Ingresá

Edú Lombardo presenta su nuevo disco mañana en el Solís

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Eduardo –o Edú, o Pitufo– Lombardo se dio a conocer en 1980 como un casi niño prodigio en la murga infantil El Firulete, y rápidamente se insertó en la movida del mejor canto popular de aquellos tiempos. Como por aquello de que “no salís si sos menor” en “Los futuros murguistas”, de Jaime Roos (inspirada justamente en él), fue al filo de los 18 años que pasó a formar parte de Falta y Resto, murga en la que pronto llamó la atención en la batería. La terminó dirigiendo (metido en un personaje que era mitad chiquilín de aquel tiempo y mitad reencarnación de murgueros ancestrales) cuando ganó por dos años consecutivos el primer premio de su categoría, en 1988 y 1989. Antes había recibido una distinción no menos importante, cuando fue elegido por Jorge Bonaldi, Jorge Lazaroff y Luis Trochón para un breve regreso de Los Que Iban Cantando en 1987.

Mientras se desempeñaba como acompañante de varios músicos, en percusión o guitarra, pasó y sigue pasando por varias otras murgas –incluyendo, por supuesto, a Contrafarsa, que viene en gran medida de El Firulete–, ganó con ellas unas cuantas veces más el primer premio de la categoría, y siempre les aportó una doble dosis de calidad: por un lado, como director y fino arreglador; y por otro, humana.

En 2002, él y Pablo Pinocho Routin se descolgaron con el recordado y exitoso espectáculo Murga madre, dirigido por Fernando Toja, que recibió un Florencio, se recreó en un disco con invitados de alto nivel, quedó registrado en DVD y, de algún modo, fue el prólogo de su trayectoria como solista. Esta comenzó formalmente en 2007 con el disco Rocanrol, que le valió tres premios Graffiti, y siguieron otros espectáculos, un par de DVD más, otro fonograma junto a Routin con base en la obra Montevideo amor (2010) y, al año siguiente, su segundo disco como solista, Ilustrados y valientes –que se llevó otros dos Graffiti–. Ahora llega el tercero, Músicos ambulantes, con composiciones nuevas y algunas versiones del repertorio de Eduardo Mateo (que no le es para nada ajeno, ya que forma parte del grupo Mateo x 6). Participan en el disco, entre otros, Emiliano Brancciari, Fernando Cabrera, Roberto Darvin, Jorge Drexler, Hugo Fattoruso, Ruben Rada y su viejo compinche Routin.

Lo presentará mañana a las 21.00 en el teatro Solís, con una banda formada por Gerardo Alonso, Martín y Nicolás Ibarburu, Pablo Leites y Ney Peraza, con la presencia como invitados de los ya mencionados Cabrera, Darvin, Fattoruso y Routin, a quienes se sumarán Lucía Gatti, Marcel Keoroglian y Gustavo Montemurro. Las entradas se pueden adquirir mediante Tickantel o en la boletería del teatro.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura