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Sede de la BBC en Londres (archivo, octubre de 2016).

Foto: Fred Romero, creative commons

El gobierno británico congeló el “impuesto al televisor” con el que se financia la BBC

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El servicio público ya debió realizar recortes en el pasado y temen que se resienta su programación.

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Leído por Mathías Buela.
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El gobierno británico congelará la tasa que cobra a quienes miran programas de televisión que estén siendo transmitidos en ese momento. La llamada “licencia de televisión” es la forma en la que se financia la BBC, lo que obligará al servicio público de radio y televisión a hacer importantes recortes de presupuesto, según consigna The Guardian.

Nadine Dorries, secretaria de Cultura, fue quien dio el anuncio. Hasta 2024 el costo anual será de 159 libras (unos 217 dólares) y luego apenas subirá por tres años más, después de que en los últimos tiempos se ajustara con la inflación. “Se acabaron los días en que los ancianos eran amenazados con penas de prisión y los oficiales golpeaban las puertas”, dijo Dorries en referencia al tratamiento de los evasores. “Ahora es el momento de discutir y debatir nuevas formas de financiar, apoyar y vender excelente contenido británico”.

Al mismo tiempo, la BBC deberá negociar con el gobierno un nuevo modelo de financiación a partir del 1° de enero de 2028, ya que vence el sistema de financiación por licencia y hay quienes especulan que si los conservadores se mantienen en el poder podrían eliminarla por completo. Esto obligaría a buscar otras opciones para cubrir el presupuesto, incluyendo el pasaje a un modelo de suscripción, la privatización parcial o una subvención desde rentas generales, lo que socavaría su independencia editorial justo cuando el poder político ha criticado en repetidas ocasiones a la pata noticiosa, por entender que está sesgada contra el gobierno y contra el primer ministro Boris Johnson.

La BBC ya debió realizar importantes recortes detrás de cámaras y se prepara para una nueva ronda de ajustes debido al congelamiento de la tarifa, con una reducción estimada de presupuesto de 2.700 millones de dólares en los próximos años. The Guardian cree que, como resultado de ello, “el público debería prepararse para que la BBC tenga menos dramas de calidad y menos cobertura de deportes, rellene los horarios con programas más baratos y potencialmente cierre canales o servicios por completo. Esto, a su vez, debilitaría el apoyo a la BBC si el público deja de sentir que está recibiendo una buena relación calidad-precio por la tarifa de la licencia”.

Mientras tanto, un aliado político de Dorries minimizó el tema en diálogo con el Daily Mail: “Habrá muchas voces angustiadas por cómo esto afectará a los programas populares, pero pueden aprender a recortar los gastos como cualquier otro negocio”.

La respuesta del servicio público no se hizo esperar. En una carta pública, el presidente Richard Sharp y el director general Tim Davie manifiestan: “Dada la variedad de servicios que brindamos, la tarifa de licencia representa una excelente relación calidad-precio. Hay muy buenas razones para invertir en lo que la BBC puede hacer por el público británico y Reino Unido en todo el mundo”.

“Un congelamiento en los primeros dos años de este acuerdo significa que la BBC tendrá que absorber la inflación”, agregan. “Los ingresos de la BBC por servicios en Reino Unido ya son 30% más bajos en términos reales que hace diez años”. Señalan que esto resultará en decisiones que afectarán a los pagadores de la licencia.

Además de tener fe “en la BBC y su futuro”, Sharp y Davie dicen en la carta que harán lo posible para garantizar que la calidad se mantenga: “Continuaremos impulsando un ambicioso programa de reforma, llevando más producción a todo Reino Unido, haciendo la transición de la organización hacia un futuro digital y brindando contenido distintivo e imparcial”. Por último, esperan “activamente” la discusión nacional sobre lo que ocurrirá a fines de 2027, y esperan que “todas las voces sean consideradas. La BBC es propiedad del público y su voz siempre debe ser la más fuerte cuando se trata de determinar su futuro”.

Dentro del público existen opiniones encontradas, como la del movimiento llamado Desfinanciar a la BBC, que busca despenalizar la falta de pago de la licencia y “producir y distribuir material de orientación” para que las personas puedan cancelar sus licencias de televisión conociendo las consecuencias legales. Ellos afirman que el sistema de castigo a quienes no pagan la licencia “afecta desproporcionadamente a las mujeres y a los pobres”.

Mientras tanto, la misión de la BBC continúa siendo “actuar en pos del interés público, servir a todas las audiencias con la provisión de una producción imparcial, de alta calidad y distintiva y con servicios que informen, eduquen y entretengan”. Esto incluye varias señales televisivas, emisoras de radio, aplicaciones y otros recursos en línea.

The Man on the Street

John Cranmer es un técnico británico de 46 años que vive en Manchester. Consultado por la diaria, explicó los pormenores de la licencia y de la polémica actual. “Antes, cuando solamente podías ver televisión por antena, la licencia funcionaba como un impuesto a la tenencia de televisores. Y hubo una época en la que te golpeaban la puerta y decían: ‘Creemos que usted tiene un televisor y no tiene licencia para ello’. Podías terminar en problemas, yendo a la Justicia y pagando una multa”.

“Muchos lo ven como un impuesto injusto, en el sentido de que es una tarifa plana que no depende de tus ingresos. Pero no es mucho, considerando lo que cuesta una suscripción anual a Prime Video o Netflix, y es mucho más barato que otras señales comerciales”, agregó. “La mayoría está de acuerdo en que el costo es bajo considerando lo que reciben: múltiples canales de televisión, múltiples estaciones de radio, radio regional, buen contenido en línea y el iPlayer [la aplicación para ver programación a demanda]”.

Con respecto a la discusión sobre la licencia, John dijo que no es algo nuevo. “La idea de tener un impuesto sobre los televisores parece anticuada, pero esta licencia es la forma ‘menos peor’ de hacer las cosas. Se podrían implementar otras opciones, pero ninguna es perfecta. Porque un modelo de suscripción no funcionaría para la radio”.

“Es un problema muy difícil de resolver. Si no tenés una licencia, ¿con qué la reemplazás? Actualmente es un canal sin publicidad, que no está atado a temas comerciales y que entrega un espectro amplio de buen contenido, noticias, actualidad y programas de política que no son parciales hacia uno u otro partido”.

Según él, el gobierno actual es muy crítico con la BBC porque esta es crítica con ellos. “No creo que sea una coincidencia que con el gobierno de Boris Johnson bajo la mira por mentir, anuncien cosas sobre el futuro de la BBC. Es un intento deliberado de asustar, porque la licencia es la única forma que tiene un gobierno de usar su poder sobre la corporación, amenazándolos con cuánto dinero tendrán en el futuro”.

Y se refirió a la percepción que tiene el público británico de este servicio. “La mayoría cree que tiene una buena relación calidad-precio. Podés pagar mensualmente, como se hace con otras suscripciones. Hay formas de ayudar a aquellos que no cuentan con todo el dinero, y si genuinamente no accedés a contenidos de la BBC, podés declarar que no tenés una antena y no te van a cobrar”.

“No creo que la gente piense que este es el fin de la BBC; saben que es una decisión política. La mayoría piensa que Nadine Dorries es un poquito idiota y que esto está motivado por los problemas de un gobierno que está a favor del libre mercado y que tiene fuertes conexiones con los medios de derecha, por lo que tratará de deshacerse de cualquier organización que por su naturaleza sea imparcial y haga preguntas difíciles”.

¿Qué han hecho los romanos por nosotros?

La discusión sobre la BBC hizo resurgir una publicidad de 1986 en la que John Cleese interpretaba a una persona que llegaba al bar (o al pub) y se quejaba del precio de la licencia de televisión, al grito de “¿Qué ha hecho la BBC por nosotros?”. Un montón de paisanos del bar, interpretados por figuras de la emisora, le daban múltiples ejemplos. Y Cleese, homenajeando el segmento de la película de los Monty Pyhton La vida de Brian (Terry Jones, 1979) en el que se preguntaban “¿Qué han hecho los romanos por nosotros?”", terminaba haciendo una pregunta similar: “Además de excelentes dramas, programas de historia natural, la cobertura deportiva, noticias, actualidad, documentales, programas de consumo, series, películas, Radio 1, Radio 2, Radio 3, Radio 4, televisión infantil, ciencia, comedia, comedia alternativa y música... ¿Qué nos ha dado la BBC?”.

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