Ingresá

Carolina Cosse, Villanueva Cosse y Daniel Martínez, ayer, en la Junta Departamental de Montevideo. Foto: Andrés Cuenca

Ayer declararon ciudadano ilustre al actor, director y dramaturgo Villanueva Cosse

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El emblemático Villanueva Cosse, además de volver a dirigir una obra en Montevideo, fue declarado ciudadano ilustre del departamento, en una ceremonia en la que participaron Daniel Martínez y el ex intendente Mariano Ariana, actualmente edil. 20 años después de su última puesta, Cosse vuelve al escenario de El Galpón, donde el sábado 2 de setiembre estrenará La resistible ascensión de Arturo Ui, obra de Bertolt Brecht que le ha sido muy cercana: Cosse interpretó a Arturo Ui/Hitler en 1965, con dirección de Atahualpa del Cioppo, y por ese papel recibió abundantes elogios de la crítica, superados en la celebrada puesta de 1972, a cargo de Ruben Yáñez, cuando, por una interpretación definida como “memorable”, se le otorgó el Florencio en la categoría mejor actor. Ese mismo año la obra se presentó con muy buena recepción en Buenos Aires.

Antes, su recorrido había sido intenso: nacido en Melo en 1933, ingresó a la escuela de teatro de El Galpón con un texto de El zoo de cristal, de Tennessee Williams, y más tarde a la del legendario francés Jacques Lecoq. Como contó a la diaria hace un par de meses, en sus primeros trabajos comenzó a sentir lejanas las emociones. “Yo en esa época tenía una voz muy linda. Y por ejemplo, me decían: ‘¡Qué voz tenés, Villa, tendrías que hacer radioteatro!’. Y yo estaba en el teatro. Otros me decían: ‘Villa, dedicate al básquetbol, que el teatro te queda chico’. Y antes de ir a Lecoq yo había empezado a domesticar mi cuerpo”.Cuando en 1972 trabajó en Arturo Ui, en medio del recrudecimiento de la represión, las detenciones arbitrarias y el miedo que prologaron el golpe de Estado del año siguiente, planteó un diálogo directo entre la situación del país y la trama de la puesta. Sobre esta experiencia, Cosse admite que El Galpón “después pagó eso. Y yo también, pero lo pagué más barato, porque justo me había ido antes” a Buenos Aires.

En cuanto a esta nueva vuelta a Brecht, el director dijo que será “desde otro balcón”, ya que se trata de una intervención sobre una buena traducción, la de Mercedes Rein: “Pero desde un punto de vista formal le acomodé la métrica, y también inventé y sustituí cosas que tienen más que ver con lo que ahora está pasando en el mundo”, explicó. Será interpretada por un elenco ecléctico, que tiene entre sus integrantes a Héctor Guido, Levón, Marcos Zarzaj, Gisella Marsiglia, Guadalupe Pimienta y Arturo Fleitas.

También adelantó que en las versiones de 1965 y 1972 se incluía el prólogo, que refería a Paul Joseph Goebbels, Hermann Göring y Arturo, algo que ahora decidió quitar. “Quizá agregue una introducción, pero sin ninguna referencia concreta a Hitler. Porque cuando lo mencionás, enseguida trasladás a la gente hacia atrás. Y la obra se pone vieja. Hay otras cosas que se resignifican, y no sólo por [el actual presidente estadounidense] Donald Trump. La obra, por ejemplo, no hace una sola alusión a la prensa como primer poder del statu quo. Ahora me estoy rompiendo el coco para ver cómo crear esa introducción sin volverla un manifiesto político explícito. Algo que he aprendido con el tiempo es que cuando el teatro es tan mensajero, tan mensajero, pierde eficacia. Ahora el patrón de mi búsqueda es cómo lograr hacer un ejercicio de contradicciones, en todo sentido. Buscando la extrañeza que pide Brecht, no el distanciamiento. Es decir, si yo te doy vuelta una silla, sigue siendo la misma silla. Pero cuando ves lo otro y descubrís una arañita en el costado, te olvidás de tus glúteos, con los que siempre concebiste la silla. Cuando mirás un rato tu mano así [acerca los dedos a los ojos], deja de ser tu mano. Es otra cosa”, advirtió el actor, que desde su exilio en Argentina ha hecho unos 60 montajes entre Buenos Aires y Montevideo, además de participar en casi 20 largometrajes, entre ellos La película del rey (1986), de Carlos Sorín, y Dios los cría (1991), de Fernando Ayala, y en series como Los simuladores (2002-2003), Mujeres asesinas (2005-2008) y Epitafios (2004-2009).

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura