Dipper y Mabel Pines son mellizos de 12 años que viajan al pueblo de Gravity Falls, Oregon, a pasar un verano bajo cuidado de su tío abuelo Stan, un estafador del tres al cuarto que dirige una trampa para turistas llamada “La Cabaña del Misterio”. El pueblo es un poco peculiar, así como sus habitantes (con Stan a la cabeza), pero además en Gravity Falls pasan cosas extrañas. Pronto, Dipper encontrará un diario/libro que documenta gran parte de los misterios, monstruos, fenómenos paranormales y zonas malditas del lugar, y, junto a Mabel, comenzará la aventura de investigar qué ocurre. Ocasionalmente los acompañarán dos empleados de su tío –el pintoresco Soos y la adolescente Wendy– y el mismísimo Stan como ayuda, o como un problema, según la situación.
La trama de la serie se dividió en dos, igual que la cantidad de temporadas que duró. En los primeros 20 episodios todo gira en torno a la pregunta “¿quién escribió el diario y por qué?”, pero también hay historias autoconclusivas sobre algunos fenómenos registrados en el libro.
Con esa receta, Gravity Falls consiguió mezclar a la perfección horror y aventuras infantiles, lo que la coloca como clara antecesora de la exitosa serie Stranger Things, y no falta quien la defina como “Twin Peaks para niños”.
Su mayor logro, sin embargo, es que, más allá del misterio y la aventura, la serie habla de dos hermanos prepúberes que se adoran, que son tremendamente leales hacia el otro, que están en pleno despertar sexual, que maduran de manera diferente mientras afrontan el que probablemente sea su último verano juntos. El cerebral Dipper y la colgada e instintiva Mabel son dos hermosos personajes, de los que uno se enamora al instante. Por eso, la primera temporada dedica recursos considerables a desarrollarlos a ellos, a su tío abuelo y a los demás personajes.
Kill Bill
En la última veintena de episodios, los misterios abiertos en la primera temporada encuentran su justa solución. Los primeros episodios de la segunda temporada transitan un esquema similar al de la anterior: incógnitas puntuales mientras se avanza con el misterio general, y a la búsqueda del autor del diario (o diarios) también se suma la interrogante de si el tío Stan es de los buenos, de los malos o de los quién sabe qué.
Cuando se revela quién es el autor de los diarios, en un giro admirable, la historia se vuelve prácticamente una sola: enfrentar la amenaza creciente de Bill, un triángulo maligno que probablemente sea un demonio y el villano más popular de todo el relato. También somos testigos de cómo el crecimiento de los hermanos Dipper y Mabel comienza a separarlos. De esto trata en verdad la serie: de la llegada a la vida adulta y de cómo el infinito de universos posibles que es la infancia se comienza a volver uno solo y definitivo.
Nada de esto se plantea frontalmente, sino condimentado con humor, alegría, aventura y, por supuesto, horror. La cuidadosa creación de cada personaje paga su recompensa en la tensa recta final, cuando con un tríptico de episodios la serie llega a una intensa resolución. Quien no se emocione hasta las lágrimas con el último capítulo tendría que hacerse ver por un especialista en cardiología.
El hombre de atrás
Esta maravilla es una creación del estadounidense Alex Hirsch (Piedmont, California, 1985), quien hizo sus primeras armas como egresado del California Institute of the Arts en diferentes cortometrajes y series de Cartoon Network, especialmente en The Marvelous Misadventures of Flapjack. En 2012 recibió la oportunidad de desarrollar su propio show, y acertó de primera: Gravity Falls se estrenó en junio de ese año y se transformó en un éxito inmediato, primero en Estados Unidos y luego internacionalmente, cuando arribó al canal Disney XD en 2014.
Para 2016, el show se había llevado ya una parva de premios incluyendo un Bafta, pero Hirsch ya había anunciado su finalización. No sólo quería dedicarse a otros proyectos, sino que entendía que el relato de Dipper y Mabel había culminado de manera cabal y no necesitaba más episodios.
No abandonó del todo el universo de Gravity Falls, sin embargo: entre 2016 y 2018, Hirsch editó tres libros que emulan los diarios de la serie, como complemento al relato animado. Y a modo de cereza encima de la torta, publicó también una novela gráfica, que se integra a un puzle con el que los lectores deben resolver un enigma y que llegó a ser best seller.
Estas publicaciones expanden el universo pero no lo continúan. Es decir, si uno quiere quedarse sólo con las dos temporadas (que se encuentran fácil hoy en Disney+ y hasta hace unos meses, en Netflix), alcanza y sobra para vivir la experiencia de Gravity Falls. Los libros de juegos ambientados en este universo, en cambio, escapan a la labor de Hirsch y se han seguido publicando a cargo de variados autores.
Cinco entradas
Si hace falta algo más para convencerse de las virtudes de Gravity Falls, aquí va una selección de episodios autoconclusivos para un acercamiento rápido.
» The Time Traveler’s Pig (T1E09): En la feria, Mabel consigue un cerdo (al que llama Pato) mientras Dipper comienza a viajar por el tiempo para salvar a todos de un gran peligro. Lograr solucionar el problema y no dejar a su hermana sin mascota será el gran desafío.
» Bottomless Pit! (T1E14): Todos los personajes terminan cayendo de cabeza en un pozo sin fondo y comienzan a contarse historias para matar el tiempo.
» Soos and the Real Girl (T2E05):El empleado de La Cabaña del Misterio busca novia y termina en una enfermiza relación con un personaje de videojuego que lo persigue fuera de la pantalla.
» Society of the Blind Eye (T2E07): Uno de sociedades secretas y conspiraciones, lavados de mente y control de la historia reciente. Redondito.
» Northwest Mansion Mystery (T2E10): Dipper visita a Pacifica Northwest (su antagonista/amor prohibido) y se enfrentan juntos a un fantasma que asola a la familia de ella.