El gobierno de Jair Bolsonaro envió al Congreso una iniciativa de ley con el delineamiento de algunos aspectos del presupuesto para 2020. En el documento, el Ejecutivo indica que la economía crecerá 2,2 este año y 2,7% el próximo, y que mantendrá un ritmo similar hasta 2022. También prevé que la inflación se mantenga en 3,7% hasta 2022 y que el déficit esté en 2020 en el entorno del 2% del Producto Interno Bruto.
Los lineamientos, que se da por descontado que serán aprobados por un Congreso mayoritariamente conservador, establecen también cuál será el salario mínimo del próximo año.
Una de las primeras polémicas que enfrentó Bolsonaro al llegar al poder fue también referente al salario mínimo: el gobierno anterior, liderado por Michel Temer, había establecido que su aumento para 2018 fuera a 260 dólares (1.006 reales) y él decretó que fuera a 246 dólares (954 reales). En ese entonces, el presidente argumentó que eso se debía a que la inflación en 2017 fue menor a la prevista por el gobierno de Temer.
Ahora una decisión del presidente con respecto al salario mínimo vuelve a generar polémica: el Ejecutivo busca modificar la fórmula por la cual se aumenta, que permitió que en los últimos 15 años los trabajadores se vieran beneficiados por un crecimiento del salario real.
Actualmente la fórmula que define el aumento del salario mínimo incluye la inflación y la tasa de crecimiento de la economía. El gobierno de Bolsonaro busca eliminar este segundo factor y que el ajuste sea únicamente por la inflación, lo que elimina la posibilidad de un crecimiento real del indicador.