En 1992, cuando se entregaron por primera vez los prestigiosos premios Benois de la Danse, el ganador en la categoría de bailarines fue el argentino Julio Bocca. En mayo de este año, en el teatro Bolshoi de Moscú se dijo por primera vez el nombre de una bailarina uruguaya: María Noel Riccetto fue premiada en esa edición por su interpretación de Tatiana en Onegin, un ballet inspirado en el poema homónimo de Aleksandr Pushkin, que se estrenó en el Auditorio Nacional del SODRE en octubre de 2016. Ahora, un mes después de que Bocca renunciara a la codirección artística del Ballet Nacional del SODRE (BNS), para pasar a desempeñarse como maestro residente, “por encima de la dirección”, Riccetto, una de las primeras candidatas cuando se empezó a pensar en su sucesión, lo relevará al frente del BNS. Lo había sugerido el director renunciante, cuando dijo al diario argentino La Nación: “Si María realmente quiere hacerlo, será genial, porque es su país, su compañía y puede seguir bailando aunque tome el cargo”. Ayer, la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, confirmó la noticia a la diaria, y comentó que se había reunido con el Consejo directivo del SODRE (Hortensia Campanella, Doreen Ibarra y Élida Gencarelli) y que hoy lo haría con la primera bailarina.
Riccetto, actual protagonista de Romeo y Julieta, comenzó a estudiar ballet a los seis años, a los ocho ingresó a la Escuela Nacional de Danza y, en 1996, al BNS. Tres años después ya estaba en el nivel de compañías tan destacadas como el American Ballet Theatre, en el que residió como solista hasta 2012; fue elegida como doble de la actriz Mila Kunis para las escenas de danza de Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010), y en 2013, convocada por Bocca, volvió a integrar el BNS, como primera bailarina residente.