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Mohammed Bin Salman, durante una cumbre árabe celebrada en el Palacio Real de Safa en La Meca (archivo, mayo de 2019).

Foto: Bandar Aldandani, AFP

Para la ONU, hay evidencias que vinculan al principe saudí Bin Salman en el asesinato del periodista Khashoggi

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Un informe asegura que las pruebas son lo suficientemente sólidas como para que haya una investigación más extensa.

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En un informe presentado este miércoles en Ginebra, Agnes Callamard, relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, afirmó que existen “evidencias creíbles” que señalan al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, y otros funcionarios de alto nivel del reino wahabita en relación a la muerte del periodista Jamal Khashoggi, ocurrida en octubre del año pasado en el consulado saudí en la ciudad turca de Estambul.

De acuerdo a la investigación realizada por Callamard las pruebas son lo suficientemente sólidas como para que haya una investigación internacional imparcial y más extensa al respecto. “El asesinato de Khashoggi constituyó un asesinato extrajudicial del que es responsable el estado del Reino de Arabia Saudita”, y también puede haber sido un acto de tortura en virtud de tratados internacionales, escribió Callamard. “Su intento de secuestro también constituiría una violación en virtud del derecho internacional de los derechos humanos”, agregó la relatora de la ONU.

Desde Arabia Saudita siempre se negó la participación del príncipe heredero en el crimen, al que la diplomacia del país calificó como “un error enorme”. Khashoggi fue asesinado en el consulado saudí de Estambul el 2 de octubre de 2018, adonde había ido para obtener los documentos que le habrían permitido casarse con su novia turca, Hatice Cengiz, que estaba esperando afuera.

Inicialmente los funcionarios sauditas dijeron que Khashoggi había dejado el consulado con vida y negó tener conocimiento de su paradero, pero luego admitieron que fue asesinado en el edificio después de lo que dijeron fue una misión fallida para llevarlo de regreso a Arabia Saudí. Un “colaborador local” se deshizo de su cuerpo, según afirmaron funcionarios de la nación árabe, pero el cadáver no se ha encontrado. La justicia saudí procesó por el hecho a 11 personas, cuyos nombres no se han dado a conocer. Para cinco de los procesados se pide la pena de muerte.

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