El Foto Club Uruguayo (FCU) está cumpliendo sus primeros 80 años “oficiales”, ya que la historia de aquellos aficionados a la fotografía que organizaban reuniones se remonta a 1884. “Era de elite. Eran generalmente hombres, en una sociedad tremendamente machista donde esto era su hobby. Si participaba alguna mujer, era por ser la esposa de un socio o algún caso muy particular”, contó a la diaria Álvaro Percovich, coordinador general del FCU.
Esas personas “se reunían con la necesidad de intercambiar los conocimientos que traían de sus viajes a Europa”, y en muchos casos estaban relacionadas con la industria óptica. “Se reunían para intercambiar, conocer, pero sobre todo para el intercambio de las técnicas fotográficas del momento”, agregó.
“La popularización de la fotografía llega desde 1940 para adelante”. Para entonces ya había pasado la experiencia del Foto Club Montevideo, así como la realización de Peñas Fotográficas luego de su disolución. Fue precisamente el 10 de junio de 1940 que el FCU se fundó como espacio de enseñanza, debate y difusión de la fotografía.
Como ocurría desde antes de su existencia oficial, el camino fue “complejo”, y para Percovich es difícil entender cómo hizo la asociación para mantenerse. “Había personas con mucho interés que fluctuaban por distintos espacios que se iban haciendo sedes, siempre prestados. Después de 1970 hay un movimiento de ‘hijos de’ que continuó con otro concepto de asociación”. Allí destaca “una sociedad fotográfica que, junto a otras tendencias y otras técnicas, se sumó a una resistencia durante la dictadura”.
“Cada década se iba alimentando de algún aliciente y a la vez de alguna dificultad”, reflexionó. Percovich ingresó a mediados de los 80, así que su historia se vuelve en primera persona. “Hasta ese momento el FCU era bastante tradicional, pero hay un momento de inflexión cuando Dina Pintos del Castillo y Diana Mines plantean en la directiva un cambio de rumbo. Un cambio en la filosofía de por qué y para qué hacemos fotografía. ¿Para concursar? ¿Para ganar un premio? Se elimina todo eso y se inicia un proceso de producción a nivel de talleres, de compartir sin necesidad de competir”.
El cambio fue lento pero radical. Se mantuvieron las muestras pero ya no hubo rankings. Se borra aquello de “aprendés fotografía porque concursás con alguien para ver si sos mejor” y comienza la fotografía “con un sentido de las necesidades de cada uno. Y los docentes que llegan a este lugar tienen una capacidad maravillosa para explorar eso”.
¿Y los objetivos actuales del FCU? “Mantenerse. Después de 80 años, queremos ser eternos”, dijo un poco en broma. “Hay una generación que mantuvo esa cosa encendida de seguir trabajando en pos de lo instaurado por Diana y Dina, que se mantiene hasta el día de hoy. El pasado, pasado”.
“Hace nueve años estamos con la revista Materia Sensible, que es un homenaje a la fotografía y un catálogo de la fotografía nacional. La revista no es un producto interno del club, es un producto muy pesado e intenso que intenta que si te encontrás con eso en una biblioteca sepas lo que ha pasado en los últimos años en la fotografía nacional. Ese es el cometido de la institución: mantener viva la necesidad y la intencionalidad de que lo visual es muy importante para la sociedad, y no es solamente un producto publicitario. Es una herramienta expresiva. Será una técnica, pero también es un arte”.
Para Percovich, el FCU tuvo la capacidad de “interpretar los sentidos y los sentimientos que la fotografía puede despertar en todos nosotros”.
Por último, como suerte de test de aquella elite de los primeros años, le preguntamos por la relación de la asociación con la fotografía digital. “En su momento estaba la sensación de que tenía que sumar, no desplazar. La fotografía digital no ‘desplazó’ a la fotografía analógica, salvo en ámbitos como el periodístico. Pero un artista, un creador al que no le interesan los tiempos sino la sensibilidad, ¿qué importa con qué la hace? En la parte de creación y obra conviven y es una discusión cerrada hace años. Es algo que está instaurado y que disfrutamos todos. Ahora estamos esperando qué es lo que va a venir. La tercera ola”.
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