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Retrato de Ulises Beisso por Diana Mines, 1996.

Manifiesto Doriano, por Ulises Beisso

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La humanidad ha necesitado por distintas razones inventarse religiones. Todas ellas con sus dioses, cultos y ritos. Muchas de ellas son públicas y llegan a congregar gran cantidad de gente. Pero también las hay privadas, personales y secretas. Esta es una de ellas.

Las imágenes veneradas son las “Doras”. Especie de semidiosas de las que no se sabe mucho acerca de sus orígenes. Ellas inventaron este asunto de los rituales dorianos. Se levantaron contra las nociones de pecado, culpa y sacrificio. Decidieron rescatar la fantasía. Crearon un mundo poblado de ángeles sexuados, animales voladores, cándidos perversos, adanes y evas, se convirtieron en amantes de las frutas frescas, se adornaron con flores de plástico y gozaron bañándose en el mar.

Jerarquizaron hasta el delirio las pasiones y los odios, no soportaron los prejuicios, los esquemas y las pequeñeces de los mortales. Consideraron la pacatería como la peor aberración, a la virginidad como un estado insalubre, a la vergüenza como el mas estúpido de los sentimientos y la moralina represora inventada por los terrestres les producía alergia.

Supieron gozar, llorar, rascarse, querer y tomar sol. También lograron conseguir algunos adeptos que hasta el día de hoy mantienen sus ritos y las veneran.

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