Eduardo Galeano nació el 3 de setiembre de 1940 y murió a los 74 años, el 13 de abril de este año. En el transcurso de su vida escribió más de 40 libros, que fueron traducidos a varios idiomas y analizados por distintos académicos (no en Uruguay), participó en varios proyectos periodísticos (El Sol, Marcha, Época, Crisis, Brecha, entre otros) y apoyó distintas causas políticas y sociales, desde la fundación del Frente Amplio en 1971 hasta el rechazo de las plantas de celulosa y la minería a cielo abierto más recientemente. Con este panorama, hacer una biografía de Eduardo Galeano puede ser una tarea imposible, condenada al fracaso si pretendiera abarcar todas las aristas de la persona pública. Por eso Kovacic optó por recortar ese universo para ceñirse al periodista y escritor. La elección no es casual: Kovacic es un periodista profesional que trabajó para distintos medios (es corresponsal de Brecha y escribe también en Página 12, Tiempos del Mundo y Veintitrés, entre otros) y es docente en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.
Estas elecciones narrativas, como las que hacen los novelistas, obligan a optar por destacar ciertos aspectos del héroe (el biografiado) y silenciar otros. El recorte impone también una estructura al relato. Esto es lo que explica que se dedique un capítulo a describir el Uruguay en el que nació Galeano, tres capítulos al período 1940-1960 y otros tres al período 1976-2014, mientras que los seis restantes se concentran en el período 1960-1976. En esos años Galeano trabajó como secretario de redacción del semanario Marcha, como director de Época (1962-1967) en Montevideo y luego como director de la revista Crisis (1973-1976) en Buenos Aires. Publicó dos libros sobre sus reportajes en China (1964) y Guatemala (1967), además de Las venas abiertas de América Latina (1971), tal vez su libro más conocido en el mundo. Esto sin contar sus primeras ficciones, Los días siguientes (1963) y Los fantasmas del día del león y otros relatos (1967), lejos todavía de la hibridez de registros y géneros literarios (narrativa, crónica, poesía) que marcaron su discurso a partir de Las venas... y se consolidaron con Memorias del fuego (1982-1986).
En “Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en América Latina”, publicado en 1980 y recopilado en Entrevistas y artículos 1962-1987 (1988), Galeano afirmaba que si aceptáramos un concepto burgués de la literatura, que tiende a compartimentarla en géneros (poesía, novela, ensayo) y adscribirla al libro, se perdería mucho de la buena literatura producida en América Latina. Los dos primeros ejemplos con los que ilustra el punto son las crónicas de José Martí y la obra de Rodolfo Walsh. Hay que recordar que “Nuestra América”, de Martí, por citar un caso, fue publicada el 30 de enero de 1891 en el diario El Partido Liberal de México y sólo mucho tiempo después se lo consideró un texto importante en su obra. La biografía de Kovacic está escrita siguiendo (consciente o inconscientemente) esta concepción de la literatura que Galeano exponía en 1980. Por esa razón son muy pocas o ninguna las veces que Kovacic deslinda al periodista del escritor. Incluso va más allá y afirma que el Galeano narrador surge de su experiencia como periodista en Marcha (página 114), tal vez una de las interpretaciones más interesantes del libro.
Pero el punto fuerte de la biografía de Kovacic es el periodismo. Tal vez los dos capítulos más interesantes del libro son los que dedica a la primera etapa de la revista Crisis, emprendimiento del empresario argentino Federico Vogelius dirigido por Galeano en Buenos Aires. En contraste con las dificultades que Kovacic encontró para investigar algunos aspectos de la vida privada de Galeano, estos capítulos son los que están mejor documentados, con testimonios directos de algunos de los protagonistas. La solapa del libro explica la profundidad del análisis y la originalidad de la investigación: la tesis de maestría de Kovacic (todavía en preparación) es sobre la primera época de Crisis.
Ésta es la primera biografía de Eduardo Galeano y llegó al mercado muy poco después de su muerte. Esta edición tiene algunas erratas importantes: afirma que el golpe de Estado en Uruguay fue el el 23 de junio de 1973 (y no el 27 de junio) o que los colores del Club Nacional de Football son rojo, blanco y celeste, por citar dos ejemplos, nada más. Nada que no se pueda subsanar en las siguientes tiradas, porque es de suponer que este libro tendrá más de una edición. Pese a estas erratas, que no son muchas más, la investigación de Kovacic es impecable y además está muy bien escrita desde el punto de vista de la presentación y la calidad de la información, así como en el manejo de los tiempos narrativos. Es también un punto de partida para futuras biografías, ya que quedaron aspectos a profundizar, como el proceso que llevó a Galeano a ser una persona pública muy influyente, su compromiso con múltiples causas políticas y sociales de la izquierda en América Latina, la aparición de haters prestigiosos como Álvaro Vargas Llosa y Gustavo Escanlar, o los trabajos que la academia metropolitana le ha dedicado en las últimas décadas.
Si bien Galeano es un ejemplo más de la historia en común que une a los puertos de Montevideo y Buenos Aires y a sus literaturas, vale la pena preguntarse por qué la primera biografía de uno de los escritores uruguayos más famosos se escribe y se publica en Argentina. No es de mi interés hacer ninguna reivindicación nacionalista o antiargentina, sino más bien dejar constancia del estado de la deuda que la crítica uruguaya tiene con la vida y la obra de Eduardo Galeano.