El miércoles los alumnos de tercer año de la Licenciatura en Gestión Cultural del Centro Latinoamericano de Economía Humana (Claeh) organizaron un debate en torno a la pregunta “¿Es necesario un Ministerio de Cultura?”, en el que estuvieron presentes el director general de la secretaría del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Pablo Álvarez, el coordinador de los equipos programáticos de Lacalle Pou, Pablo da Silveira, y el especialista en políticas de género Gustavo Robaina. En esa actividad y “ante una pregunta del público, nos enteramos de que el Partido Nacional (PN) aún no tiene un programa de cultura”, comentó luego Álvarez. “En general hubo grandes acuerdos y reconocimientos sobre lo hecho. Aunque en verdad no había muchas posibilidades de discutir, porque no estaba el programa del PN planteado”, explicó. la diaria intentó comunicarse en reiteradas ocasiones con Da Silveira para conocer su opinión, pero no obtuvo respuesta.
El programa de Luis Alberto Lacalle Pou sostiene que “los últimos dos gobiernos han gastado mucho dinero en políticas culturales”. Además, denuncia que el Frente Amplio (FA) no se propuso promover la cultura en general, sino la “cultura compañera”. Beatriz Argimón, integrante del directorio del PN, precisó a la diaria que el FA desarrolló una inversión importante en materia cultural pero que “debe optimizarse”.
Proyecciones
Los programas de gobierno de los cuatro partidos no desarrollan líneas estratégicas de acción, sino apenas un esbozo crítico de la situación actual (desde la oposición) o un reconocimiento de los logros obtenidos en materia cultural (desde el oficialismo). Entre éstos se encuentran la Ley de Seguridad Social para los Artistas, la de los Fondos Concursables y de Incentivo, la creación del Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU), el Espacio de Arte Contemporáneo, el Instituto Nacional de Artes Escénicas, la Escuela Nacional de Danza Contemporánea y los Fondos de Desarrollo de Infraestructuras Culturales en el interior del país.
El coordinador general del programa de gobierno del Partido Colorado (PC), Robert Silva, ratificó la propuesta de crear un consejo nacional de cultura y fomentar la instalación de un sistema nacional de protección y difusión de los derechos. “Esto implica un cambio, ya que requiere una nueva institucionalidad que, sobre todo, tenga una visión transversal e integral de la cultura que unifique esfuerzos y potencie todo el país, con un claro liderazgo del MEC que integre las direcciones de cultura de los departamentos”, dijo Silva.
Planteó fomentar la industria del cine y la publicidad y subsidiar la producción literaria mediante el patrocinio en la edición de libros de escritores nacionales, incentivando la edición de libros digitales. Los colorados entienden que la cultura es un elemento fundamental para la inclusión social, y creen que en el país hay un problema de “democratización de la cultura, junto a una necesidad de desarrollar mejores y más acciones para difundir la cultura general”. “Esto va unido a acciones en la educación, por eso hablamos de crear parques-bibliotecas, sacar las bibliotecas de sus sitios y llevarlas a lugares más visibles”, detalló Silva. Frente a la pregunta de cómo se implementaría esto, respondió que incluirán la experiencia de los parques-bibliotecas de Colombia: complejos urbanísticos formados por edificaciones de uso público con espacios verdes de paseo. Y de esta forma se intentará “modernizar las bibliotecas y aggiornarlas al uso masivo. No se trata de suprimir las bibliotecas que existen, sino también fomentar iniciativas nuevas de creación de los parque-bibliotecas junto a espacios de deportes, educativos, de justicia, de integración social, en el marco de esas plazas, sobre todo en zonas de contexto crítico.”
Dijo que el PC no está para criticar ni para “llegar y refundar”; hay que trabajar fuerte en la democratización para volverla “más visible y llegadera al conjunto de la población. Obviamente que esto va a requerir mayores recursos, pero sobre todo hace falta una mayor institucionalización e integración de todos los actores de la cultura”. Para promover la lectura, el PC propone desarrollar competencias nacionales de deletreo y silabeo, que considera un estímulo importante “que se debe volver a instaurar, aprovechando la televisión digital”.
Beatriz Argimón integra el equipo “Cultura y actividades tradicionalistas” de Lacalle Pou, junto a Mercedes Vigil, Juan Faig y Susana Rodríguez. La dirigente blanca contó que se ha trabajado en dos ejes temáticos: por un lado, la descentralización, porque consideran que “el respeto a las identidades culturales que el mapa territorial nos muestra es un tema que hay que trabajar -por una cuestión de énfasis, nuestro programa tituló esa área ‘Aspectos culturales y tradicionalistas’”-, y por otro lado, el “respeto a todas” las expresiones culturales. “Creemos que las expresiones tradicionales merecen un mayor trabajo, incluso siguiendo el aumento de lo que se está dando, por ejemplo, en la danza tradicional, por intermedio de la Escuela Municipal de Danza. Hay una óptica montevideana que ha perdido todo lo referente a lo tradicionalista, que tiene que ver con la interacción con todas las disciplinas. La apuesta de este gobierno por el Ballet Nacional del SODRE fue muy interesante, sobre todo por el acercamiento de una expresión cultural a la gente por medio de un proyecto bien determinado. Pero hay otras manifestaciones que deben fortalecerse y no se han considerado”.
En la temática referida a las actividades tradicionales, el actual gobierno desarrolló un plan de fortalecimiento de las fiestas tradicionales, en cuyo informe de gestión 2007-2010 (disponible en la web) se especifican los montos directos asignados a fiestas tradicionales y diversos relevamientos, entre otras actividades, y este año publicó una guía gratuita de las fiestas tradicionales uruguayas.
“Nosotros no creemos en los procesos refundacionales. En 1989, durante el gobierno del PN, el tema tradicional intentó ponerse en la agenda cultural. Después existieron muchos vaivenes, y nosotros creemos que debe situarse en un nivel mucho más fuerte, sin pensar que esto tradicional corresponde al interior y acá en Montevideo hay uno o dos episodios y nada más. Una política cultural nacional tiene que integrar, y nosotros sentimos que eso no se dio hasta el momento”, evaluó Argimón.
Puntualizó que les interesa optimizar el uso de la estructura que ya existe a nivel cultural, “desarrollando una política interna y una política cultural desde el punto de vista del turismo. Queremos optimizar las instalaciones -como los museos y las bibliotecas- mediante la descentralización, ya que cada departamento tiene mucho para mostrar por medio de esas infraestructuras”. Identificó la falta de comunicación como una de las problemáticas del FA, y aseguró que un país que cuenta con “una cartelera fantástica de espectáculos diversos” tiene que ir acompañada de una difusión efectiva de lo que sucede. Consultada sobre cómo planea el PN incentivar el consumo cultural luego de difundirlo, Argimón sostuvo que debe haber una batería sistemática de trabajo con las intendencias, porque “es ahí donde se concreta la optimización de la comunicación, el conocimiento de las realidades y las demandas”. Agregó que es necesario apostar más a las direcciones de cultura de los departamentos que a los centros MEC: “La superposición de fuerzas y de rubros no hace bien y conspira contra un efectivo gerenciamiento de políticas culturales”.
En cambio, el referente e integrante de la mesa departamental del Partido Independiente (PI) Martín Apecech aseguró que en la propuesta de su sector han reconocido el gran avance que se produjo desde 2005 en lo que hace a la institucionalidad de la cultura; “la Dirección de Cultura pasó a ser una Dirección Nacional de Cultura, con una autonomía de vuelo bastante importante, al ser unidad ejecutora de lo que es el tema presupuestal” del MEC. Apecech sostuvo que cuando Tabaré Vázquez asumió el gobierno se pautó el compromiso de llevar adelante una política de descentralización y fomento a la cultura, pero con el correr del tiempo comenzaron a surgir cuestiones con las que ellos han marcado “una notoria discrepancia”. Apecech percibe “grandes carencias en lo que tiene que ver con atender al interior” y a la capacitación de operadores en gestión cultural. El referente considera que este tema se ha desarollado mucho a nivel privado, pero “el Estado no ha participado, cuando antes sí lo hacía. Los cursos de Gestión Cultural en el Claeh y la Fundación Itaú nacieron del MEC”.
Al ser consultado sobre el nuevo diploma en Gestión Cultural que otorga el Espacio Interdisciplinario de la Universidad de la República, prefirió no opinar por no conocerlo en profundidad, pero deseó: “Ojalá no tenga el mismo destino de la Tecnicatura en Museología, que obtuvo una concurrencia de más de 600 alumnos y sólo duró tres años porque se cortaron los recursos”.
Incentivos y artistas
Los Fondos Concursables para la cultura fueron creados en 2005, a partir de un programa que destina fondos públicos para proyectos artísticos por la vía de mecanismos concursables, con el objetivo de democratizar la cultura y el acceso en igualdad de oportunidades a los bienes culturales. El programa de Luis Alberto Lacalle Pou considera que los fondos son de “bajo prestigio” y los rige una “oscura gestión”, y por eso propone suplantarlos por un fondo para artistas emergentes. Argimón expresó que es necesario reformularlos brindando más información y facilitando un acceso mayor, ya que “quedan muy limitados a un circuito”.
“Nos parece que es bueno ir rotando a quienes forman parte de los jurados y a quienes deciden; esto hace a la esencia de una dinámica especial. Estas políticas deben contar con la mayor información a nivel nacional posible, para que pueda acceder a ellos la mayoría de los que lo deseen”. Argimón dijo que existe un sistema desarrollado en lo que tiene que ver con cómo piensan el tema del respeto a todas las disciplinas culturales. Considera que existen proyectos muy interesantes que hay que fortalecer, y si bien reconoce que se ha trabajado mucho en el sector audiovisual, cree que es necesario fortalecer el ICAU, y destaca la modalidad en la que se llevó a cabo la mesa de trabajo a partir de un compromiso. Indicó que es de sumo interés el proceso en el que “esta industria incipiente logró reunir a todos sus actores desde casi su arranque”.
Otro de los planteos del PN radica en que la Comedia Nacional deje de ser un elenco capitalino para convertirse en uno nacional. El elenco oficial ha llevado a cabo giras por el interior de forma ininterrumpida, además de sus funciones por los barrios, pero el PN considera que es necesario pensar en coordinación, ya que “pretende ser nacional cuando depende de la Intendencia de Montevideo [IM] y muchísimo del Teatro Solís”. Argimón fue consultada sobre si manejaban la idea de trasladar la Comedia de la IM al MEC, pero respondió que éste es un tema que aún se encuentra en discusión.
Apecech afirmó que es necesario dotar de mayores recursos a los Fondos Concursables y a los concursos nacionales de literatura, el Fondo Nacional de Música y a la Comisión Fondo Nacional de Teatro, otorgándoles otro “sitial de privilegio dentro de las políticas culturales”. Para él, muchas de las iniciativas que se ejecutan actualmente tienen un origen previo a los gobiernos del FA: “Así lo queremos expresar. Los Fondos Concursables, los centros MEC y otros programas como la Red de Directores de Cultura vienen desarrollándose desde los años 80 y 90, acompañando el proceso de consolidación democrática. No son nada nuevo, estos programas se han ido perfeccionando, y su importancia radica en haber concretado una institucionalidad del área cultural”.
El referente del PI manifestó que es necesario promover a nuevos artistas, afirmando que el país cuenta con una gran tradición de creadores, aunque cree que las políticas no les han asignado la debida importancia a las nuevas generaciones que comienzan a emerger en la música, el teatro, el cine y la literatura. La estrategia que proponen desde el partido es el desarrollo de un programa de promoción “de los nuevos valores”: “El artista necesita una formación, los músicos necesitan perfeccionarse. En los años anteriores había un mecanismo pautado con cada intendencia por el que iban docentes de teatro, literatura y maestros de música a perfeccionar los nuevos valores en cada departamento”.
El frenteamplista Álvarez expresó que sin duda los Fondos Concursables son instrumentos que deben estar a disposición de sus objetivos. Interrogado sobre los cuestionamientos de los formularios que deben ser completados, y el triunfo de ciertos artistas que “aprendieron a llenar documentos”, sostuvo que el formulario no es el centro del proyecto sino el mecanismo por el cual se accede a él. “Sí se entiende que se debe mejorar. Aunque hay una tensión, porque si no se exige cierta información en determinados formatos, queda demasiado librado a la imposibilidad de comparar para poder tomar una decisión, y terminaría siendo muy arbitrario por parte de quien decide. Por otro lado, si se vuelve muy exigente termina siendo restrictivo para los que se quieren presentar y no cuentan con una formación burocrática de ‘llenar un formulario’”.
Consideró que es algo a mejorar y que no se pretende que el formulario tenga un valor en sí mismo. También añadió que se pueden llevar adelante cambios que tienen que ver con el propio documento o con la formación, preparación y mayor apoyo para aquellos que deseen postularse.
“Hay que mantener los incentivos y la formación. El énfasis debe estar en que no debe ser -y además no ha sido- la única política.” Álvarez recordó que a nivel de las industrias culturales se ha trabajado persiguiendo este sentido: “Una cantidad importante de proyectos se ha desarrollado a partir de una política pública que se ha sostenido y que luego permitió su funcionamiento con mayor autonomía”.
Valoró que éste es un buen diseño de política pública, sobre todo porque el Estado participa en la promoción y el fortalecimiento de una demanda y quizá, también, de una oferta, pero “no coopta esa actividad. En cultura esto siempre es importante, y estas políticas públicas como tales no existían antes de los gobiernos frenteamplistas”.
Con respecto a los derechos laborales de los artistas, anunció que han trabajado conjuntamente con una comisión que ahora también integran el Banco de Previsión Social y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que por razones de tiempo, cuando se elaboró la Ley del Artista, aprobada y reglamentada en 2009, no habían sido incluidos. También precisó la necesidad de trabajar a nivel de Estado para poder cumplir activamente la Ley: “Un elemento central que no aparece en la discusión, pero que también es importante, tiene que ver con cómo paga el Estado. La forma de pago a los artistas muchas veces no permite el cumplimiento pleno de la propia legislación existente. Lo hemos intentado resolver, pero creo que uno de los trabajos hacia el próximo gobierno -en el diseño del nuevo presupuesto- debe ser encontrar efectivamente una modalidad contractual que nos permita el desarrollo de las políticas culturales y el pleno respeto y consolidación de los derechos de los artistas como trabajadores”.
Estrategias a futuro
Como ejemplo de las contradicciones oficiales, Apecech se remontó a cuando trabajó junto a Tomás de Mattos en la Biblioteca Nacional. Sostuvo que el entonces director contó con enormes dificultades para aprobar muchos de los proyectos, pero una de las cosas que logró concretar fue la Ley Nacional de Bibliotecas Públicas. “La ley se votó en el Parlamento por unanimidad y fue impulsada por los propios diputados del FA; sin embargo, hoy en día no fue reglamentada, y Carlos Liscano [actual director de la Biblioteca] dice que no es aplicable y no corresponde”.
Respondiendo a esto, Álvarez indicó que más allá de esa ley se ha trabajado en el fortalecimiento de un Sistema Nacional de Bibliotecas, “y esto es lo que se planteaba”. En cuanto a la infraestructura y la oferta cultural en el país, el actual secretario general del MEC sostuvo que hay que seguir una línea de continuidad en algunas de las políticas que ya se están ejecutando, y que “tuvieron énfasis en este período, como las Usinas, las Fábricas [de Cultura] y los centros MEC, y a su vez los fondos de infraestructura, a partir de los que se ha fortalecido la infraestrucutra cultural fuera de Montevideo, que ya llevaba años de abandono. Hay que continuarlo con mayor impulso aun, porque han demostrado ser programas que han funcionado y han contado con impactos positivos en áreas que uno no planificaba, sobre todo en el fortalecimiento institucional”.
Entre las líneas estratégicas desarrolladas durante este período, Álvarez resaltó como elemento central el concepto de la cultura como derecho, y en base a esto fue que el FA trabajó sobre la democratización del acceso, fuertemente anclado en el territorio. “Creo que éstas han sido líneas claras del MEC en el diseño de las políticas. Han tenido un desarrollo importante los centros MEC, los clubes de ciencia y otras áreas, como la de fomento a la formación, a partir de diversas estrategias, desde el punto de vista de becas y la gestación de nuevas áreas de desarrollo, sobre todo para los artistas que ya cuentan con cierta trayectoria, y apostando, más que nada, a lo que han sido los fondos concursables orientados al financiamiento de una cultura profesional”.
Por último, expresó que se ha concretado una recuperación institucional desde la importancia que se las ha asignado a los diferentes museos (por ejemplo, la creación del Espacio de Arte Contemporáneo) y la generación “y retorno a ciertos premios nacionales que estaban un tanto abandonados o nunca se habían creado”. Consideró que éstas han sido las grandes líneas sobre las que se ha trabajado en el período, que para Álvarez forman parte de una visión amplia de la cultura que no sólo se centra en el artista.
Consultado sobre cuáles de estas líneas de acción formarán parte de un eventual tercer gobierno frenteamplista, independientemente de la persona que esté al frente, sostuvo que en este eje de trabajo hay una línea que deben profundizar, que podrían llamar “desarrollo de la cultura comunitaria”. “Sin abandonar las estrategias que hasta ahora se vienen trabajando, se podrían desarrollar fondos de fomento para las personas no profesionales de la cultura, que aseguren, además, la formación de nuevos públicos que actualmente no están accediendo a los proyectos por diversas razones, y que además incrementen los usuarios de los productos culturales.” Álvarez manifestó su convicción de que esto está anclado en una política fuerte de descentralización global, e incluso aventuró que existen elementos para que los Fondos Concursables puedan contar con una gestión municipal. Para el secretario, es indispensable un rediseño institucional del MEC en general, sin que se vuelva necesario crear otro Ministerio de Cultura, ya que el actual “fundamentalmente lo es”, sobre todo si se aprecia el gasto agrupado y la inversión dentro del MEC, donde al sector de la Cultura se le asigna 60%. “Necesitaríamos crear un Ministerio de Justicia y un departamento descentralizado para los medios de comunicación públicos, y entonces sí tendríamos un Ministerio de Cultura, Educación y Ciencia. Es importante que quien sea electo presidente tenga claras las transformaciones institucionales que se van a desarrollar a la hora de designar a las nuevas autoridades, sobre todo porque después todo se dificulta”.
Sobre la falta de coordinación existente entre la IM y el MEC, que a veces genera la duplicación de esfuerzos, sostuvo que sin duda en el proceso histórico “hubo una inexistencia de diseños de políticas globales por parte del MEC, lo que generó que la IM desarrollara políticas de cultura de pretensión nacional”. Consideró que hoy existe un solapamiento por esa razón; “ir construyendo el lugar de cada uno va a llevar un tiempo, pero es necesario. En otras áreas ha sucedido, como en la salud y la asistencia, y debemos llegar también a trabajarlo en este plano”. Señaló que esto es principalmente una discusión sobre tiempos, ya que el diseño de las políticas impacta más que las simples voluntades.
Sobre el proceso de digitalización de canales de televisión en proceso, aseguró que es necesario contar con una institucionalidad distinta de la que existe hoy para la radio y la televisión. “Creamos una comisión dentro del MEC para preparar la salida con una institucionalidad de mayor nivel de descentralización. Todavía no hemos podido avanzar en la concreción, pero creemos que ése es el camino y el proceso de descentralización”. Expresó que más allá de que ha aumentado significativamente la inversión en los medios, es imposible dar algunos saltos sin herramientas institucionales que posibiliten su desarrollo de acuerdo a la velocidad que caracteriza al sector.