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Con su diseño original y una historia repetida: Los Locos Addams, de Greg Tiernan y Conrad Vernon

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Las redes sociales han popularizado las viñetas de humor gráfico de la revista estadounidense The New Yorker. Estos chistes están dibujados en blanco y negro y carecen de los clásicos globitos de texto, ya que los escuetos parlamentos que “rematan” el componente gráfico (conocidos como one-liners) aparecen debajo.

Los cartoons de esta publicación son un clásico desde su primer número, en 1925. Por allí pasaron grandes talentos de este tipo de humor, pero uno de ellos logró inmortalizar su apellido en todo el mundo. Y fue tan importante, que luego de su muerte el editor William Shawn escribiría: “The New Yorker no estuvo completo hasta que Addams empezó a publicar en él”.

Charles Addams nació en 1912 y en 1932 vio publicado su primer trabajo, pero pasarían otros seis años hasta el debut de su creación más famosa. La familia Addams (convertida en “locos” Addams para el mundo latino) debutó en un sencillo chiste, en el que un vendedor de aspiradoras quería convencer a Morticia de las bondades de su producto, sin comprender que aquella mansión estaba repleta de telarañas por una decisión estética.

Dibujo a dibujo, el público iría conociendo a los diferentes integrantes de aquella familia macabra, cuyo humor solía llegar por la inversión: Morticia acusa a la abuela de no hacer trampa jugando a las cartas, Homero mira a través de la ventana un día terrible y se siente “feliz de estar vivo”.

Hasta los años 60, aquellos personajes no tuvieron nombre ni apellido. Fue entonces que el productor televisivo David Levy le propuso crear una serie con sus personajes. Lo único que debía hacer Charles era bautizarlos y dotarlos de mínimas características. En setiembre de 1964 debutaba The Addams Family, la primera de muchas adaptaciones audiovisuales de este grupito espeluznante pero muy divertido. Con ellos también llegaría una canción que se quedaría para siempre en el imaginario colectivo (chasquido, chasquido).

En los 70 llegaría el dibujo animado y en 1991 desembarcarían en el cine, de la mano del director Barry Sonnenfeld y un elenco de lujo que incluía a Raul Julia, Anjelica Huston, Christopher Lloyd y Christina Ricci. Allí estaban todos los chistes de humor negro que identificaban a la familia, incluyendo la insistencia de la joven Merlina en tratar de matar a su hermano Pericles.

Dos años más tarde se estrenó Los locos Addams 2, repitiendo director y elenco, y pese a que no repitió el éxito comercial, para la mayoría de los críticos es un producto mejor que su antecesor. ¿Cómo olvidar la celebración del Día de Acción de Gracias en el campamento?

Por allí hubo una nueva serie animada, un telefilm y otra serie con actores, emitida entre 1998 y 1999. Pasaron otros 20 años hasta el regreso de Homero, Morticia y los demás, en forma de película animada con un diseño que parecía respetar como nunca los dibujos de Charles Addams. Si le sumamos a grandes nombres en el elenco de voces, parecía la receta perfecta para el éxito. Y sin embargo...

¡No se muevan!

El primer problema de esta nueva Los locos Addams (dirigida por Conrad Vernon y Greg Tiernan) es que como espectadores ya nos hemos acostumbrado a un mínimo de calidad en la animación realizada por computadora, y este producto parece estar un escaloncito por debajo.

El diseño de los Addams es impecable y en la mayoría de los casos funciona bien en movimiento, como la curvilínea Morticia y su cinturita de avispa bebé. Quizás la excepción sea Dedos, que por alguna extraña razón fue dotado de un reloj pulsera con un ojo, rompiendo la simpleza del personaje.

En cuanto a los personajes nuevos, hay un gran hallazgo en la antagonista del film, Margaux Needler. Se trata una señora bastante desagradable que luce una cabellera muy similar a la de un polémico presidente de unos Estados Unidos de una América.

Cuando la acción necesita de más personas “comunes y corrientes” es que desearíamos para nosotros lo mismo que para Dedos (no tener ojos). Las caras de la multitud intentan ir en la dirección de la saga de Lluvia de hamburguesas, pero remiten a los primeros cortos de Pixar.

Perdonando el aspecto visual, tenemos un elenco de voces famosas, al menos en su versión original, que incluye a Charlize Theron (Morticia), Oscar Isaac (Homero), Chloë Grace Moretz (Merlina), Finn Wolfhard (Pericles) y Nick Kroll (el tío Lucas). Los dos primeros se lucen en sus papeles, que en esta historia aparecen en un segundo plano detrás de los dos jovencitos.

Quizá la intención de conquistar al público con nombres conocidos llevó a que Moretz ,de 22 años, y Wolfhard, de 16, interpretaran a dos personajes bastante más jóvenes que ellos, algo que por momentos puede distraer al espectador. Mientras tanto, Kroll se destaca gracias a su experiencia como actor de animaciones, en especial la siempre recomendable Big Mouth (2017).

Historia macabra

Con respecto al guion, y siempre entendiendo que estoy 30 años por encima del público objetivo, los 87 minutos no parecen suficientes para contar una historia que vaya más allá de la anécdota. De nuevo están las inversiones (oscuro/claro, tristeza/felicidad), pero el tema de la rebeldía ante la uniformidad no logra desarrollarse. Sin mencionar que la fina ironía de que los mismísimos Addams castiguen la rebeldía queda perdida entre gags visuales.

El comienzo es interesante, con una miniprecuela de la relación entre Homero y Morticia, pero el rito de iniciación de Pericles y la nueva amiga de Merlina repiten fórmulas que ya se han visto bastante. Por último, el plan de Margaux apenas si roza la crítica de la videovigilancia y el chisme a través de las redes sociales.

Si decidieron formar una familia (o como lo traducirían al castellano, unos locos) y quieren que los pequeños se expongan a películas que coquetean con lo lúgubre o que rescatan la violencia de los Looney Tunes, quizá sea un buen primer paso, aunque no olviden conseguirles los films de 1991 y 1993.

En el caso de que los niños ya puedan ir al cine solos, pueden esperarlos afuera disfrutando de La familia Addams y otras viñetas de humor negro (2004, editorial Valdemar), el libro que recopila parte del trabajo de Charles, incluyendo las apariciones de esta familia muy normal.

Los locos Addams. Dirección: Greg Tiernan y Conrad Vernon. Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, 2019. En varias salas.

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