Ingresá

Ilustración: Ramiro Alonso

Fobia al cogobierno universitario

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Podrán escuchar este artículo quienes estén registrados.
Escuchá este artículo

Tu navegador no soporta audios HTML5.

Tu navegador no soporta audios HTML5.

Leído por Andrés Alba.
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La oposición está de acuerdo con el oficialismo acerca de la conveniencia para el país de crear una Universidad de la Educación, pero mantiene su rechazo histórico a que ese organismo tenga un cogobierno como el de la Universidad de la República (Udelar). La discrepancia es profunda e histórica en el área educativa. Desde la salida de la dictadura se reclama, sin éxito, una institución universitaria, pero la oposición al cogobierno con el modelo de la Udelar se impuso cuando fue creado en 2010 el Consejo de Formación en Educación (CFE). La misma posición contraria prevaleció para la Universidad Tecnológica (UTEC), creada en 2012.

El CFE tiene cinco integrantes, y la designación de tres le corresponde al Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública, en el que a su vez hay una mayoría de tres en cinco designada por el presidente de la República con venia del Senado. En el Codicen están en minoría las dos personas elegidas por el cuerpo docente para representarlo; en el CFE también son minoría las dos que representan, respectivamente, a docentes y estudiantes. La ley de creación de la UTEC estableció un sistema de cogobierno que se postergó hasta que fue eliminado en 2022 mediante una decisión parlamentaria de discutida constitucionalidad.

El modelo de la Udelar tomó los principios de autonomía y cogobierno conquistados en la reforma universitaria cordobesa de 1918, sobre la base de un sistema previo en el que el estudiantado votaba para elegir rectores y decanos desde 1849. Una larga tradición histórica concibe la coparticipación en el gobierno como una característica esencial de la institución universitaria pública, reforzada porque la Udelar no tuvo competencia privada hasta que a fines de la dictadura se autorizó la creación de la Universidad Católica.

El rechazo a este modelo se debe, obviamente, a la convicción de que los gremios se apoderan de la representación de los órdenes y ejercen la conducción con criterios políticos izquierdistas. Esto a veces se dice con todas las letras y en otras ocasiones se alega que el sistema resulta excesivamente burocrático y lento, pero el argumento de la politización siempre está presente, potenciado en los últimos tiempos por la concepción derechista de la “batalla cultural”.

Sin embargo, y en forma paradójica, el remedio propuesto para la politización es que el gobierno de las instituciones sea designado por la mayoría oficialista de turno en el gobierno nacional, con el argumento de que sólo así se asegura una conducción representativa de “la voluntad ciudadana” expresada en las urnas.

La autonomía y el cogobierno no significan, por supuesto, que todas las decisiones sean correctas y oportunas, pero garantizan requisitos esenciales de la educación superior. Por un lado, la participación democrática y el debate crítico, cuya esencia política es inevitable; por otro, que las decisiones académicas sean adoptadas con respeto por las opiniones de quienes cuentan con formación especializada y objetivos que trasciendan los vaivenes en el gobierno nacional. Sin estas características, resulta muy discutible que una institución sea cabalmente universitaria.

Hasta mañana.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura