Este jueves a las 21.00, Arrajatablas Flow Club (más conocido como AFC) realiza en La Trastienda la presentación oficial de su disco A.N.T.R.O, del cual aún no han interpretado nada en vivo. Aprovechamos la ocasión para hablar sobre su trabajo y el estado actual del rap con Joaquín y Felipe, antes unos grafiteros maragatos que se encerraban en un cuarto a grabar en la computadora y hoy una de las bandas uruguayas de hip hop con mayor proyección.
Desde sus comienzos hasta esta fecha en La Trastienda, ¿qué pasó?
Joaquín Martínez (Hurakán): -Pasó mucha cosa, pero igual seguimos peleándola, desde un lugar de banda emergente. Cuando recién arrancamos nos perjudicó ser de San José, porque se nos complicaba para armar toques, pero ahora nos identifican un poco más con el lugar de donde venimos y está bueno.
Felipe Cracel (Dönfelipe): -Parte del proceso de una banda del interior es salir, porque después de que tocás una o dos veces en un mismo lugar, ya está, hay pocos más, y empezás a aburrir. Tenés que terminar en Montevideo. Allá hubo grupos buenísimos que no se animaron a venir acá y quedaron desconocidos. Los Pólvora en Chimangos se fueron para México y se terminaron convirtiendo en una banda de culto.
Cada vez más gente se junta en plazas de la capital a freestylear. Me imagino que cuando empezaron en San José estaban más solos.
FC: -Lo que pasa es que fue como una joda entre nosotros, éramos los dos tipos de San José que hacían freestyle. Ahora hay un crecimiento del estilo, acá hace diez años tampoco había lo que hay ahora. Está la gente del callejón de la Universidad, de la Plaza de los Bomberos, del Palacio [Legislativo]...
JM: -Nunca tuvimos mucho contacto con el ambiente de la música uruguaya. Realmente sucedieron cosas, fue subir un tema a MySpace y alguien que estaba en el ambiente, que vivía en España, se copó y nos dio para adelante. Te vas motivando y haciendo la cabeza y grabando, y ahí va saliendo la cosa. Después la música hizo el trabajo por sí misma.
A.N.T.R.O. tiene un sonido mucho más rockero que Grandes valores del hardcore.
JM: -Creo que eso tiene mucho que ver con grabar los instrumentos, y también con sumar productores, porque el disco anterior había sido todo producido por Seba Peralta y para éste llamamos a Vicio, el guitarrista de Warriors, y después a Bruno, de DosTresCinco. Eso abrió un poco la cancha: al tener muchas personas componiendo música, se disparaban muchas ideas.
FC: -En el anterior eran todas noventeras, para arriba, y en este disco ya tenemos un abanico más armado en base a subidas y bajadas. En un momento escuchamos Grandes valores... y era todo rap, rap. Qué se yo, nos pusimos a pensar si podíamos hacer más canciones, experimentar un poco. El tema con Pedro [Dalton], si lo pensabas hace dos años, hubiera sido imposible. También nos jugamos a trabajar más las voces, tunearlas más. En el disco anterior no había arreglos vocales, era súper plano. Creo que también había una influencia mayor del rap español, que es mucho más derecho, no juegan mucho con las tonalidades ni nada, y en este disco se nota más que estamos curtiendo rap yanqui, cantando mucho más.
¿En qué creen que mejoraron en estos dos últimos años?
JM: -Para mí, más que nada, musicalmente. Eso de tomarte un rato para pensar un estribillo que no sea rapeado y que tenga otra melodía, y que además de estribillo haya un puente y una coda. En eso creo que avanzamos muchísimo.
FC: -A mí me pasó sentir que el del disco anterior ya no era yo, y quería escribir otra cosa. No sé si mejoré o no, pero me representa más.
Un aspecto interesante que ha formado parte del rap es la obsesión por descomponer la performance del MC en habilidades, como la velocidad, la improvisación, las rimas, las letras, el flow y la voz. Por más nerd que parezca, es una meticulosidad que ha convertido a los fanáticos y a los raperos en gente más preocupada por la técnica que los de muchos otros géneros.
JM: -Yo, que soy un colgado del rap, en ese sentido soy un fanático de estudiar, leer las letras, los flows que meten, las variaciones y eso. Me parece fascinante, es el terreno donde siento que tengo que laburar.
FC: -Yo me cuelgo mucho con esos puzles fonéticos que te parten la bocha, a lo Maslíah. Siempre me interesaron.
Esta explosión de pibes que se juntan a hacer freestyle por un lado mejoró muchísimo las skills y el flow, pero por otro empezó a hacer foco más que nada en el momento del rapeo, la urgencia de la rima, por lo que se pierden un poco la letra y la idea de canción.
FC: -Sí, tal cual, estoy de acuerdo.
JM: -Igual, hay un montón de gente que hace cosas súper complejas. Hay mucha gente underground, pero también hay muchas sobras.
FC: -Hay mucha gente que está para esa del freestyle y no sale del freestyle, y a la hora de componer un tema, no puede. Son como dos mundos. Todo arranca con el freestyle, pero si querés escribir...
JM: -Nosotros no tuvimos la oportunidad de empezar así, de tener nuestros comienzos en la calle, freestyleando. Podría haber sido un buen entrenamiento, pero no teníamos a la gente. En ese sentido podría habernos aportado, y creo que a los guachos de ahora les puede aportar mucho para hacer música. El tema es que, claro, hay que ir más allá, no hay que quedarse en el freestyle. También es una cuestión de gustos, a mí me gustan las canciones. El freestyle sería meramente una técnica de rap. Y también está la historia de Eminem, con la película 8 Mile. Cuando empezamos no existía el tema de la ronda de freestyle, o era muy básica. Después de esa peli, todo se expandió salado.
FC: -Antes estaba el tema de Payadores Urbanos y ahora hay como cinco torneos.
JM: -Además, hay gente que tiene un nivel de improvisación tremendo. El Hache, sin ir muy lejos.
FC: -Ese loco en freestyle es el uno, pero recién empezó a grabar el año pasado. Estuvo bueno que dejara un poco el freestyle, ahora sacó un par de materiales que están buenísimos.
Uno de los debes del rap es que todavía no hay una canción, o un estribillo, que termine de explotar.
JM: -Eso es lo que comentaba el otro día, que faltan hits. Lo más parecido a un hit son los últimos temas del Cuarteto de Nos. “Yendo a la casa de Damián” es un tema de hip hop, aunque nadie lo identifica así.
Igual, de lo rapero se mantiene más que nada la rima, pero en otras categorías sería más limitado.
JM: -Ojo, yo conozco pocos rimadores tan ingeniosos como Roberto Musso. Por más que después las repeticiones sean re básicas, hay rimas tremendas ahí.
FC: -En algunas canciones rima mejor que muchísimos raperos de acá.
JM: -Obviamente, le falta un poco más ponerse del lado del rap, pero en lo que hace es un genio; creo que hay muy pocas personas que hayan entendido como él ese juego.
¿Si no estuvieran rapeando, qué creen que serían?
FC: -Yo estaría en una banda de punk, tocando el bajo.
JM: -Yo no sé qué sería, no sé... padre de familia. El tema es que me siento una persona normal, que va a trabajar ocho horas por día y que en el tiempo que le queda se dedica a rapear. ¿Qué es ser un rapero en Uruguay?
FC: -Es lo mismo que yo, a mí por ahí me pinta llegar a mi casa y enchufarme Turbonegro. En el momento se me dio lo del rap y es lo que me gusta, pero no es eso de “soy rapero y sólo escucho rap”.
JM: -Yo nunca me comí ninguna pastilla de rapeo. Sí cuando estoy rapeando, pero como persona, al menos hasta que no crezca el mercado y dé plata... Si no hubiera sido rap, habría sido otra cosa. En realidad empezamos pintando, allá [en San José]. Después dejamos porque no rendía. Hacíamos grafitis.
FC: -Perdió un poco la gracia lo de ir a un muro y poner tu nombre... “Felipe”. También nos pasó eso de que era muy chico. Los de la Policía nos sacaron la foto, nos tomaron los datos y cada vez que alguien grafiteaba nos llamaban para traducirles qué decía. “Acá dice “María”, acá dice “Manya campeón”, acá dice “Los Redondos”. Al final nos cansamos de eso y dijimos “ta, ya está, no pintamos más y ya fue”.
Podrían haber tenido una vida colaborando con la Policía como informantes.
JM: -Ahí teníamos otra salida laboral, que seguro paga mucho mejor que esto.
FC: -Ya me imagino a los tipos llamándonos para averiguar quién es CALUSH.