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La era del conejo

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“Si me dicen Hef, me conocen. Si me dicen Hugh, no. He dormido con miles de mujeres y a todas ellas todavía les gusto”. Así respondía Hugh Hefner a un cuestionario de la revista estadounidense Esquire, años después de haber financiado películas (como Macbeth –1971–, de Roman Polanski) y canales de televisión, inventado un nuevo mundo para los hombres que volvían de la guerra, y haberse convertido en un rey del set y el padre de una verdadera revolución sexual mediante su revista Playboy. Todo un clásico.

En diciembre de 1953, con un gran desnudo de Marilyn Monroe en las páginas centrales, el primer número de Playboy vendió 50.000 ejemplares y revolucionó el mundo de las revistas para hombres. Lo curioso fue que, junto a esas enloquecedoras –para la época– imágenes, en sus páginas aparecieron las firmas de Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez, Norman Mailer, Jack Kerouac, Truman Capote, Vladimir Nabokov, Saul Bellow, Chuck Palahniuk, Roald Dahl, Haruki Murakami e incluso Ray Bradbury, que publicó Fahrenheit 451 por entregas en la revista, algunas de ellas ilustradas por Pablo Picasso.

Pocos años después de su fundación, Playboy comenzó a publicar una sección mensual de extensas entrevistas que se volvió célebre. La primera fue con Miles Davis, y siguieron, entre muchos otros, Fidel Castro, Martin Luther King, Muhammad Ali, Jean-Paul Sartre, Orson Welles y John Lennon y Yoko Ono.

En la larga crónica “Un playboy enamorado”, el periodista Gay Talese decía que la vida de Hefner era una película de romance y drama, en la que él era el productor, el escritor, el diseñador, el responsable de los actores e incluso el ídolo y amante de cada estrella apetecible. Y apuntaba: “El éxito de su revista señaló el fin de su matrimonio y el principio de un continuo noviazgo con fotografías de desnudos y con modelos que habían posado para esas fotos. Las mujeres de Playboy eran las mujeres de Hefner, y después de las sesiones fotográficas él las felicitaba, les compraba regalos lujosos y se llevaba a muchas de ellas a la cama. Incluso después de que dejaran de posar para Playboy y se hubieran ido con otros hombres para crear sus propias familias, Hefner aún las consideraba sus mujeres”.

El récord de ventas de Playboy fue 7.161.561 ejemplares, en noviembre de 1972, pero los cambios culturales, las crisis financieras y los avances de internet hundieron al imperio de Hefner en una terrible crisis. La respuesta del fundador fue redoblar su propia leyenda: casarse, a los 84 años, con una modelo de 26, publicar una autobiografía de seis volúmenes, impulsar un documental que lo mostraba como abanderado de las grandes luchas sociales del último medio siglo, y lanzar un sitio web. “Mis puntos de vista han evolucionado desde mi infancia”, decía en aquel cuestionario de Esquire, y arriesgaba: “El sexo es la fuerza que mueve al planeta. Deberíamos abrazarlo, no verlo como el enemigo. No tiene mucho sentido vivir la mitad del año en un mal clima. Todo hombre debería tener una Hitachi Wand. Es un muy buen vibrador”.

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