La designación oficial se demoró por un decreto que topeaba la edad para ejercer dentro de la administración, pero Miguel Casalás fue confirmado como coordinador de Cultura de la Intendencia de Durazno y asumirá próximamente, una vez solucionado el tema. El ilustrador y humorista gráfico que se dio a conocer en la revista Guambia y trabaja como dibujante editorial del diario El País explica cómo comenzó su militancia política en el centro del país.
“Yo llegué a Durazno en 2007. En 2008 el intendente Carmelo Vidalín me invita a participar del Taller de Artes Plásticas para dar clases de historieta y de caricatura. A partir de ahí empezó una relación, digamos, profesional, en el tema del tallerismo y de dar clases. En ese momento, estando en el lugar donde yo estaba, me fui vinculando con una cantidad de personajes, entre ellos Felipe Algorta”, recuerda Casalás.
Algorta, el actual intendente, vio que el dibujante “tenía algún otro tipo de aportes para hacer a su proyecto” y lo invitó a participar. “Yo consideraba que después de 25 años de administración de Vidalín las cosas no estaban bien, que había una cantidad de cuestiones para cambiar y que el sistema era personalista. Ya estaba mirando para arrancar para otro departamento y me invita a participar de su propuesta”, dice Casalás.
“A partir de ahí se inicia toda una línea de trabajo. Arrancamos en la campaña interna prácticamente con Felipe reuniéndose en casa para trabajar estrategias. Yo estaba del lado de la comunicación y la publicidad. Eso se dio muy bien, se ganó la interna, después vino un proceso intermedio en la etapa de la diputación, y cuando vino la campaña municipal, me di cuenta de que había temas culturales que siempre quedaban en el camino. Nada sirve que a vos te arreglen la vereda si no estás bien. Si estás metido para adentro y no tenés actividad ni posibilidades, no vas a estar bien por más que tu entorno esté bien”, reflexiona el dibujante.
Así, fue titular de la Lista 4 a la Junta Departamental. “Solamente a mí se me ocurrió crear una lista para hacer propuestas culturales, y así salió. Como toda cosa, en el camino uno tiene algunos inconvenientes, porque yo tenía mucha gente popular del quehacer artístico que, como tenían vinculación contractual con la intendencia, no se animaron a participar directamente. Entonces, una lista que podía haber sido un poco más exitosa tuvo que estar con un perfil un poco más bajo”, explica ahora.
El caricaturista habitó varias tiendas políticas.“Pasé por todas las etapas: sindicales, de partido, fui frenteamplista también. En esta etapa soy totalmente apartidario. Me interesa la política y consideré que era el momento ideal para involucrarme efectivamente. Mi quehacer político siempre estuvo desde el lado de la sátira y la crítica a través de mi visión; tengo el orgullo de que todos los partidos políticos pasaron por mi lápiz y por mi pluma, les guste o no les guste. Muchos se quedan en la militancia nomás, pero yo dije: ‘Esta es la oportunidad para hacer cosas’. Felipe me dio esa confianza”.
Acerca de su gestión, Casalás adelanta: “Tengo un leitmotiv que es ‘Cultura en movimiento’. La idea no es quedarse en una chacrita y administrarla, sino proponer, hacer, crear. Por ejemplo, una línea que quiero imponer es la descentralización de la cultura. Que a través de los centros de integración barrial se generen pequeñas comisiones culturales que los barrios vayan nutriendo a la gestión cultural”.
“También el acercamiento a las localidades con propuestas de ida y vuelta, porque hay artistas espectaculares en esos lugares que también merecen venir un poquito más acá. En ese ámbito tenemos un debe y es que muchos artistas andan siempre golpeando la puertita de la intendencia a ver si los apoyan. Y no se enteran, porque no les llega o porque no se difunde bien, que hay una cantidad de fondos de apoyo en los cuales pueden participar con propuestas. Si no tienen resultado por ese lado, se busca la vuelta, pero hay cantidad de puertas para golpear y cosas para presentarse. A veces hay fondos que quedan vacíos simplemente porque nadie se enteró”.
En ese sentido, destaca la comunicación en materia de cultura. “La intendencia va a transformar su oficina de prensa, va a tener un departamento de comunicación, y la cultura también. Vamos a hacer nuestra propia comunicación y luego la elevaremos a la oficina de comunicación de la intendencia para que siga los carriles correspondientes, pero la vamos a hacer nosotros. Es importante porque el espectáculo, las acciones que hagas, tiene su forma de comunicarse. No puede ser de la misma manera que las cosas de la agenda del intendente; tenemos que darle otra impronta a la comunicación”.
Casalás nota que hay una “enorme cantidad” de ceramistas en Durazno y señala que los pintores no han tenido suficiente proyección. “Hay una idea linda de volver a crear una bienal duraznense para que tengan su primera experiencia de un salón importante”.
“Durazno tiene un enorme potencial que está sumergido, no tiene el brillo que en otros momentos tuvo. Y no estamos hablando de demasiado tiempo; cuando me vine a vivir en el 2007, esto era otra cosa. Hizo un declive que uno no se puede explicar muy bien por qué. Se ve que las voluntades políticas iban en otro sentido. Hay mucha cosa para hacer en una proyección de cinco años, que capaz que nos queda corta, pero con lograr dos o tres cosas grandes de las que me he propuesto ya me siento satisfecho. Si puedo hacer mucho más, mejor. Después pretendo tranquilizarme y estar con mis cositas en casa. Ya voy a andar rondando los setenta. Entonces, básicamente, que siga otro la huella”.
El dibujante seguirá colaborando con El País. “Mi vinculación con el diario permanece. Es un espacio diario que me permite a mí dibujar, expresarme, acota”.
Además, tiene proyectos postergados: “Sin ser de Durazno, debo ser el caricaturista duraznense récord, porque hace dos o tres años hice un emprendimiento que fueron las mil caras duraznenses caricaturizadas. Tengo ideas, cosas a las que no les he podido hincar el diente. Y las voy a seguir haciendo porque todo es compatible. No vengo a ser la estrella de la cultura, sino el coordinador de un gran equipo, para que genere cosas y en el cual yo me pueda apoyar para servir de la mejor manera. Acá las individualidades ya no funcionan más”.