Ingresá

Sin tutú

Menos de 1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Llega al Auditorio del SODRE la celebrada compañía de danza Paul Taylor.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El 31 de julio y el 1º de agosto a las 20.30 se presentará por primera vez en Uruguay la compañía del coreógrafo estadounidense Paul Taylor, considerado uno de los mejores y más innovadores coreógrafos de danza contemporánea. Tres piezas integrarán este espectáculo del Auditorio del SODRE: más de una decena de bailarines darán vida a Mercuric Tidings (1982), con música de Schubert; Piazzolla caldera (1997), en la que la compañía despliega coreografías al compás de las composiciones del argentino Astor Piazzolla, música clásica y jazz; y Esplanade (1975), un clásico de la danza estadounidense acompasado por las creaciones de Bach.

El colectivo, fundado en 1954, se ha presentado en más de 62 países y ha sido elogiado por importantes medios, entre los que se encuentra The New York Times, que la calificó como “una de las compañías de danza más interesantes, innovadoras y atractivas del mundo”. El primer trabajo de Taylor marcó lo que sería su impronta posterior: en Duet (1957) permanecía inmóvil junto a una pianista que no tocaba el piano -con una “no-partitura” de John Cage-. Esta actuación generó una respuesta análoga del famoso crítico Louis Horst: dejó en blanco su sección del Observer. Pese al carácter vanguardista de la propuesta, sus trabajos posteriores fueron más tradicionales, aunque, según los entendidos, no menos renovadores.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura