Cultura Ingresá
Cultura

Viralata.

Foto: Alejandro Persichetti, difusión

Da fronteira

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Hoy a las 21.00, Luis Vidal Giorgi llevará a escena una versión de Viralata (2015), la novela del artiguense Fabián Severo con la que el año pasado obtuvo el Premio Nacional de Literatura. A lo largo de 200 páginas, Viralata ‒título que refiere al término por el que se conoce a los perros sin raza en la frontera‒ traslada a su infancia o adolescencia a más de un lector, a la vez que desafía su memoria más íntima y abandonada. “En el verano, a eso de las nueve de la mañana, el sol ya no es amigo de nadies. Entonce, nos se escondía en el patio de la Mama, onde había un paraíso que daba una sombra buena, y hablábamos de la vida de los vecino, y asvés, de nosotro”, se lee en un momento. Así, Severo sigue asumiendo el reto de escribir en portuñol, una variedad esencialmente oral y no normalizada, con una sintaxis que responde a la fonética y que se adapta –con vaivenes– a la ortografía del español. Lo hace a conciencia de que esa decisión creativa responde a una lengua menospreciada y negada, que expresa una sensación, un vivir periférico y olvidado, una identidad nunca encontrada. Con la muerte de su madre, el narrador queda solo en su casa, desesperado por escribir su historia, con un vacilante instinto de supervivencia. Luis Vidal Giorgi plantea que, más allá de las posibilidades teatrales con las que cuente una novela, este proceso siempre implica una aventura: “La versión puede contar con una buena base, o puede tener un impacto menor al que causa la novela. Su punto de partida realmente me envolvió y me conmovió, y encontré que también contaba con un trabajo formal-artístico sobre la palabra”. Recuerda que, por un lado, la obra rescata la oralidad de ese mundo del portuñol artiguense, a partir de un trabajo poético en el que “esas palabras de aparente sencillez, y que describen contextos inmediatos y paisajes ásperos, logran una dimensión y una trascendencia que nos lleva a vincularlo con imágenes propias. Ya que ese desarrollo de la metáfora nos traslada de un lugar a otro, y nos hace pensar en la construcción ‒mediante las palabras‒ de nuestra identidad, ya sea a partir de los recuerdos, las vivencias, o los afectos que se alejaron. Esta búsqueda de las raíces ilumina una historia individual, inmersa en un contexto social donde se dan injusticias, y elementos que siguen sin resolverse, y que se advierten como preguntas abiertas.”

El dramaturgo adelanta que se propuso trasladar esto a escena a partir de un actor que, al interpretar un personaje, cuenta su vida, y así va desgranando ‒con ironía, ingenuidad o lucidez‒ los “avatares de ese periplo vital”.

Viralata, de Fabián Severo. Versión y dirección, Luis Vidal Giorgi. Con Rodolfo Da Costa, Dante Alfonso y Carolina Pereira. Teatro El Galpón. Sábados a las 21.00, domingos a las 19.30.

¿Te interesa la cultura?
None
Suscribite
¿Te interesa la cultura?
Recibí el newsletter de Cultura en tu email.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura