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Pa’l que no se va

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En marzo se hará un homenaje a Zitarrosa con destacadísimos invitados, como Serrat y Liliana Herrero.

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Ayer, en el segundo piso de la Intendencia de Montevideo, la inconfundible estampa de Alfredo Zitarrosa, con su negro riguroso y su pelo engominado, dominaba el encuentro. El 10 de marzo del año que viene, cuando se cumplan 80 años de su nacimiento, sus canciones volverán al estadio Centenario, el escenario que lo recibió a la vuelta del exilio. Será un homenaje con artistas invitados de España, México, Argentina y Uruguay, cuatro países en los que vivió durante el exilio y sus vueltas. La larga lista de quienes participarán incluye a Joan Manuel Serrat, Liliana Herrero, Jorge Drexler, Rubén Albarrán, Sebastián Teysera, Juan Campodónico, Soledad Pastorutti, Emiliano Brancciari, Luciano Supervielle, Pepe Guerra, Larbanois-Carrero, Malena Muyala, Braulio López, Maia Castro, Martín Buscaglia, Cristina Fernández, Lisandro Aristimuño, Héctor Numa Moraes, Washington Carrasco, Toto Méndez, Fernando Condon, Hugo Fattoruso, Rey Tambor, Pitufo Lombardo, Guzmán Mendaro, Checo Anselmi, Christian Cary y Nicolás Ibarburu, entre otros. Además, habrá dos actores invitados: Alejandra Wolff y Julio Calcagno.

De esta manera, el poderoso cancionero de Zitarrosa será versionado por artistas de distintos perfiles, recordando a uno de los mayores creadores de la música popular uruguaya (poner “del siglo XX” sería poco), pero también al locutor radial, al periodista del semanario Marcha y el diario La Hora, al poeta premiado en 1958 por su libro Explicaciones, y, en general, a alguien profundamente comprometido con lo que sucedía a su alrededor.

La conferencia de prensa no se dedicó sólo a anunciar el espectáculo, sino también a recordar al homenajeado: participaron el intendente de Montevideo, Daniel Martínez (quien evaluó como “acalambrante” el hecho de que el autor de “Candombe del olvido” sea mucho más recordado en el exterior que en su propio país); el director nacional de Cultura, Sergio Mautone; la directora de Cultura de Montevideo, Mariana Percovich; la directora del homenaje, Renée Ferraro; su productor, Álvaro Kemper; y Moriana Zitarrosa, hija del artista. Esta celebración (con entradas a la venta a partir del 1º de diciembre) tendrá como responsable de la dirección musical a Fernando Cabrera, músico y compositor que incluyó dos canciones del repertorio de Zitarrosa en su disco Canciones propias (2010) y que, como dice el comunicado oficial sobre el homenaje, es alguien que “tiene muy clara la necesidad de estrechar vasos comunicantes entre las raíces del mapa sonoro rioplatense con el presente y de -vaya tarea imprescindible- apostar a los intercambios generacionales”. Cabrera contó que su primer contacto con Zitarrosa fue en 1965-1966, cuando debutaba como cantante y compositor. En aquella época, Cabrera tenía siete años, y estudiaba guitarra con una atenta profesora, responsable de acercarle la zamba “Recordándote”. “Para mí en aquella época ya fue un diferencial. La manera en que surgió fue a partir de cuatro canciones: un disco de vinilo pequeño con dos de cada lado, y cada una es memorable: ‘Milonga para una niña’, ‘Mire amigo’, ‘Pa'l que se va’ y ‘Recordándote’. Como esta zamba de tres acordes era la más sencilla, fue la que me enseñó mi profesora. Pero las demás ya eran impactantes, tanto por la letra, por su timbre de voz, por la manera de cantar, como por sus guitarras”, explicó el músico, que también participará en el homenaje como acompañante y como solista.

Cabrera recuerda que esa temprana relación continuó profundizándose, y que, al poco tiempo, comenzó a conocer el amplio repertorio rioplatense, más bien del área folclorística argentina, a partir de Atahualpa Yupanqui, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Ramona Galarza y Horacio Guaraní, nombres y grupos en boga a principios de los 60. “Y todo ese repertorio de Eduardo Falú, y otras personas que ya comenzaban a incluir canciones uruguayas, como [Aníbal] Sampayo y Osiris Rodríguez Castillos”, agregó.

En cuanto a su rol en el homenaje, explicó que fue convocado por los organizadores, quienes trabajan en esta idea desde hace casi dos años. Su tarea será organizar “este caos”, dijo, refiriéndose a la larga lista de músicos, “donde deberé ordenar el repertorio, precisar quién canta cada cosa, los dúos, las interacciones y el orden”. Cabrera indicó que la selección de invitados estaba pautada antes de que él se incorporara al trabajo, y que se limitó a una escasísima participación en los intercambios de opiniones. Aclaró además que la participación de los actores Calcagno y Wolff tiene que ver con la interpretación del poema con acompañamiento musical “Guitarra negra”, que en el espectáculo del Centenario tendrá una versión de 15 minutos, complementada en el recitado por Drexler y Muyala. En cuanto a los participantes, el director musical consideró que la prioridad es que haya una profunda interacción, “no entre los artistas, sino entre lo que ellos significan”.

De todos los tributos póstumos, seguramente el que más desestabilizaría -sólo por un momento- a Zitarrosa sería la tarea de digitalizar y catalogar su vasto archivo personal, una tarea que ya está en plena organización, y que implica no sólo el rescate de joyas para los amantes de la música popular, sino también un estimulante punto de partida para profundizar sobre su legendaria figura, ya que su obra se encarga del resto. Ahora sólo quedan los homenajes y el intenso privilegio de poder escucharlo, y para eso no estaría nada mal que se hiciera, por fin, lo necesario para completar la reedición de su discografía, en la que persisten grandes y graves huecos.

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