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Bailar en las estrellas

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Esta película tuvo bastante éxito de público, pero también sufrió un considerable rechazo, sobre todo de la crítica. Hubo dos motivos principales; el más prosaico es que alguna gente se decepcionó porque para una película de ciencia ficción tiene relativamente poca acción (aunque tiene, y la que hay está buenísima). Por eso, para evitar decepciones, algunos la describen como una película de amor ambientada en una nave espacial. Pero esa es una visión empobrecedora: una de las muchas cosas interesantes que tiene es justamente el hecho de que la historia de amor es inseparable de las premisas de ciencia ficción.

Dichas premisas tienen además el encanto de ser realmente sci-fi (y no meramente fantasía con máquinas futuristas a lo Star Wars o Star Trek). Estamos en un futuro lejano en el que los viajes interestelares son viables y la humanidad está colonizando planetas de sistemas estelares cercanos. El viaje de la nave llamada Avalon se hace de una de las maneras que actualmente se conciben: con los pasajeros y tripulantes hibernados, porque aun a la mitad de la velocidad de la luz se trata de un crucero de 120 años. Los 5.000 pasajeros hibernados dejaron la Tierra a sabiendas de que nunca más verán a quienes se quedaron en el planeta natal y probablemente ni siquiera sabrán qué fue de sus vidas. Esta decisión radical está basada en el espíritu de aventura y en la excitación de construir un mundo nuevo.

Los lectores atentos de libros de divulgación científica pueden objetar incongruencias y problemas de verosimilitud en algunos detalles de la nave y en algunas ocurrencias del guion. Uno de ellos es la concesión común de hacer que la nave suene en el espacio. También se observa que un sistema de gravedad artificial por centrifugación no se detendría, como ocurre en una de las escenas, en forma repentina: la estructura seguiría rotando por inercia hasta que empezara a ser, en forma muy lenta y gradual, afectada por la gravitación de cuerpos celestes cercanos. Además, a una velocidad de 0,5c -es decir, la mitad de la velocidad de la luz- la apariencia del espacio no es la misma que tenemos cuando miramos el cielo nocturno desde la ventanilla de un avión. Pero en términos generales la película cuidó la complicidad de personas con mentalidad científica, al menos de las que estén dispuestas a este tipo de pequeñas concesiones.

Un hombre solo

Un desperfecto despierta a Jim, uno de los pasajeros. Al rato, él constata algo terrible: transcurrieron sólo 30 años de viaje, por lo que faltan todavía 90 para llegar a destino y para que se despierten todos los demás. Cuando llegue ese momento probablemente se habrá muerto, luego de una vida miserable en la más absoluta soledad. Jim es ingeniero mecánico, así que busca todas las soluciones posibles para volver a hibernar, hasta concluir que no hay manera. Durante varios meses de existencia solitaria termina llamando su atención, en una de las cápsulas criogénicas, una bella rubia llamada Aurora. Jim estudia su perfil de pasajera -que incluye videos- y se enamora platónicamente de ella.

Habiendo estudiado a fondo el funcionamiento de las cápsulas, Jim sabe cómo hacer para despertarla, pero sabe también que será imposible hacerla dormir de vuelta. Tenemos entonces el debate moral tremendo entre la posibilidad de pasar una vida entera en soledad -agravada por ese amor virtual- y la de despertar a Aurora, con todo lo que esto implica para ella, es decir, la destrucción de sus proyectos de vida. Transcurridos 15 meses de vida solitaria, Jim no resiste y despierta a Aurora. La induce a pensar que ella despierta por accidente, como le pasó a él. Jim la seduce con cuidado y paciencia, y finalmente gana su amor.

Por supuesto, al tratarse de una película yanqui, se cuida un poco la solución moral de todo eso: la mentira no se perpetúa y Aurora se entera de todo, se exacerban algunos factores externos que terminan justificando la actitud de Jim (la nave está colapsando y si no hubiera dos personas despiertas no sería posible repararla y se habrían muerto todos), y cerca del final incluso surge una posibilidad de que Aurora tome una decisión fundamental. En distintos momentos Jim queda en peligro mortal y, en ese contexto, es comprensible también que Aurora afloje en su condena, porque si él llegara a morirse sería ella la que tendría por delante toda una existencia de soledad.

El principal motivo por el que esta película fue destrozada por la crítica estadounidense fue la premisa moral: construye su juego de empatías con base en una mentira y en un acto egoísta que, para colmo, implica un ejercicio de poder no consentido de un varón sobre una mujer. Desde la crítica feminista, la idea del guion no tiene escapatoria, porque si hubiera sido ella la que se despertó primero e intervino en la cápsula de él, la película podría tildarse de misógina por mostrar a su único personaje femenino como débil y egoísta.

Yo qué sé: pobres espectadores/críticos que no logran ir más allá de asumir un papel de jueces de los personajes (y de lo que interpretan -en forma reductiva- como la moraleja de la película). El dilema de Jim está planteado en la anécdota, así como su remordimiento. Lo que está buenísimo es justamente el hecho de que ambos personajes se ven en bretes complicadísimos y que por eso mismo son narrativamente interesantes y ricos. ¿Cuántas personas, en la situación de Jim, realmente habrían optado, más allá de los cómodos discursos moralistas, por hacer lo correcto?

Por otra parte, mucha gente ha saltado por lo que ve como un subtexto machista en la anécdota, pero no he leído comentarios críticos sobre el futuro idealizado en que las grandes operaciones del género humano son realizadas por una corporación privada, que es además muy benévola y combina armónicamente una ganancia descomunal con el interés colectivo. Tampoco he leído comentarios sobre el hecho de que la cultura estadounidense es la única mencionada en la película (no se sabe si siguen existiendo los países o qué, pero todos hablan inglés americano y se refieren a ciudades estadounidenses).

Personalmente, la película me pareció fascinante. Jennifer Lawrence y Chris Pratt brillan en carisma, seducción y actuaciones muy físicas que involucran bailar, pelear, jugar, nadar y (en la escena en que hacen el amor en la mesa del comedor) moverse como felinos. El androide interpretado por Michael Sheen puede quedar para la historia. El diseño de producción es una maravilla: es de destacar la creatividad con que están diseñados los distintos aspectos de la nave, los objetos tecnológicos y los trajes. Hay imágenes de una belleza alucinante, potenciadas en la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto. Las escenografías fueron construidas (no son efectos de computadora con los actores filmados sobre pantalla verde), y cómo se nota. Uno de los lujos muy apetecibles de la nave es una piscina que tiene una protuberancia transparente en la que uno puede observar el espacio, y que da origen a una de las escenas más angustiosas y maravillosas, cuando colapsa el sistema gravitacional y Aurora casi se ahoga dentro de una gigantesca burbuja de agua flotante. La música de Thomas Newman es bonita, y aunque en su mayor parte es lo mismo de casi siempre con ese compositor, hay un momento especialísimo cuando Aurora se entera de que Jim la despertó a propósito: mientras Jennifer Lawrence hace quizá la mejor escena dramática de su carrera, suenan unos ruidos electroacústicos que son como si la propia Avalon gruñera de horror. El paseo espacial en pareja, que es la ocasión de la “conquista” de Aurora por Jim, es el programa más romántico imaginable que no involucre los poderes de Superman, y es interesante observar que es una versión verosímil-naturalista de una de las escenas más emblemáticas de La La Land (cuando la pareja principal baila/flota en medio de las estrellas del planetario).

Es una historia original, muy bien realizada, con personajes delineados y desarrollados. La realización tiene presupuesto de blockbuster, pero ritmo de comedia romántica o de serie televisiva, es decir, se toma su tiempo para que logremos empatizar con los personajes en sus distintas situaciones. Las escenas de acción son pocas y están esparcidas, pero son visualmente alucinantes, creativas en cuanto a las situaciones y ocurrencias, y tienen tremendo suspenso. Hay muchos subtextos fértiles, entre ellos Adán y Eva, la Bella Durmiente, aspectos de la leyenda arturiana, Solaris, El resplandor.

Uno de los motores de la película es la fantasía de un amor posesivo, de llevar a la persona amada a un lugar aislado, donde no haya competencia, distracciones, celos ni escapatoria. Por supuesto que si uno intentara de veras concretar en forma permanente esa fantasía de exclusividad garantizada (que uno usualmente ejerce en forma provisoria yendo a solas con la pareja de viaje a un lugar donde ninguno de los dos conoce a nadie más, o alquilando una cabaña en el campo por un par de semanas), tendría todo para convertirse en una pesadilla. Pero Pasajeros se las ingenió para procesarla en una forma que no necesita cuidados opresores para mantenerse, porque en ese contexto la convivencia exclusiva se sostiene sola como el mejor camino posible.

Pasajeros (Passengers)

Dirigida por Morten Tyldum. Con Chris Pratt, Jennifer Lawrence, Michael Sheen. Estados Unidos, 2016. Movie Punta Carretas, Movie Montevideo, Nuevocentro, Portones, Punta Shopping, Shopping Rivera.

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