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Domador de huellas

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–En 2011 grabaste Piazzolla plays Piazzolla, y el año pasado publicaste el disco 3001 proyecto Piazzolla. ¿Qué tenés en cuenta al versionar la música de tu abuelo?

–Lo primero que tengo en cuenta es mantener a Escalandrum con su formación original: contrabajo, batería, piano y los tres vientos. Al mantener esa formación, en la que no tenemos bandoneón ni violín –instrumentos tradicionales en la música de mi abuelo–, ya tenemos un sonido diferente. En cuanto a la interpretación, tratamos de meter todas nuestras influencias de jazz moderno y de la música original de Escalandrum.

–Me imagino que al no usar bandoneón ni violín debe ser un gran desafío reimaginar su música.

–Es un desafío muy grande, pero por suerte lo hicimos en 2011 con Piazzolla plays Piazzolla. En el grupo tenemos a Nicolás Guerschberg, que es nuestro arreglador, y él hizo lo posible para que los tres vientos emularan el bandoneón. A lo que sí tuvimos que prestar mucha atención fue a la articulación, porque si con saxos tocás de la misma manera que se toca un bandoneón, va a sonar de mal gusto. Tuvimos que interpretarlo de una forma más jazzera, con un sonido que apuntaba a los discos Blue Train [de John Coltrane, 1958] y Kind of Blue [de Miles Davis, 1959].

–¿Cómo era tu relación con Astor?

–Él me dio muchos consejos, me regaló mi primera batería y también su primer bandoneón. Me recomendó estudiar con los mejores maestros, me dijo que siempre haga cosas nuevas y que nunca me quede distendido en una sola.

–A partir de hoy se van a presentar en un espacio que genera cierta intimidad. ¿Cambia su interpretación dependiendo del ambiente?

–Nosotros somos animales del jazz y estamos acostumbrados a tocar en lugares pequeños. De hecho, creo que nos sentimos más cómodos de esa manera. Hace cinco o seis años que estamos tocando en lugares muy grandes, pero cuando pinta tocar en un lugar más jazzero, como clubs, nos sentimos como en casa. Tocamos mucho más sueltos y nos viene como anillo al dedo. Disfrutamos de la cercanía de la gente y escuchamos los instrumentos sin la necesidad de monitores, es como tocar en tu casa.

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