El telón detrás de sus charlas es el mismo de siempre: un fondo negro y una acústica nocturna que deja escuchar con alta definición respiraciones, incomodidades y toda la magnitud y los matices de una risa, o un quejido fruto de la emoción de un recuerdo, en los márgenes espaciales de Caja negra, la mejor obra del periodista Julio Leiva, un éxito que pudo ser televisivo pero que los tiempos lo encontraron en diversas pantallas y formatos en el creciente universo de los medios digitales.
Leiva se ganó el respeto y un lugar privilegiado entre emergentes figuras de la música urbana de su país, de las que no sabíamos mucho más que las pocas palabras deformadas en el lunfardo de canciones. En espacio reducido y largas entrevistas conocimos las historias y las complejidades existenciales de jóvenes y talentosos artistas como Dillom, L-Gante y Nicki Nicole.
No mucho tiempo después, ahora vestido con zapatillas deportivas de moda como poco sutil sponsor, Leiva se encontró enfrentado al candidato a presidente Sergio Massa y a una respuesta posible de “¿cómo bajar la inflación?”.
Hubo un momento en que todos querían ir a contar su vida frente al confiable sujeto de lentes, de los pocos que han sabido cómo sobrevivir en la planta estable de Mario Pergolini. Por el territorio de Leiva también pasaron el actor Ricardo Darín, el entretenedor Jorge Lanata, la escritora Mariana Enriquez y la militante social Estela de Carlotto. Su curiosidad todavía cuenta otras muchas figuritas en falta, como las del cantante Charly García y el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou. Antes de su nueva visita a Montevideo, donde brindará una masterclass para estudiantes, periodistas y aficionados a la entrevista, Julio Leiva conversó nuevamente con la diaria.
¿Cómo vivís estos días previos a la elección, como un argentino más, y también como periodista? Seguí la transmisión que hiciste de uno de los debates. Estuvo bárbara.
Como argentino lo vivo con ansiedad para ver qué país elegimos en las dos opciones que quedaron para el balotaje. En cambio, como periodista lo vivo con mucha atención para observar cómo toda la comunicación multiplataforma influye en la opinión pública y en los resultados. Es una elección en la que es innegable la construcción de la narrativa de los candidatos a través de las redes sociales. Eso es novedoso y cambiante.
En las entrevistas de Caja negra sos vos y tu invitado, en un entorno de mucha intimidad. En este caso, ¿tenés en cuenta a quien luego verá o escuchará ese encuentro?
Creo que uno de los diferenciales de Caja negra es escuchar a la audiencia. La agenda de invitados del comienzo del ciclo se nutrió de protagonistas que tenían audiencias inmensas, pero que los medios tradicionales no registraban o ninguneaban. Hoy eso se equilibró. Ya empieza a ser más difusa la línea entre lo tradicional y lo digital. En segundo lugar, escucho la crítica constructiva y tomo las licencias que entendí y que las nuevas generaciones te dan, aunque vayan a contrapelo con lo que aprendí en mis años de estudio. Por ejemplo, aquella idea de que había que incomodar al entrevistado. Una buena entrevista muchas veces tiene más que ver con ponerle un tono más picante a la charla que a una real preocupación por la respuesta.
¿Identificás algunas entrevistas en las que el formato se terminó de acomodar, o fue que se dio desde el comienzo?
La idea general fue desde el comienzo. Una entrevista íntima que ayude a contar a los protagonistas de estos años. Lo que apareció con el tiempo fue el tono, y creo que el que inició ese camino fue la entrevista al actor Rodrigo de la Serna. Ahí fue donde comencé a entender la tonalidad que debía tener. Agrego también que el oficio de entrevistador se construye y se mejora en el tiempo, como todo oficio.
Tuviste a los políticos Sergio Massa y Patricia Bullrich. ¿Qué te dejaron esas entrevistas?
Las entrevistas a políticos son las más difíciles. Son los más entrenados porque desde que comienzan sus carreras dan notas, a veces diariamente. Además, son los que más cuidan sus palabras. Por eso lograr sacarlos de ese personaje es una tarea ardua y un gran desafío.
¿Cómo se hace para que un político se saque el casete?
En mi caso me fue más eficiente el formato de entrevista que hago que tiene que ver más con la paciencia y el dejar hablar. Porque están entrenados televisivamente para confrontar con el periodista. Cuando planteás un formato distinto se puede llegar a obtener respuestas distintas.
Seguramente intentaste con Javier Milei. ¿Qué es lo que más te interesaría saber sobre él?
Lo invitamos varias veces porque queríamos tener a los principales candidatos a presidente. Lo que más me interesaba era poder hablar sobre su historia personal, porque hay muchas incógnitas ahí. Caja negra es un contenido principalmente biográfico, pero con un político no se puede dejar de lado la coyuntura. Por eso también me interesaba saber definiciones y opiniones para entender hasta dónde llega su visión política y económica.
Tu aparente serenidad luce a contrapelo con la locura y la velocidad de Buenos Aires. ¿Tenés alguna receta para llevar adelante tus días y tu vida laboral?
Soy de apariencia tranquila, pero en realidad soy como la famosa frase "la procesión va por dentro". Me reconozco como alguien intenso. En Caja negra me ves tranquilo, pero pienso en lo que escucho, en la próxima pregunta, en el clima, en los gestos, etcétera. La receta tiene que ver con el orden. Si no organizo esa intensidad laboral todo se puede salir de control.
Hace muchos años que trabajás con Mario Pergolini, alguien con fama de complicado. ¿Cómo te llevás con él?
Me llevo muy bien, porque siempre respetó mi trabajo. Nunca me dijo qué hacer o qué decir. Obviamente, cuando me propone proyectos y los acepto, los llevo adelante y me da la libertad de hacerlo a mi manera.
Una masterclass supone un cierto empoderamiento de tu conocimiento como entrevistador. ¿Es así? ¿O es desde otro lugar que se propone este encuentro en Uruguay?
Me pedían mucho hablar o dar clases sobre entrevista. Por primera vez acepté hacerlo en Uruguay. Cuando preparé esta masterclass me metí de lleno en entender cómo hacía cada paso para poder compartir con otros esas formas. En ese proceso descubrí que puedo facilitar muchos datos, o tips, a periodistas, estudiantes o creadores de contenidos para tener más herramientas para encontrar su propio formato de entrevista. Con toda la información que pude ordenar y reunir para compartir puedo estar seguro de que quien venga saldrá mejor entrevistador que cuando llegó.
Secretos de Caja negra, masterclass de entrevistas. Sábado 11 de 15.00 a 18.00 en la Alianza Francesa (Bulevar Artigas 1271). Inscripción $ 2.500. Descuento 15% para Comunidad la diaria. Cupos limitados.