Combatió por el poder de los libros y por la posibilidad de montar un proyecto entusiasta: al escritor y bibliófilo uruguayo Arturo E Xalambrí (1888-1975) se lo presenta como el responsable de una de las mayores colecciones de América Latina sobre El Quijote, una de las bibliotecas más importantes del mundo, pero la excentricidad de su figura trasciende el valor histórico y literario de su acopio, que incluso cuenta con ilustraciones originales de Salvador Dalí. “Parte de lo más interesante de su biblioteca recae en algunos de sus volúmenes: tiene una bellísima edición de El Quijote de 1936, otra edición árabe de 1923 y una de 1722 publicada en Venecia, con encuadernación de época, en pergamino. De hecho, mandaba traducir fragmentos de El Quijote y así logró que se tradujeran al guaraní, al esperanto y al neolatín”, contó a la diaria el actor y dramaturgo Santiago Sanguinetti, que estará a cargo de la dramaturgia de El Quijote del Plata, la nueva producción del Ballet Nacional del SODRE (BNS), que se anunciará mañana a las 11.30 en el Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAE) y se estrenará en el marco del Festival Cervantino de Montevideo (que tendrá lugar desde octubre hasta fines de noviembre e incluirá una amplia programación de danza, cine, literatura, teatro y música).
Sanguinetti dijo que en torno a la figura de Xalambrí confluyen varias contradicciones alimentadas por un “conservadurismo muy religioso y, a su vez, un espíritu de aventura profundamente progresista y libertario”. “Esta contradicción me resultaba muy atractiva; porque es alguien que parece muy conservador y que, al mismo tiempo, está tan loco como para emprender un proyecto de estas características y jugar con la figura del dandy. En virtud del descubrimiento o actualización de su biblioteca en 2015 [que desde 2001 está bajo la custodia de la Universidad de Montevideo], Montevideo fue declarada ciudad cervantina”.
El Quijote del Plata, que también contará con el trabajo de la coreógrafa y realizadora española Blanca Li, que se encargará de la coreografía y de la dramaturgia –junto a Sanguinetti–, y de Hugo Millán, que estará a cargo de la escenografía y el vestuario, surgió a partir de una propuesta que el INAE, el BNS y el Centro Cultural de España le hicieron a Sanguinetti: investigar la vida de Xalambrí y, a partir de su experiencia vital y su colección de ediciones de El Quijote, idear una historia.
Dramaturgia
Esta personalidad, que logró reunir más de 12.000 volúmenes –unos 3.000 pertenecen a la colección cervantina–, creció en una familia de zapateros (“su padre les confeccionó los zapatos a varios presidentes uruguayos de fines del siglo XIX y principios del XX”) y se convirtió en un “fanático de los libros” que llamó a su primera hija, Wilborada, “que es una suerte de musa vinculada a la bibliotecología”. Su segunda hija, Teresa, se convirtió en monja de clausura y se radicó en el País Vasco, y “ella fue quien donó la biblioteca a la Universidad de Montevideo, también por motivos religiosos. Con los años fundó el monasterio de las Clarisas en un terreno comprado por su padre en San José de Carrasco”, contó el dramaturgo.
Entre las contradicciones de este personaje, dijo, también interviene una tendencia reaccionaria. Como ejemplo, indicó que durante la época de la Guerra Civil Española en su biblioteca se incluyeron libros “un tanto problemáticos”, pero, al mismo tiempo, Xalambrí se convirtió en un “aventurero; un Quijote uruguayo del siglo XX, muy influenciado por la religión”. Estos componentes generales de su personalidad se convirtieron en disparadores creativos para pensar en una historia a ser coreografiada por Li. En un principio, Sanguinetti le propuso una historia de aventuras a partir de un Xalambrí ficcional que recorría el mundo buscando ediciones excéntricas. Pero ella reparó en que se trataba de una propuesta narrativa y no tan coreografiable, y le propuso situar la acción en una situación más genérica: en escena todo transcurrirá en una biblioteca, con un Xalambrí en su lecho de muerte y bajo el cuidado de una de sus hijas, que, al ver que su padre está muriendo, le acerca distintas ediciones de El Quijote y le lee algunos fragmentos.
Baile
Cuando los organizadores del Festival Cervantino le comentaron a Igor Yebra (director del BNS) las particularidades de este personaje, y logró interiorizarse en su trabajo y su vida, “se me ocurrió que podríamos llevar a cabo esta idea, porque nos interesa buscar nuevas producciones que se puedan llevar al exterior, que nos identifiquen como país y resulten interesantes como parte integral de la cultura nacional”, señaló.
Para él, el trabajo junto a dramaturgos es una importante tradición que se ha perdido, ya que en la época de los grandes ballets, en una misma producción podían coincidir “grandes escritores, músicos y pintores, como [Pablo] Picasso, [Ígor] Stravinsky, Dalí, [Erik] Satie, y podían trabajar en conjunto. Creo que cuando hay colaboración y cada uno, desde su lugar, sabe hacer las cosas muy bien, el producto se vuelve mucho más interesante”, más complejo y dinámico. Cree que entre Sanguinetti y Li conforman un muy buen equipo. Li, dijo, se ha convertido en una referente que maneja un vocabulario muy amplio, ya que si bien maneja el lenguaje contemporáneo, también cuenta con el conocimiento clásico.
Contó que la puesta reúne a Xalambrí, a su hija, al Quijote y a Dulcinea, aunque “al final todo se confunde”. A priori, procuraron que se tratara de un espectáculo ágil y dinámico, que cuente con una música variada, de distintos compositores, a ser ejecutada por la orquesta del SODRE. “Intentamos que sean espectáculos que cuenten con un hilo narrativo escena tras escena, y que no se vuelva una propuesta abstracta. En ese sentido, también se utilizarán las puntas; así es como se realizan las puestas actualmente, y creo que está bien que la compañía incluya este tipo de propuestas, teniendo muy claro que somos una compañía de ballet clásico”. Al mismo tiempo, si bien admite que la base debe ser el clásico, cree en la necesidad de ampliar el repertorio para que se pueda alcanzar a los distintos públicos.