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Polémica por documental de Nina Simone.

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El proceso de revisión de la figura de la fantástica Nina Simone -más bien olvidada en sus últimos años de vida pero revigorizada por un par de documentales casi simultáneos que se estrenaron el año pasado- ha logrado que su combativa e intransigente figura siga levantando polvaredas de inconformismo aun ahora, que Simone ya ha dejado de pelearse con el mundo entero. La última polémica partió de la elección de Zoe Saldaña (Avatar) como protagonista de Nina, una biopic sobre la vida de la cantante, en una decisión de casting que enfureció tanto a los parientes de Simone como a Jeff L Lieberman, director de uno de los documentales dedicados a ella (The Amazing Nina Simone, 2015). El problema es que si bien Saldaña, de origen dominicano, es afrodescendiente, hasta allí llega todo su parecido con Simone, quien en vida hizo de su condición de mujer negra poco parecida a los estándares de belleza de la cultura blanca uno de sus orgullos y de sus reivindicaciones. Para el rol Saldaña tuvo que oscurecerse la piel mediante cosméticos, aumentar el rizado de su cabello y usar una nariz prostética, mucho más ancha que la suya.

Toda esta modificación corporal, sumada a lo que según Lieberman serían algunas groseras deformaciones dramáticas de la vida de la cantante, han generado una mala prensa previa de Nina, al punto de que sus responsables intentan mitigar esos impactos asegurando el total respeto con el que el film fue hecho. Aunque hasta ahora habían conseguido apenas la solidaridad de algunas colegas de Saldaña, inesperadamente se les sumó la aprobación de Al Shackman, director de la banda que acompañó a Simone durante las últimas décadas de su vida. Shackman aseguró que la interpretación de Saldaña fue “sensible y estudiada”, y acerca de las partes cantadas por Saldaña, agregó que le costaba “imaginar que alguien pudiera hacerlo mejor”. El hecho de que Shackman haya sido el director musical de la banda de sonido no ayuda a considerarlo una voz objetiva, pero, en todo caso, las aguas están demasiado divididas como para arriesgar juicios previos.

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