El sábado falleció el cantante, tecladista y compositor estadounidense Gregg Allman, nacido en 1947 en Nashville. En los comienzos de su carrera trabajó junto con su hermano mayor, Duane, un guitarrista virtuoso en la técnica del slide, que brilló como músico acompañante de figuras como Aretha Franklin y Wilkson Pickett, y especialmente junto a Eric Clapton en el disco Layla and Another Assorted Love Songs (1970).
Duane y Gregg formaron en 1969 The Allman Brothers Band, que se estableció en Georgia y tuvo un gran éxito con su tercer disco, grabado en vivo en el legendario Fillmore East de Nueva York. La formación era poco usual, con dos guitarristas en primer plano (Duane y Dickey Betts) y dos bateristas, y el estilo (al que en Estados Unidos se aplicó la poco clara definición “Southern rock”) estaba entre el rock pesado, el blues y la música soul, con toques de country y, sobre todo, muy extensas improvisaciones instrumentales. Se trataba también, en forma muy característica de la época, de un grupo que vivía en comunidad, con abundante consumo colectivo de drogas. Fuertes vínculos personales mantuvieron a la banda a flote después de que Duane muriera en un accidente de motocicleta en 1971 y de que el bajista Berry Oakley falleciera del mismo modo poco después. Pero el enriquecimiento y la fama minaron los sentimientos fraternos, y el grupo terminó disolviéndose en 1976, básicamente debido a tensiones con Gregg que comenzaron cuando este lanzó su primer disco como solista, en 1973, se incrementaron a medida que él y Betts rivalizaban por el liderazgo, se agravaron cuando el tecladista se casó con Cher y adoptó un estilo de vida de celebridad de Hollywood, y llegaron a la crisis cuando testificó contra uno de los integrantes del equipo de seguridad de la banda, que fue condenado a 75 años de cárcel por tráfico de cocaína.
Gregg siguió como solista, grabó un disco bastante desastroso junto a Cher, se divorció de ella (su vida sentimental fue en general accidentada, y tuvo cinco hijos con otras tantas parejas), se reunió brevemente con su vieja banda (de la cual se volvió a separar agriamente), y por unos años pareció que su carrera había terminado y que él había sido derrotado por el alcoholismo, pero en 1987 logró un inesperado y salvador éxito comercial con la canción “I'm No Angel”.
Dos años después la Allman Brothers Band se reunió por segunda vez, en un momento en el que ya había un buen espacio de mercado para el “classic rock”, y siguió viaje hasta 2014, aunque los problemas crónicos entre Allman y Betts no cesaron. Gregg, que había logrado dejar el alcohol en la segunda mitad de los 90, alternó giras con la banda y trabajos solistas; el último que editó en vida fue Low Country Blues (2011), y dejó grabado otro, Southern Blood, cuya edición está prevista para este año. En 2007 se le diagnosticó hepatitis de tipo C, y en 2010 le hicieron un trasplante de hígado, después de descubrir tres tumores en el suyo. Dos años después tuvo trastornos respiratorios graves, fue tratado por adicciones a medicamentos, desarrolló problemas cardíacos y se le diagnosticó un nuevo cáncer de hígado, que fue la causa de su muerte. Sin embargo, siguió actuando cada vez que su salud se lo permitía hasta el año pasado.