En 2012 la Dirección Nacional de Cultura instauró el Fondo de Estímulo para la Formación y Creación Artística (FEFCA), para estimular y apoyar a la creación artística nacional mediante 36 becas distribuidas en tres niveles. El primero abarca a quienes tienen y acreditan una labor artística desarrollada, como mínimo, durante los últimos cinco años; el segundo, a los que superan el quinquenio; el tercero, a los artistas con una trayectoria continua durante las últimas dos décadas. La tercera categoría, cuyos ganadores intervienen como evaluadores de artistas más jóvenes, fue homologada en julio por un jurado integrado por Thomas Lowy -director nacional de Cultura durante la segunda presidencia de Julio María Sanguinetti-, Gonzalo Carámbula -director de Cultura de la Intendencia de Montevideo en la administración de Tabaré Vázquez- y Hugo Achugar, actual director nacional de Cultura.
Los ganadores en el rubro Artes Visuales fueron Ana Campanella, Alejandra González Soca, Nahir Perdomo, Paula Delgado, Martín Mendizábal y Pablo Uribe. En Danza los premiados fueron para Tamara Gómez, Pablo Muñoz, Lucía Naser, Federica Folco, Paula Giuria y Mariana Marchesano. En la categoría Artes Escénicas se distinguió a Iván Corral, Marcelo Goyos, Victoria Pereyra, Richard Riveiro, Alberto Sejas y Paula Villalba. En Letras se premió a Camilo Baráibar, Martín Bentancor, Sofía Rosa, Horacio Cavallo, Raquel Diana y Daniel Mella, mientras que en Música ganaron Gonzalo Deniz, Juan Martín López, Gustavo Ripa, Fernando Goicochea, Nicolás Ibarburu y Mónica Navarro. En Audiovisual los seleccionados fueron Agustín Banchero, Alicia Cano, Joaquín Peñagaricano, José Pedro Charlo, Manuel Nieto y Alfredo Soderguit.
En diálogo con la diaria, el realizador Agustín Banchero expresó que la mayoría de los artistas en el medio son trabajadores independientes, lo que implica cierta inestabilidad económica: “Apoyar a los creadores desde las primeras etapas incide directamente en la profesionalización y valoración real del oficio, y esto sin duda tendrá repercusiones en un futuro cercano”. Banchero desarrolla su ópera prima de ficción y escribe otro guion mientras experimenta en formatos “más cortos o alternativos”.
El sanducero Marcelo Goyos dijo a la diaria que “lo maravilloso” de este fondo es que permite seguir trabajando: “No pide cambios ni reclama que escribas un proyecto diferente al que venís desarrollando, simplemente reconoce tu trabajo y te brinda la posibilidad de continuarlo; eso es lo más valioso de este reconocimiento”. Considera que esta iniciativa es novedosa para un medio como el uruguayo. “En el primer mundo existen subvenciones que se asignan a determinados grupos de creación, pero acá esta práctica no es nada usual”, agregó.
El artista está de gira con La sucesión, espectáculo que estrenó en julio el grupo fraybentino Sin Fogón. Con dramaturgia y dirección a cargo de Marcelo Goyos y Leonardo Martínez, esta pieza se centra en dos abogados y su clienta, quienes irrumpen en el viejo cine y teatro Astor en busca de títulos de propiedad que permitirán destrabar un supuesto proceso sucesorio. “Yo la definiría como una comedia hereditaria, porque aborda el tema de la sucesión como herencia en un concepto bastante amplio, ya que la herencia no sólo abarca lo material”, explicó.
Desde el área de la danza, la docente, investigadora y coreógrafa Lucía Naser sostiene que la beca le llega en un momento en que se encuentra desarrollando investigaciones académicas y artísticas en colectivo, y si bien es un fondo personal, “también me dan muchas ganas de pensar cuáles son los límites en términos de sus usos: si bien tiene en cuenta la trayectoria de la persona, no hay restricciones sobre la utilización del dinero, lo que abre la posibilidad a que uno lo pueda destinar a un colectivo o a un proyecto creativo”.
Contó que en lo relativo a la investigación artística está trabajando en Episodio, un proyecto sobre la relación entre danza y fantasía. Ya presentó las obras Episodio I y II, que no contaron con ningún apoyo, y fue finalista del Instituto Nacional de Artes Escénicas para realizar Episodio IV, volcado a una investigación sobre transformismo sexual. Paralelamente, realiza un doctorado en la Universidad de Michigan, donde han surgido subinvestigaciones derivadas de su investigación central, a las que no se ha podido dedicar. Aseguró que la política cultural del Ministerio de Educación y Cultura ha cambiado en muchos aspectos en los últimos años. Dijo que si el FEFCA fuera la única política de incentivo cultural desarrollada por el MEC le parecería problemático, ya que es un fondo destinado a personas particulares. Pero, opinó, al realizarse junto con otros incentivos, destinados a proyectos y grupos, se comienza a confeccionar un mapa muy interesante con respecto a diversas necesidades del campo artístico. “Hay personas importantes para el campo, pero con base en su articulación con otros. El FEFCA me parece un gran aporte si potencia ese aspecto, no para financiar a un artista en particular, ya que creo que los artistas no deben ser financiados por el Estado, excepto en situaciones excepcionales. Pero -repito- sí es necesario potenciar a personas que ya se encuentren articulando a otros”, manifestó.
El escritor Martín Bentancor recibió la noticia con mucha alegría, sobre todo “porque el trabajo del escritor no se relaciona necesariamente con el dinero”. “Todos los escritores que conozco, al menos los de mi generación, viven de otra actividad. Creo que esto es parte de una construcción medio derrotista con la que encaramos el asunto, incluso porque ya lo tenemos como algo asumido”, sostuvo.
Dijo que hace unos años, todo lo referido a la cultura caía en cierto desinterés. Recordó que se propiciaban espacios a artistas extranjeros y había escasa concentración en actividades artísticas locales. Considera que los premios anuales de literatura, los Fondos Concursables y el FEFCA son modos de incentivar la creación sin ningún tipo de condicionamiento: “Es una cuestión de gestión cultural que va de la mano con lo educativo”, señaló. Aclaró que hacía estas apreciaciones como artista y como espectador, ya que al vivir en Canelones pudo ver espectáculos de danza y música por intermedio de los Fondos Concursables.
Adelantó que en breve su novela La materia chirle del mundo será editada por el sello cordobés Llanto de Mudo. Esta obra es una suerte de homenaje a un dúo folclórico argentino llamado Los Visconti, que se conoce a partir de unos imitadores que recorrieron la campaña.