Ingresá

Mundo idiota

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Imaginen que eso es mío

El gremio de compositores estadounidense decidió concederle el premio Centennial Song, algo así como “la canción del siglo”, a “Imagine”, de John Lennon. Durante la ceremonia, en la que Patti Smith interpretó el tema, la viuda de Lennon, Yoko Ono, y su hijo Sean exhibieron la filmación de una entrevista con la BBC realizada en 1980, en la cual el ex Beatle afirmaba que Ono era coautora de “Imagine”, y que él no le había dado el crédito correspondiente por machismo.

El director ejecutivo del gremio anunció que “de acuerdo con la voluntad” de Lennon, el crédito de autoría pasará a ser “Lennon-Ono”, e invocó, además de aquella culposa declaración a la BBC, algunos versos del libro de poesía Grapefruit de la artista japonesa, que incluía frases como “imagina tu cabeza llena de puntas de lápiz / imagina que una está rota”. Sean Lennon afirmó que era el día “más enorgullecedor” de su vida y que “la paciencia es una virtud”, en alusión a los 46 años transcurridos desde la composición de “Imagine”.

El cambio implicaría una extensión de varias décadas en los derechos de autor de lo que muchos consideran un himno universal, y se espera bastante resistencia de parte de los numerosos beatlemaníacos que consideran a Ono la culpable de la separación de la banda. También es fácil suponer qué cara puede haber puesto Paul McCartney, considerando que Ono se negó hace algunos años a su solicitud de sustituir el clásico orden de autoría “Lennon-Mc- Cartney” por “McCartney-Lennon” (sin afectar el reparto de derechos de autor) en el caso de algunos temas como “Yesterday” o “Let it Be”, que fueron compuestos totalmente por el bajista de los cuatro de Liverpool.

Imaginen que eso también es mío

Gene Simmons, el lenguaraz bajista de Kiss, se caracteriza desde hace ya mucho tiempo por su obsesión por sacarle dinero a todo aquello a lo que le pueda poner su nombre, y fue un auténtico pionero en su concepción del merchandising, haciendo de su banda una empresa que, además de unos 70 millones de discos e innumerables entradas a shows, vendió afiches, juguetes, películas, disfraces, máquinas de pinball, condones y hasta ataúdes –entre cerca de 3.000 productos licenciados–, que valorizaron a la marca “Kiss” en centenares de millones de dólares.

Pero al ambicioso Simmons esa mina de oro le quedó chica y, según informó The Hollywood Reporter, intenta registrar como marca de su propiedad el gesto de “hacer cuernitos” con los dedos, que tiene diversos significados, pero que en el ámbito musical se considera el saludo por excelencia del heavy metal y el hard rock. La tradición metalera asigna la paternidad y popularización de ese gesto al ya fallecido cantante Ronnie James Dio, quien había aprendido a hacer i corni como una cábala contra el mal de ojo de su abuela italiana, y pasó a emplearlos como sustituto del símbolo de paz/“v” de la victoria que su antecesor en Black Sabbath, Ozzy Osbourne, solía hacer en el escenario.

Sin embargo, Simmons asegura que fue el primero en usar ese gesto “en forma comercial”, durante un concierto de Kiss en 1974, cuando en consonancia con el personaje que se había asignado en la banda –el “Demonio”– decidió inventar un saludo que lo representara y sugiriera unos malignos cuernos. La patente de esa manera de disponer los dedos le daría derechos comerciales cada vez que alguien la usara en “espectáculos, performances en vivo y apariciones personales de un artista musical”. Cabe imaginar que sería un tanto complicado registrar un gesto usado desde hace miles de años, que data por lo menos de las primeras representaciones de Buda, pero Simmons ya ha logrado cosas tan sorprendentes como sacar una lengua larguísima y que millones de personas se tomen a Kiss en serio.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura