“Con una visión realista, creo que se llegó a un buen resultado”. Así resume el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, el contrato con UPM que el Poder Ejecutivo presentó esta semana. De todas maneras, no fue un camino sencillo: García reconoce que la empresa llegó a hacer planteos que eran inaceptables para los intereses uruguayos, por ejemplo, en relación a los procesos licitatorios.
En todo caso, el acuerdo con UPM, el desenlace del caso de Raúl Sendic y las buenas previsiones económicas configuran, según García, “perspectivas bastante positivas”, que deberían verse reflejadas en el plano político. Aunque todavía no tiene “ninguna posición tomada” sobre su futuro político, adelanta su opinión sobre la situación del oficialismo: “Creo que el Frente Amplio tiene que recorrer el proceso de renovación para esta elección, y que tiene que ser una fórmula mujer-hombre, u hombre-mujer. Son cosas que ya son insoslayables a esta altura de la vida”.
Tarjetas corporativas
El director de la OPP opina que las tarjetas corporativas “podrían ser prescindibles”. “En los lugares que existen tienen que ser utilizadas de manera extraordinaria. Esa tiene que ser una seña de identidad clara”, afirmó. Consultado respecto de si el senador y ex presidente de Alur, Leonardo de León, debería presentarse ante el Tribunal de Conducta Política del FA, contestó: “Yo creo que es positiva la transparencia, me parece que es importante conocer. Si no hay nada que ocultar, no hay ningún problema”.
El contrato con UPM le da potestades a la empresa de monitorear procesos licitatorios. Además, en un contrato con una empresa privada, el Estado se obliga a legislar. ¿No hay allí una cesión de soberanía?
No. Te agradezco la pregunta porque cualquier tipo de interpretación de esas está equivocada. Si hay algo que es muy claro es que todo lo que está planteado está en el marco de la ley. Una cosa es lo que la empresa trajo como aspiración, y otra es el resultado de la negociación. Por eso demoró tanto. En algún momento hubo planteamientos de cosas que no estaban en las manos del gobierno porque eran ilegales.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, porque hay que recorrer procesos competitivos en determinados aspectos. En el caso del puerto, [la concesión] está planteada como un proceso competitivo. La empresa planteó que va a presentar una iniciativa privada, eso es legal, pero nuestras obligaciones como gobierno son manejarnos dentro del marco legal. En el caso del ferrocarril, hay que ponerse en la situación. Nosotros tenemos un ferrocarril que fue desafectado hace muchísimos años, en el que se ha invertido muy poco. Es un ferrocarril del siglo XIX. No hay experiencia fuerte en el país en materia de ingeniería de trenes, salvo alguna excepción. Para pegar un salto cualitativo de un ferrocarril del siglo XIX al siglo XXI vos precisás un know how muy fuerte. Finlandia tiene una tecnología muy desarrollada en esta materia. Y siempre se insistió por parte de ellos con que se trabajara con la norma europea. Desde el punto de vista de la empresa, es muy lógico, porque es la salida de la producción. El interés de Uruguay, en este caso, es dar un salto de un par de siglos en materia ferroviaria. ¿Cómo hacerlo sin tener el know how? Bueno, ellos durante todo este proceso han hecho aportes de técnicos, han venido, y toda esa información ha sido trabajada en conjunto. El rol que ellos plantearon era más duro, y quedó como un rol veedor.
¿Ellos plantearon tener poder de decisión?
Seguro. Y nosotros no [lo aceptamos]. Quedó como un rol veedor, y nos parece positivo eso, porque no se puede ser tan soberbio de decir “yo lo puedo hacer”. Abrámonos y aceptemos que puede haber intercambio en ese sentido. Se discutió muchísimo este tema y el compromiso es lo que está acá [en el contrato], y Uruguay va a abrir un llamado a licitación.
¿Hay empresas interesadas?
Hay 45 empresas interesadas. El 15 de agosto se hizo un llamado, y en aquel momento estaba lleno el salón. Este tema se globalizó, han venido empresas de todos lados y se ha hecho un proceso muy prolijo a partir del 15 de agosto de escuchar a las empresas. Y fueron incorporadas en los pliegos las sugerencias que se entendieron adecuadas. Ese proceso sigue ahora, y a mediados de noviembre va a ser presentado el pliego de la licitación con el llamado. Pero entiendan que no es soplar y hacer botella; este es un tema que implica un desafío muy grande para Uruguay.
En materia laboral, el contrato dice que hay que incorporar al derecho positivo uruguayo, ya sea “mediante una ley, un decreto, o eventualmente un convenio colectivo”, los acuerdos a los que llegue UPM con los sindicatos. Eso llama la atención, por la posibilidad de que se incorporen por ley normas que surgen de un acuerdo entre una empresa y los sindicatos.
Bueno, si es una ley, la termina aprobando el Parlamento y es ley. Si es un decreto, el gobierno tiene sus límites para sacar un decreto, y lo sacará dentro de estos. En realidad, lo que nosotros creemos que es mejor que suceda para Uruguay es un convenio colectivo. Por eso está agregado así.
El contrato dice “eventualmente”; parece que fuera la última opción.
Bueno, pero está. Ustedes entiendan que yo no puedo reproducir acá el proceso de discusión, pero este también fue uno de los temas que se discutió bastante. Claro... la empresa reconoce la institucionalidad de Uruguay, su seriedad, pero también pide ver hasta dónde el gobierno puede ir. Nosotros teníamos muy claros los límites, que no son otros que los que la Constitución y la ley nos marcan. Y en este caso en particular no sólo es un tema de relación gobierno-empresa, sino que hay otros actores, trabajadores y empresarios. Uno de los asuntos que hubo que explicarles, y se los explicó el PIT-CNT, es que no hay una oportunidad de avanzar en un montón de cosas sin los trabajadores en una planta. Ni siquiera sabemos si la planta se va a hacer.
Pero la primera opción para el Ejecutivo es un convenio colectivo.
Sí, claro, porque asegura la conformidad con todas las partes.
Una primera versión ni siquiera contemplaba la posibilidad de un convenio colectivo, ¿es así?
Puede ser, pero la versión que salió es esta [se ríe]. El pasado queda...
En todo caso, es una victoria de la negociación.
Si pusiéramos acá arriba las victorias de la negociación...
El capítulo energético establece que el Estado le comprará a UPM energía a un precio fijo por 20 años en un mercado con proyecciones de precios en descenso.
La negociación hay que entenderla como una globalidad. Este tema se trabajó técnicamente de manera muy profunda, se hicieron no sé qué cantidad de simulaciones, incluso con participación de la Universidad de la República. El precio arribado es para una cantidad acotada, un terawatt. Eso fue otra discusión también. Y es menor que el precio que se le está pagando actualmente a UPM por UPM 1.
El regreso de Momo
Por ahora no se puede decir mucho y quizás haya que usar un condicional: el director de la OPP volvería este año al Carnaval, como letrista de murga. García lo confirma, se ríe, pero no quiere decir en qué murga estará, por ahora. Será cuestión de días. Trayectoria tiene: fue letrista en Contrafarsa entre 1989 y 2006, con la que ganó cuatro primeros premios (1991, 1998, 2000, 2002). También estuvo en La Gran Muñeca y en La Cofradía.
Si tuvieras que señalar dos aspectos positivos de este contrato, independientemente de lo que ya se ha manifestado respecto de la inversión, ¿cuáles mencionarías?
Algo crucial que vimos apenas llegó la propuesta es la ubicación. Esto no era lo mismo si venía a Montevideo, o a Colonia, ni siquiera al litoral. La ubicación de la planta en el lugar que está es clave. En ingreso, pobreza, producción, los indicadores que ustedes quieran, hay departamentos más desarrollados, incluso en el litoral. Pero acá [se para y señala el centro del mapa de Uruguay] hemos identificado que hay 80.000 personas que viven capaz que mejor que nosotros, pero sin luz. Tienen menos niveles de servicios que el resto de la población. Ubicándose aquí la planta [señala el centro], alimentándose de los bosques que están en esta zona [señala el este], eso implica el desarrollo de rutas y caminos, algunos de los cuales van a pasar a ser nacionales. La ubicación es uno de los grandes beneficios que brinda esto, porque hay una cuestión estructural de Uruguay, de desarrollo desigual en el territorio, y esto contribuye a mitigarlo, a llevar desarrollo y, sobre todo, la punta del desarrollo, que es el conocimiento. El segundo aspecto positivo es ese, justamente. Una mayor simetría territorial, una mayor presencia de niveles terciarios de estudio. Hace 30 años la Universidad sólo estaba en Montevideo.
¿Qué balance hacés de la negociación?
Es feo conformarse, pero creo que estoy satisfecho con el resultado final. Con una visión de madurez, porque si te ponés con una visión más infantilista podrías decir “podríamos haber tenido esto, esto y esto”. Pero con una visión realista, yo creo que se llegó a un buen resultado.
Con este acuerdo con UPM, con la renuncia de Sendic, ¿el gobierno inicia una nueva etapa?
Creo que sí, que es un momento en el que hay cosas que están resueltas y que van a empezar a dar resultados otras que se generaron en estos primeros dos años. Por ejemplo, el Sistema de Transformación Productiva y Competitividad. Es un momento en el que se van a empezar a mostrar resultados de manera mucho más contundente. Si a eso sumamos que pasamos dos años de desaceleración económica y hay buenas perspectivas para adelante, sumado a lo que implica a nivel de imagen que Uruguay esté capacitado para recibir una inversión de este tipo, creo que tenemos unas perspectivas bastante positivas, y eso debería verse reflejado en el plano político.
El vínculo con los intendentes
La queja de los militantes frenteamplistas del interior se escucha con frecuencia: la OPP invierte en obras, pero son los intendentes quienes lo capitalizan políticamente. García reconoce que el reproche existe y hace su lectura: “Es cierto que muchas veces no nos nombran. Pero bueno, forma parte un poco de las reglas de juego. Creo que hay dos roles distintos. El Frente Amplio [FA] ha hecho un trabajo excepcional en materia de transferencias a los gobiernos departamentales. Tengo manifestaciones de connotados intendentes de la oposición muy combatidores del Frente que me han reconocido que nunca han cobrado la plata como con el FA. Y las relaciones con los intendentes son buenas. Para nosotros, lo importante es que la gente tenga la mayor cantidad de información posible. Si hay una obra que es cofinanciada, es muy importante que haya presencia de ambas partes”, afirma. Por otro lado, reconoce que las autoridades de la OPP no pueden estar en todas las inauguraciones o actividades que se organizan en el interior. “Y después, obviamente, hay cosas que pasan por el tiroteo político, y a medida que se acercan las elecciones, determinadas actitudes sorprenden, pero se explican por el lado político. Nuestra actitud va a ser de mantener hasta el último día la mejor relación con todos los intendentes”, dice.
Participaste en reuniones con Daniel Martínez, Yamandú Orsi y otros dirigentes del Frente Amplio...
Hubo una reunión (en un salón del Parque Rodó) que fue más publicitada, pero participé en otras. Hubo una en la que tuve que comprar el asado, hacerlo yo y servirlo, a varios. Esto empezó hace un tiempo. Hubo varias reuniones, más esporádicas, entre muchos que venimos conversando y planteando inquietudes, se fue dando eso de “vamos a juntarnos a charlar”. Se dan en un muy buen clima, hay una participación amplia, y es simplemente sentarse a conversar y plantear cosas. En la última reunión yo planteé la necesidad de tener una visión colectiva de futuro.
¿El aspecto generacional es lo que nuclea?
Si lo comparamos con los tres líderes de la última etapa del Frente Amplio, evidentemente hay una diferencia generacional, sí.
¿Para vos sería bueno para el Frente Amplio que José Mujica y Danilo Astori sean candidatos?
Si me preguntás por mi deseo, yo creo que el Frente Amplio tiene que recorrer el proceso de renovación para esta elección, y que tiene que ser una fórmula mujer-hombre, u hombre-mujer. Son cosas que ya son insoslayables a esta altura de la vida. Y me parece que tiene con qué, además.
Daniel Martínez es el que suena más, ¿qué pensás de él?
Daniel es un compañerazo. Las veces que tuvimos que trabajar, nos entendimos muy bien.
¿Es la mejor opción?
Creo que el Frente tiene muchas opciones.
¿Vos estás dispuesto a jugar ese partido?
Hay cosas que he hecho en mi vida muy desafiantes que no estaban en mis planes. Creo que siempre termina dependiendo de una decisión personal, y de cómo uno se siente para eso. Yo en este momento no tengo ninguna posición tomada al respecto. Ejercer la presidencia de la República de un país no es moco de pavo, es una responsabilidad enorme que implica entregar la vida por cinco años, por lo tanto hay que estar muy definido y muy convencido, y en mi proceso personal yo no me lo planteo, por ahora. Lo fundamental es que este proyecto vaya hacia adelante. Para mí sería muy triste que Uruguay diera pasos hacia atrás. Lo que más me motiva es generar un sentido común tal en Uruguay que nadie piense que pueden ir para atrás los Consejos de Salarios, que nadie piense que puede haber competitividad a base de salarios derruidos, por ejemplo. O que nadie piense que puede ir para atrás en alguna de las leyes sobre derechos que tenemos.
¿Hay carencias en la construcción de ese relato?
Yo creo que estamos construyéndolo. Hay procesos que se están dando en Uruguay que están previsualizando una sociedad diferente. En la última campaña electoral en determinado momento el principal candidato opositor iba comprando todas las cosas que el Frente Amplio había hecho, hasta se llegó a reivindicar el Ministerio de Desarrollo Social, que había sido una crítica de la derecha de toda la vida. Eso es un triunfo de la izquierda. Generar un sentido común distinto en una sociedad es lo que impide que esas sociedades tengan retrocesos. Para eso es muy importante una renovación en el Frente Amplio.
Empresas públicas
El Poder Ejecutivo explora la posibilidad de impulsar, en las próximas semanas, cambios en la gobernanza de las empresas públicas, confirmó García. “Hay empresas que tienen buenos sistemas de gestión, y otras que no, pero en todas ellas hay para mejorar en canales de información. En algún momento en el pasado existió la mesa de presidentes de entes; nosotros aspiramos a algo que sea un poco más ambicioso, pero tenemos que discutirlo en la interna del gobierno”, se limitó a responder. Según dijo, en la órbita de Presidencia se han hecho estudios “profundos” sobre este tema y su intención personal es hacer algún anuncio sobre el tema antes de fin de año. “En Uruguay las empresas públicas nacen con la afirmación despectiva del doctor Luis Alberto de Herrera acerca del pacto del chinchulín, porque batllistas y blancos independientes se habían repartido los directorios en tres y dos [integrantes]. Y eso arrastra toda una cultura que hay que revisar. Acá no pasa por privatizar nada, ni por desmonopolizar, sino por hacer más eficientes las empresas. En Uruguay tenemos empresas públicas cuyo rol público quedó meridianamente claro a partir del 92, pero tienen ser las dos cosas: empresas y públicas”, señaló.
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