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Brasil a punto de volver a la normalidad: Michel Temer renunciaría y podrá ser compañero de fórmula de Lula en las elecciones

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La Justicia de Brasil difundió ayer la grabación en la que se escucha al presidente de ese país, Michel Temer, avalar el pago de una suma de dinero al ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, para que no declare en su contra en el marco de las investigaciones por el caso Petrobras (ver nota acá al lado). Esta revelación provocó una nueva crisis política en Brasil y ya se habla de una posible destitución de Temer. “Hay que moverse con cuidado, porque no podemos estar cambiando de presidente todo el tiempo. Ahora estamos buscando alguien en el gobierno que esté limpio, pero está difícil. Hay un muchacho que se encarga de limpiar los baños que es un poco retrasado, por eso no fue capaz de robar nada. El problema es que si no lo destituyen por corrupto, lo van a destituir por no estar capacitado para ejercer el cargo”, reconoció un integrante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). De todas maneras, hay quienes creen que la renuncia de Temer podría abrir el camino para la estabilidad política.

Un dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) explicó en una entrevista televisiva que “la gente que está enojada con Temer porque echó a Dilma [Rousseff] va a sentir que se hizo justicia. Y el año que viene seguramente Lula [da Silva] salga electo presidente. Es cierto que a la derecha no le va a gustar y puede volver con sus maniobras desestabilizadoras, pero ya tenemos una estrategia para que no nos hagan la vida imposible: vamos a ofrecerle la vicepresidencia a alguna de sus figuras”. Consultado con respecto a quién podría ser esta figura, el dirigente no quiso confirmar un nombre, aunque reconoció que “Michel Temer tiene grandes chances, porque, precisamente, si le ofrecemos integrar la fórmula va a aceptar renunciar a la presidencia. Es una fórmula perfecta, no me imagino qué puede salir mal”. En el PT reconocen que aliarse con la derecha “no es lo ideal”, pero también creen que “si uno llega al poder y no sabe moverse estratégicamente, se corre el riesgo de que se vaya todo al demonio. Hay que ser responsable”.

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