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Maxwell Smart, pero para adultos: temporada final de la serie animada Archer

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Tras 12 temporadas, llegó a su fin Archer, la serie animada creada por Adam Reed que en 2009, cuando arrancó, por estos lados todavía había que conseguir de manera pirata, y que ahora está disponible en Netflix.

Si no la conocen, piensen en una combinación de James Bond con Donald Draper, el galán publicista encarnado por Jon Hamm en Mad Men, más toneladas de humor rapídisimo y cachondo. Ambientada en un tiempo indeterminado, pero con toques de Guerra Fría palpables en el diseño de objetos y en la concepción de algunas tramas políticas, la historia es la de los trabajadores (porque hay agentes y, toque brillante, administrativos) de una agencia de espías privada.

Sterling Archer, el protagonista e hijo de la dueña de la agencia, es un bobón irrecuperable, que, como Maxwell Smart, también resulta, por habilidad o fortuna, un agente excepcional. La intriga internacional y la acción son el pretexto para cadenas de bromas sobre hábitos alcohólicos, malcriadismo irrecuperable y todo tipo de costumbres sexuales.

Tras haber pasado por temporadas con premisas abiertamente delirantes (hay una que resulta ser un prolongado sueño de Archer, que está en coma durante un año entero), en esta breve entrega final (sólo ocho capítulos) el foco está puesto en resolver las tensiones entre los personajes. Un toque inesperado lo provee el cierre, relacionado con la muerte de la actriz Jessica Walter, que daba su voz a uno de los personajes principales de la serie. Walter, como muchos otros intérpretes de Archer (Judy Greer, Chris Parnell) era parte de un grupete de cómicos que rara vez están en la primera línea pero son el engrudo de series de culto como Arrested Development, 30 Rock y las maravillas animadas de Adult Swim, donde se curtió como escritor y director Adam Reed.

Ponerse a tiro de golpe con las 12 temporadas no es recomendable, porque un humor tan intenso y específico puede saturar. Pero si sólo les falta ver esta última, vayan con cuidado, que hay golpes bajos.

Archer, de Adam Reed. 12 temporadas de entre 13 y 8 episodios, de 19 a 24 minutos cada uno. En Netflix.

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