Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Faltan datos, pero ya se puede decir que las elecciones departamentales determinaron pocos cambios respecto de las anteriores. Se confirmó que en este nivel los procesos de alternancia son, en lo que va del siglo, más escasos y lentos que en las nacionales, salvo en circunstancias especialísimas, como las del ciclo electoral posterior a la crisis de 2002.
Ayer los partidos que ocupaban el gobierno lo retuvieron en por lo menos 16 de los 19 departamentos, y al cierre de esta edición sólo era seguro que el Frente Amplio (FA) había perdido en Salto y ganado en Río Negro. Permanecía incierto si en Lavalleja el Partido Nacional (PN) se mantendría al frente de la intendencia o tendría que entregársela al FA, para que gobierne ese departamento por primera vez. Esto último tendría, sin duda, un considerable valor simbólico, pero en cualquier caso predominan, globalmente, las continuidades.
En filas frenteamplistas muchas personas se preguntan, con algo de desazón, por qué su fuerza política no logra remontar en la mayor parte del interior, y en particular por qué siguen ganando los nacionalistas después de escándalos como los que los involucraron en Artigas, Salto y Soriano. Por otro lado, en los partidos que integraron el gobierno de Luis Lacalle Pou, a la inversa, la pregunta desalentadora es por qué no consiguen desplazar al FA en Montevideo y Canelones, donde ya suma, respectivamente, ocho y cinco victorias consecutivas.
La gran novedad, en términos cualitativos, fue que esos partidos decidieron presentarse juntos como Coalición Republicana (CR) no sólo en Montevideo, donde ya lo habían hecho hace cinco años con el lema del Partido Independiente, sino también en Canelones y Salto, o sea, en los tres departamentos donde gobernaba el FA. El PN no quiso extender más la experiencia piloto y apostó en el resto del país a la conveniencia de poder distribuir hasta tres candidaturas entre sus fracciones internas.
El saldo no fue muy espectacular. En Salto la CR le ganó al FA, pero en 2020, cuando los partidos Nacional y Colorado (PC) votaron separados, ya habían sumado casi 55% de los votos. Ahora la CR logró cerca de 58% y el FA se mantuvo en el entorno de 40%, como hace cinco años. En los otros dos departamentos en los que se presentó el lema común, todas las encuestas durante la campaña señalaron que no iba a haber milagros.
En Canelones, la CR aumentó un poco la votación que habían sumado en 2020 el PN, el PC y Cabildo Abierto, pero el FA ganó con unos 13 puntos porcentuales de ventaja y mantiene una cómoda hegemonía. En Montevideo, el aumento en relación con 2020 fue muy escaso, con tres candidaturas en vez de una, y la ventaja del FA volvió a ser amplia.
Además, hay que tener en cuenta la posibilidad de que la CR sea –por lo menos en algunos departamentos– una experiencia similar a la del balotaje en las elecciones nacionales, que en primera instancia sirvió para impedir el triunfo frenteamplista, pero luego consolidó una polarización beneficiosa para el FA, que quedó como única alternativa viable al PC y el PN. Esto vale también para el proyecto de convertir a la CR en un lema compartido para las elecciones nacionales.
Hasta mañana.