Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
El Poder Ejecutivo avanza hacia el diálogo sobre protección social, mediante contactos con las organizaciones que participarán. El Ministerio del Interior presentó lineamientos para la elaboración de un plan nacional de seguridad pública en cuya discusión participarán el sistema partidario, la academia y representantes de la sociedad civil (incluyendo a empresas y sindicatos), con la intención declarada de que permita iniciar políticas de Estado en la materia.
El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) enfatiza que el Sistema Nacional Integrado de Cuidados es un dispositivo interinstitucional con amplia participación social, desmontando el equívoco (ilegal) que implicó, durante el período de gobierno anterior, gestionar la secretaría de ese sistema como si fuera una dependencia del Mides. La espinosa cuestión del proyecto Neptuno se aborda mediante el diálogo con el consorcio privado al que Luis Lacalle Pou le dejó encomendada legalmente la obra.
En el área educativa, se plantea reponer la representación docente en la conducción de cada rama, promover la participación de estudiantes y familias, reactivar mecanismos de coordinación entre instituciones, convocar a un nuevo Congreso Nacional de Educación y procurar acuerdos para crear la Universidad de la Educación. La política de vivienda también busca caminos de diálogo y participación. Mientras todo esto sucede, se levantan voces que critican la presunta inacción del gobierno nacional.
Yamandú Orsi ganó las internas del Frente Amplio y las elecciones nacionales sin estridencias ni promesas audaces, insistiendo sobre la necesidad de resolver los grandes problemas pendientes del país mediante el trabajo en equipo, con diálogos y acuerdos amplios. Ahora que es presidente de la República, mantiene el mismo estilo, que expresa una manera de concebir la política y el gobierno. No hay muestras de debilidad, como quedó de manifiesto en la resolución del caso de Cecilia Cairo o en el señalamiento de la situación de Ancap, pero se cultivan la paciencia y los buenos modales.
Esto no debería resultar sorprendente, en especial, para quienes le prestaron atención a la forma en que Orsi se desempeñó como intendente de Canelones durante dos períodos consecutivos. Sin embargo, hay incomodidad e incluso nerviosismo, no sólo en la oposición, sino también en filas oficialistas, como si muchas personas hubieran pensado que lo de la campaña era sólo para ganar votos y que luego se revelaría una persona distinta.
Quizá esté demasiado naturalizado que los dirigentes finjan ser como no son, los partidos en campaña escondan sus intenciones y la política se convierta en una competencia de artes marciales mixtas, con la ciudadanía como espectadora.
La ausencia de mayoría frenteamplista en la Cámara de Representantes es por sí misma una buena razón para el actual estilo gubernamental. Otros motivos válidos por sí solos son las crecientes incertidumbres económicas en el escenario internacional, e incluso la conveniencia de prevenir polarizaciones críticas como las que envenenan la convivencia en cada vez más países. Pero hay también una apuesta firme a la construcción colectiva que no necesita excusas.
Hasta mañana.