Antes de que los reality shows se convirtieran en el formato más rentable de la televisión, MTV pasaba videoclips y en E! Entertainment Television uno podía enterarse de las últimas noticias de Hollywood. Esta última señal, además de noticieros del espectáculo y programas que criticaban los outfits de las celebridades, ofrecía una humilde joyita de la metatelevisión llamada Talk Soup (1991-2001), luego rebautizada The Soup (2004-2015). Allí se hacía un resumen de la televisión estadounidense en forma de clips graciosos, primero de talk shows y más tarde de la programación en general, lo que explica el cambio de nombre.
A diferencia de su predecesor, The Soup tuvo un único conductor durante sus 12 temporadas: Joel McHale, quien interpretó a Jeff Winger en la ineludible comedia Community (disponible para los suscriptores de Prime Video). El formato clásico consistía en McHale delante de una escenografía hecha en croma, presentando escenas graciosas de la TV para luego rematarlas con algún chistecillo. También contaba con numerosas apariciones especiales, aunque la producción del programa siempre fue limitada. Y esa era parte de su magia.
El domingo pasado Netflix estrenó The Joel McHale Show with Joel McHale, serie de frecuencia semanal en la que McHale está delante de una escenografía hecha en croma, presentando escenas graciosas de la TV y rematándolas con algún chistecillo. Ya en el primer programa hubo varias apariciones especiales, aunque la producción sea bastante limitada. ¿Déjà vu?
Nada ha cambiado y aquellos que disfrutaron de sus anteriores participaciones lo harán con los 13 episodios de esta primera temporada. En el primero ya hubo un interesante recorrido por las oficinas de Netflix, que incluyó un mini reencuentro de actores de Community. En un catálogo de series millonarias y tramas grandilocuentes este show (cuyo título no volveré a escribir completo) cumple con la modesta función de entretenernos unos 20 minutos gracias al sarcasmo y la astucia de un montón de gente a la que le pagan por mirar televisión.
Otros (indique)
Además de ficciones, documentales y especiales de stand up, en Netflix pueden encontrarse programas que escapan de la norma, algunos de ellos muy recomendables.
»» Comedians in Cars Getting Coffee. Jerry Seinfeld mudó este año su serie de entrevistas a comediantes, que antes estaba disponible a través de Crackle. Allí, el protagonista de la mejor comedia de la historia [N del E: se refiere a Seinfeld] saca a pasear a sus colegas en vehículos especialmente elegidos para la ocasión, y taza de café mediante conversa acerca del oficio y de muchas otras cosas más. Seinfeld aparece como un conductor (por partida doble) afable, aunque sus mejores momentos aparezcan cuando su entrevistado es una amistad de la vida real (Julia Louis-Dreyfus) o alguien que lo pone contra las cuerdas y lo obliga a revelar sus neurosis (Howard Stern).
»» My Next Guest Needs No Introduction with David Letterman. El famoso comediante y conductor volvió al lado luminoso de la pantalla con seis programas de frecuencia mensual y una barba que le valió las bromas de sus dos primeros invitados. Letterman puede darse el lujo de llevar a quien quiera a su programa y lo demostró entrevistando a Barack Obama en su debut. Su calidad a la hora de hacer preguntas no está en discusión, y la hora de charla pasa con buen ritmo, con algunos clips filmados en exteriores para agilizar la tarea. Sus próximos entrevistados serán la ganadora del Nobel de la Paz Malala Yousafzai, el rapero Jay-Z, Tina Fey y Howard Stern. ¿Logrará este último revelar alguna de sus neurosis?