RabhA tenía 14 años cuando su familia la obligó a casarse. Al tiempo quedó embarazada, y frente al maltrato de su marido decidió escaparse a Casablanca, la capital económica de Marruecos, donde nació su hija sin ningún derecho como ciudadana. Ésta es la historia del documental Bastardos, de la británica Deborah Perkin, que trata el fenómeno de los matrimonios de las niñas en Marruecos, y cuenta la lucha de esta mujer analfabeta para que su matrimonio y su hija ilegítima sean reconocidos por el sistema judicial. Éste y otros documentales y largometrajes de ficción se podrán ver hasta el sábado en el IV Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos Tenemos que ver, que tendrá lugar en el teatro Solís, el Centro Cultural de España y Tevé Ciudad.
En esta cuarta edición se presentará una selección de 40 películas, proveniente de 20 países, que abordan la temática de los derechos humanos desde diferentes perspectivas. Además de la propuesta cinematográfica, Tenemos que ver ofrece una muestra de fotografía que surgió a partir de un concurso realizado junto al taller Aquelarre, entre otros: uno dedicado a los derechos humanos, centrado en las “dinámicas comunitarias y acciones colectivas, otro sobre la realización audiovisual para niños, y tres mesas de debate sobre temáticas vinculadas a la comunidad. También estará presente el proyecto Human Rights Tattoo, y una ventana del Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos de Donostia, San Sebastián.
En diálogo con la diaria, la directora del festival, Francesca Cassariego, explicó que este espacio continúa existiendo porque la sociedad lo entiende como una necesidad, además de contar con un equipo comprometido al que, año a año, se suman nuevos integrantes. En cuanto a esta nueva edición, Cassariego cuenta que se profundizó en la propuesta de ficción: “Fue una inquietud que nos planteamos desde el comienzo de la selección, ya que nos interesaba contar esta temática desde otra mirada, también vinculada a los derechos humanos, y así poder llegar a otro público. En este sentido, continuamos con el premio Tenemos que ver, focalizado en el mejor documental, pero también creamos el premio a mejor ficción”, ya que desean contemplar a un público más joven, que “no cuenta con la formación o el interés de enfrentarse a un documental”.
En cuanto a los títulos, la directora destacó el documental español Gabor, que se exhibirá hoy a las 19.45 en el Solís. El director, Sebastian Alfie, se propuso rodar un documental sobre la ceguera en el altiplano boliviano, y buscando un equipo de rodaje conoció a Gabor, un director de fotografía que perdió la vista hace diez años y que se convirtió en el protagonista de su historia. También destacó el documental que retrata qué sucedió con la comunidad del film Ciudad de Dios: Ciudad de Dios, diez años después (miércoles a las 19.30 en el Solís), trabajo que será acompañado por una mesa de debate sobre la ética en el cine. Al día siguiente se proyectará la argentina Refugiado (a las 20.30 en el teatro Solís), sobre una madre y un hijo que escapan de la agresión doméstica del padre; y la holandesa A Goat for a Boat, que se centra en una campaña de jóvenes para postularse a presidentes de su liceo.
Entre las uruguayas, Cassariego destacó Tan frágil como un segundo (jueves a las 18.00, en el teatro Solís) y una serie de cortometrajes, entre los que mencionó Caballito de lata, audiovisual centrado en el reciclaje.