre todo en lo que tiene que ver con un protagonista construido desde un ideal, que se enfrenta a una sociedad -y unos amigos- mercantilistas. Con motivo de este reestreno, Cecilia Dopazo visitó Montevideo en el marco del Festival de Cine de la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay.
En la puerta del Moviecenter Montevideo, detrás de los afiches promocionales de la película, Dopazo dialogó brevemente con la diaria. Recordó que mientras trabajaba en una película junto a Alejandro Doria, la convocaron al casting para Tango feroz. “Antes de hacer la tercera escena -vos no sabés bien de qué va la película, apenas te cuentan una idea general- me dieron todo el guion para leer, y vos no sabés lo que fue. Me lo devoré, y ya en las últimas páginas no podía parar de llorar. Era algo muy fuerte, y de hecho es una historia de amor conmovedora. Finalmente quedé seleccionada, y fue la oportunidad de mi vida. En verdad me dio tanta alegría como miedo, era lo ansiado pero también lo temido, y esperaba estar a la altura de las circunstancias. Ahora me veo tan chiquita y temerosa, dando lo mejor que podía en ese momento”, dijo la actriz.
Estrenado en medio de la fiesta menemista, Dopazo considera que este film “salió a decir algo muy distinto de lo que se respiraba en la sociedad de entonces. Decía que no todo se compraba ni todo se vendía, que había muchísimas cosas más importantes que la seguridad -el 1 a 1 que terminó llevándonos a la ruina como país-, que el ansia de viajar, mientras se vivía en una burbuja. La película salió a contradecirlo, a hablar del bien común y de los sueños. Además, es un documento interesante de aquella época de fines de los 60 y principios de los 70 que, básicamente, consiste en una historia de amor”.
Cuenta que Marcelo Piñeyro investigó mucho sobre Tanguito, quien por momentos tenía el carácter de mito. Dice que a Piñeyro la historia le cerró cuando conoció a Marcela (personaje que interpreta Dopazo). Ella le contó cómo había sido su historia de amor y del tiempo que estuvieron juntos. La coprotagonista aclara: “Ésta es la leyenda de Tanguito, nuestra interpretación -de Aída Bortnik y Piñeyro- sobre lo que pudo haber sido, o fue, este cantante y compositor, siempre a la sombra de todo”.
Con respecto a las críticas sobre la veracidad del personaje central, Dopazo no duda en explicar que en verdad lo que había era “una expectativa de documental que, al no cumplirse, ofendió a mucha gente del rock, lo que no hizo más que generar polémica y ruido, y, en última instancia, publicidad para la propia película. Porque a nadie le importaba mucho cuál era la verdadera historia, sobre todo porque la película gira en torno a una historia de amor en determinado contexto y no tenía aspiraciones de documental. Nunca me interesó esta polémica, porque siempre supe que ésa no era la intención”.
Considera que este primer trabajo protagónico -cuando apenas tenía 22 años- le abrió muchas puertas, tanto en el cine como en la televisión y la publicidad. “Se abrió un abanico de posibilidades; era muy difícil no perder el rumbo y conservar decisiones propias. Tenías que tener un poco claro lo que tenías, porque era muy fácil marearse. Por ejemplo, fui modelo de “Lux, el jabón de las estrellas” y la cara visible de una marca de ropa. Después vino la película Convivencia, con [José] Sacristán y [Luis] Brandoni, y luego con el mismo grupo hicimos Caballos salvajes. Con el mismo productor de esta película y de Tango feroz hicimos un film en Sarajevo con Imanol Arias, que fue muy interesante, filmamos cinco meses después de la guerra [Territorio comanche, de 1996, basada en la polémica novela homónima de Arturo Pérez Reverte].”
Esta versión remasterizada cuadro a cuadro se encuentra en la cartelera de Moviecenter Montevideo, Portones y Punta Carretas, y Life Cinema Punta Shopping. Regresa a la pantalla la génesis del rock argentino y el conflicto de los distintos valores, anclados en la libertad, el amor y la solidaridad.