Es inevitable asociar el nombre del guitarrista argentino David Lebón con bandas fundamentales del rock de su país de las que formó parte: Pappo’s Blues, La Pesada del Rock and Roll, Color Humano, Pescado Rabioso, Serú Girán. Con 65 años recién cumplidos, el músico llega hoy a La Trastienda para presentar Encuentro supremo, su primer álbum en siete años.
“Con el tiempo tuve la suerte de ir relajándome y llegó un momento en el que empecé a pensar que realmente había encontrado algo que me hizo muy bien y que todos buscamos: el amor”, dijo Lebón, por teléfono, sobre la inspiración para este disco, su 15º de estudio, lanzado a fines del año pasado y que ganó el premio Gardel a mejor álbum de artista masculino de rock. “Aunque parezca un cliché y una cosa antigua, el amor fue lo que realmente siempre me salvó. Encuentro supremo son mis hijos y es la gente cuando voy a tocar en vivo”.
Según cuenta, se reencontró con canciones inéditas que guardaba. “La mayoría de los temas los escribí en Mendoza, donde viví 12 años. Allá tenía una pequeña quinta con una piletita, me levantaba a la mañana, cortaba el pasto y me ponía a escribir tranquilo con mi perro al lado. La verdad es que eso fue muy inspirador, porque hice muchas canciones que todavía tengo y que me dan para un par de discos más”. Hay incluso composiciones previas, de cuando vivía en Miami a fines de los 80; sin embargo, advierte, “las melodías ya estaban hechas, pero las letras son nuevas. Siempre dejo las letras para el último momento, porque uno cambia todo el tiempo”.
Al preguntarle cómo conviven estas canciones con las de su repertorio anterior, y en especial acerca de la contraposición entre los títulos “Encuentro supremo” y “Encuentro con el diablo” (grabada con Serú Girán en 1980), se ríe y dice: “Bueno, se podría decir que en el pasado tenía un encuentro con el diablo y que ahora vivo un encuentro supremo... Igualmente, siento que ‘Encuentro con el diablo’ no es tan real como lo que trato de decir en este disco; en aquel momento [plena dictadura] planteábamos una metáfora de una época en la que no se podía decir nada. Creo que este disco es más libre, más yo mismo; incluso me hace acordar al primero [David Lebón, 1973]. Es tranquilo, no tiene apuro para nada, tiene letras simples de entender. Siento que me encontré a mí mismo. Encontré a mi mejor amigo, que soy yo, porque me entiendo y no me tengo que estar explicando nada”.
Una emotiva versión sinfónica de “Laura va”, escrita por Luis Alberto Spinetta para el primer disco de Almendra (1969), cierra Encuentro supremo. A su vez, aquel primer trabajo de Lebón como solista incluía una canción dedicada a Spinetta: “Tema para Luis”. Apenas un año antes, Lebón había participado como bajista y guitarrista en Pescado 2, de Pescado Rabioso, el grupo de principios de los 70 liderado por Spinetta. Consultado sobre qué siente al tocar “Laura va” en vivo, Lebón responde emocionado, dando la impresión de que se refiere a un verdadero encuentro supremo: “Me encanta, vuelo. Me enamoro, lloro y me da felicidad. Me pego una vuelta por el cielo con Luis. Cierro los ojos y lo veo todo el tiempo. Es hermoso ese tema”. Inmediatamente, hablamos sobre la tapa de su disco anterior, Déjà vu (2009), que tiene un mandala dibujado por el propio Spinetta: “Después de un sueño, le pedí [a Luis] algún dibujo para la portada y él me dio 176. Imaginate, me volví loco, ya veía redondo en todos lados [risas]. Hay algunos increíblemente bellos, pero tienen colores muy fuertes, así que elegí uno más tranqui. Tengo un montón guardados y quizá algún día los muestre, pero venderlos, ni en pedo, nunca”.